AFP
La célebre Bienal de Arte de Venecia, con 120 años de historia, se inaugura este sábado con la intención de seguir siendo un acontecimiento acorde con su tiempo, en una época de "ansiedad" ante un futuro incierto.
La edición de la Bienal número 56, una de las mayores muestras de arte contemporáneo del mundo, será la más larga hasta la fecha y se prolongará hasta el 22 de noviembre.
Con la idea de atraer a los visitantes de la Exposición Universal de Milán, el presidente de la Bienal, Paolo Baratta, adelantó un mes la apertura para tratar de batir la cifra récord de asistencia, que data de 2013, cuando la muestra recibió 475.000 visitantes.
Con el tema "Todos los futuros del mundo" ("All the world's futures"), el nigeriano Okwui Enwezor, elegido creador -el primer africano en este puesto en 120 años de historia-, ha reunido a 136 artistas llegados de 56 países, de los que 89 exponen en la muestra por primera vez.
Todo con la intención de "constituir un nuevo enfoque de la relación entre el arte, los artistas y el curso actual de los acontecimientos", teniendo en cuenta los "cambios radicales ocurridos en los últimos veinte años", tanto en la sociedad como a nivel tecnológico, económico y medioambiental.
"Futuro incierto"
"El mundo que se nos presenta hoy en día muestra divisiones y heridas profundas", basadas en las "desigualdades" y que nos auguran un "futuro incierto", destaca Baratta.
Para el presidente de la Bienal, a pesar de los enormes progresos hechos en el mundo del conocimiento y la tecnología, "seguimos inmersos en una 'era de ansiedad'", que los artistas presentes han sabido captar.
Los 3.000 metros cuadrados del Arsenal y los jardines vecinos albergan decenas de pabellones nacionales que encierran multitud de obras en forma de actuaciones, dibujos, pinturas, esculturas, instalaciones, etc.
Muy poética y espectacular, la obra de la japonesa Chihaur Shiota, titulada "The key in the hand" ("La llave en la mano"), explora los vínculos entre estos objetos cotidianos -decenas de miles de pequeñas llaves de metal recogidas por todo el mundo durante diez meses- que unen a los hombres con las cosas, pero también con su memoria.
En la isla de San Lazzaro degli Armeni, una decena de artistas armenios, hijos de la diáspora, se centran en la resistencia, la fuerza y la capacidad de conseguir encontrar un nuevo soplo de vida, en este año en el que se conmemora el genocidio armenio de 1915.
Suspendidos de los tejados de los antiguos hangares de barcos del Arsenal, dos fénix creados por el chino Xu Bing con los restos de materiales de construcción, símbolos de la esperanza en el futuro, parecen esperar al visitante para renacer de sus cenizas y echar a volar.
Este año, el ghanés El Antsui será galardonado con el León de Oro por toda su carrera. Sus obras, inspiradas en las tradiciones culturales africanas que conjuga con la búsqueda de la estética contemporánea, han sido expuestas en los principales museos del mundo.
A todo ello se suma la programación de 44 acontecimientos paralelos que tendrán lugar por diferentes puntos de la ciudad de los canales.