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¿Cuándo tienes que empezar a preocuparte por un dolor de cabeza?

¿Cuándo tienes que empezar a preocuparte por un dolor de cabeza?
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Algunos síntomas pueden indicar que hay una trastorno médico que va más allá de un dolor regular y no debes ignorar. Además, te contamos qué desencadena la cefalea y cuál es la mejor manera de controlarla.

Quién no ha padecido un molesto dolor de cabeza… en más de una ocasión, ¿cierto?

Es lo más probable, considerando que apenas un 2% de la población ha tenido la suerte de no haber experimentado nunca esa sensación, según la a ONG británica Acción contra la Migraña, que ofrece asesoría con respecto al manejo de la cefalea.

Son desagradables, sin duda, pero suelen pasar después de un rato, generalmente con alguno de los analgésicos que se encuentran fácilmente en la farmacia.

¿Pero sabes en qué ocasiones dejan de ser una molestia menor y pueden convertirse en un problema médico serio?

Aquí te contamos a qué síntomas tienes que prestarle atención, según estudios y análisis realizados por la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, la ONG referida con anterioridad y el Sistema Nacional de Salud del Reino Unido (NHS).

También te indicamos cuáles son los principales desencadenantes, los tipos de cefalea más comunes y cómo tratarlos de manera efectiva.

La mayoría de las cefaleas suele aliviarse con analgésicos.

Señales y advertencias

La Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard enumera los casos de cefalea en los que recomienda consultar a un médico.

  • Cambio en el patrón que suelen tener tus dolores de cabeza.
  • El (inusual) peor dolor de cabeza del mundo.
  • Dolor que se incrementa al toser o moverse.
  • Cuándo el dolor empeora de manera sostenida e impide la realización de las actividades diarias regulares.
  • Cambios en la personalidad o en la habilidad para realizar ciertas funciones.
  • Dolores acompañados de: fiebre, confusión, rigidez en el cuello, disminución en la capacidad de alerta, molestias visuales, dificultades para hablar, debilidad, convulsiones, mareo, cosquilleo, un ojo rojo y doloroso, suavidad en las sienes.
  • Molestias en la cabeza después de un golpe.
  • Dolor que se inicia de manera abrupta y que despierta en el medio de la noche.
El helado puede causarle dolor de cabeza a algunos.

Algunos desencadenantes

Por su parte, el NHS explica que factores pueden darle inicio a la cefalea en su sitio web.

  • Enfado: Cuando se está molesto, los músculos del cuello y la cabeza se tensan dando inicio al dolor. Para combatirlo, respira profunda y lentamente.
     
  • Alimentos: Cualquier tipo de comida que contenga químicos puede desencadenar una migraña. Enlatados, chocolates y bebidas gaseosas son algunos de los productos que pueden causar la cefalea. La mejor manera de evitarla, en estos casos, es no comer esos alimentos.
     
  • Sexo: Tanto hombres como mujeres pueden experimentar un dolor de cabeza durante las relaciones sexuales. Se cree que pasa por la tensión que puede acumularse en los músculos del cuello y la cabeza. Para tratar de prevenirlo, se puede tomar un analgésico un par de horas antes.
     
  • Helados: Si sientes que te están clavando una aguja cuando muerdes o tomas algo muy frío, entonces eres susceptible a dolores de cabeza ocasionados por el frío de ciertas sustancias en el techo de la boca o en la parte de atrás de la garganta. Como no suelen durar más de un par de minutos, no es necesario contemplar un tratamiento.
     
  • Mala postura: La tensión que esto genera en la parte superior de la espalda, en los hombros y en el cuello puedes causar la cefalea. Para evitarla, se recomienda no pasar mucho tiempo en la misma posición y mantener una buena postura.

Tipos más comunes de dolores de cabeza (y cómo controlarlos)

Hay más de 300 variedades, pero apenas 10% tienen una causa conocida, de acuerdo a estudios hechos por la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en EE.UU.

La ONG Acción contra la Migraña describe cuáles son las principales modalidades.

Para combatir al "demonio de los dolores de cabeza" se utilizan inyecciones.
  • Tensión: El estrés y la depresión suelen ocasionarlo. En la mayoría de los casos no impide que la persona pueda llevar a cabo sus actividades regulares.

La sensación que describen quienes lo sufren es la de tener una banda alrededor de la cabeza que ejerce presión.

Los analgésicos tradicionales deberían bastar para lidiar con este dolor (ibuprofeno, paracetamol, acetaminofén y antinflamatorios como la aspirina).

También es útil usar una bolsa de agua caliente, tomar una ducha, dormir por un rato o comer algo ligero.

  • Migraña: Afecta a personas de todas las edades. Alrededor de dos tercios de quienes lo padecen son mujeres.

La sensación es de pulsación, suele ocurrir en un lado de la cabeza y empeora con el movimiento. También se puede experimentar una hipersensibilidad a la luz, los sonidos y los olores.

Cuando se presenta el ataque, el individuo prefiere quedarse en un lugar tranquilo y oscuro. Eso ayuda.

Los analgésicos descritos con anterioridad suelen ser efectivos si se toman cuando el dolor se está iniciando. Combinarlos, incluyendo alguno con cafeína, también sirve (siempre se deben seguir las instrucciones del paquete para no exceder la dosis recomendada).

La tensión también desencadena dolores de cabeza.
  • Contracción muscular: Están causados por espasmos musculares en el cuello o la cabeza.

El dolor se puede aliviar con calor, frío y analgésicos.

Los masajes pueden ayudar, también la práctica de técnicas de relajación.

Sin embargo, al igual que ocurre con las dos modalidades descritas anteriormente, lidiar con la causa suele ser el mejor tratamiento.

  • Racimo (cluster, en inglés): Es una modalidad rara, afecta aproximadamente a 1 persona en 5.000. Suele afectar a hombres de mediana edad, aunque también se han registrado casos de niños que incluso con 4 años lo sufren.

Es tan intenso que se le conoce como el "demonio de los dolores de cabeza". Se concentra en un ojo y la sensación que se describe es la de un cuchillo cortando la zona en la que se concentra el dolor.

Un ataque puede durar entre 15 minutos y una hora, pero como ocurren en "grupo", los ataques pueden presentarse con un día de por medio o hasta 8 veces diarias.

Para tratarlo se utilizan inyecciones subcutáneas, terapias de oxígeno y espray nasal. En el caso de pacientes crónicos, también se puede recurrir a cirugías.

Esta información no debe tomarse como una alternativa a la consulta médica. En cualquier aspecto relacionado con la salud, se tienen que seguir las indicaciones de un especialista.

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