Por Felipe Suárez
Este domingo 21 de junio se cumple un año desde que la Unesco distinguió como “patrimonio de la humanidad” al “Camino del Inca”, en la categoría de itinerario cultural. Esto, debido a que fue una vía de comunicación terrestre que comprendió más de 30.000 kms y que conectó a seis naciones para intercambiar bienes, ideas y conocimientos, entre las distintas etnias.
La obra de ingeniería que conectó al imperio (actualmente Perú) se extendió a Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia.
“Así como todos los caminos llegaban a Roma. Todos los caminos llegaban al Inca”, explica el arqueólogo experto en la cultura Inca, Carlos González, a T13.cl.
Los caminos que se dirigían al emperador, pese al correr del tiempo, siguen vigentes y son sendas despejadas parecidas a "una vereda en la que se puede transitar", afirma el arqueólogo.
Frente a este trabajo de ingeniería, Perú creó una institucionalidad para promover su uso y cuidar el patrimonio.
Es así, como tanto autoridades y agencias de turismo en Perú, trabajan en conjunto para utilizarlas.
La más conocida entre todas estas rutas es la que comprende el tramo de Cuzco a Machu Picchu. Son 43 kilómetros que se recorren a pie, en los que se pueden apreciar senda entre bosques y densas nieblas, escalones de piedra milenarios y vistas majestuosas.
Pero según los arqueólogos José Berenguer y Carlos González, Chile está lejos de eso porque “no existe una institución, ni un trabajo colectivo para incentivar el patrimonio que tenemos”.
“Nadie cuida lo que no se conoce. Y a nivel nacional, los chilenos no conocen los Caminos del Inca que se encuentran en nuestro país y que se dirigían hacia el Inca”, enfatiza Carlos González.
Ruta del Inca en Chile
De todas estas zonas, sólo tres han sido estudiadas e investigadas a cabalidad, mientras que el tramo que se encuentra en Atacama aún “falta por estudiarlo”, afirma González.
Entre los grandes hallazgos que se han encontrado destacan evidencias de muebles e inmuebles, que “dan cuenta del movimiento y tráfico que había en la zona”, precisa el arqueólogo Carlos Gonzalez. Asimismo, indica que un ejemplo de ello es que “en Diego de Almagro, encontramos restos de conchas provenientes de Bolivia”.
Entre los bienes que no se pueden transportar se han encontrado: tambos, albergues y chasquihuasis —refugio de los chasquis, quienes eran mensajeros del emperador y que recorrían los Caminos del Inca—.
Caso de Tarapacá
La región de Tarapacá fue excluida de la distinción de la Unesco porque no habían evidencias suficientes de que "El Camino del Inca" comprendía esa zona.
"Alguien, no se quién, respondió del gobierno regional, y señaló que no existía nada para poder decir por donde pasa el camino del Inca, es decir había un desconocimiento de la información que existe", explicó el doctor en Arquitectura, Alberto Prado Díaz a la Universidad de Arturo Prat.
Sin embargo, el arquitecto afirma que sí existe evidencia de que "El Camino del Inca" incluyó a Tarapacá.
Es por esto que la Universidad Arturo Prat junto al Consejo Regional realizan un proyecto para demostrarlo —Tarapacá en El Camino del Inca—
La iniciativa recibió el aporte de más de 360 millones pesos aprobados por el Consejo Regional, pero hasta el momento no ha habido una respuesta positiva por la Unesco.
Sin embargo, la directora de Sernatur (PT), Carolina Quinteros, expresó en marzo de este año a Corfo que el proyecto "podría tener un impacto en el tema del desarrollo regional (...) especialmente porque se trabaja junto a las comunidades y se promueven aspectos que tienen relación con el rescate patrimonial y la identidad local”.
Qué hacer para promover el patrimonio cultural en Chile
El arquéologo Carlos González dice que "se debe realizar un trabajo en conjunto entre autoridades, investigadores y ciudadanos" para cuidar y promover la "Ruta del Inca" que se encuentra en Chile.
En tanto, José Berenguer afirma que lo principal es "cambiar la educación chilena" debido a que "los chilenos no tenemos un respeto a la cultura ancestral como sí lo tienen en Perú".
"Las autoridades no sacan nada instalando paneles o señaléticas en esas zonas porque lo más probable es que las personas las destruyan", afirma Berenguer.
Ambos académicos coinciden en que "una vez que la población chilena se instruya en el tema, luego se podría avanzar".
"La idea es que los gobiernos se hagan cargo. Primero se debe estudiar debidamente la zona, aún falta mucho por investigar. Luego se deben realizar planes conservación, después programas de turismo, de museos y señaleticas. Para finalmente conseguir financiamiento", explica Gonzalez.
"Queda mucho camino por recorrer", concluye el académico.
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