Es posible que el estadounidense Paul Anderson haya sido el hombre más fuerte de la historia.
Podía levantar una plataforma con ocho personas sentadas y en 1957 cargó 2,8 toneladas sobre su espalda, lo que le valió temporalmente un récord mundial.
Aunque posteriormente eliminada por falta de pruebas que la respaldaran, esa marca no ha sido superada al menos por ningún humano.
Sin embargo, en el resto del reino animal hay criaturas que son capaces de verdaderas hazañas de fuerza.
Máquinas de fuerza
Por mucho tiempo los humanos han utilizado a los animales como bestias de carga.
Desde la Edad de Piedra en Occidente los caballos fueron usados para tal fin.
Si bien un estudio de 2008 sugirió que los caballos livianos no deberían llevar más del 20% de su peso corporal, los de carga fueron reproducidos especialmente para ser fuertes.
Al criar selectivamente los animales más grandes, se crearon gigantes como los Shire y los Clydersdale, también conocidos como caballos de tiro por su fuerza.
Y, efectivamente, nos arrastraron a través de la Revolución Industrial, primero jalando carretas y carruajes, y luego embarcaciones y vagones de material para los ferrocarriles.
"Los Shire tienen la misma estructura musculoesquelética que los otros caballos", dice Angela Whiteway de la Asociación Shire de Market Harborough, Reino Unido.
"Sin embargo, se cree que al tener sus patas traseras más pegadas pueden levantar peso más efectivamente".
Whiteway señala que los Shires pueden arrastrar cómodamente el doble de su peso que, en promedio, es de 1.000 kilos.
Fuerza de elefante
En Asia, los elefantes han sido utilizados para transportar personas y productos por miles de años.
Históricamente han sido un elemento importante de la industria maderera.
Según datos de Naciones Unidas, un elefante que trabaja en las operaciones madereras en Sri Lanka arrastra de tres a cuatro toneladas diarias.
John Hutchinson, del Real Colegio Veterinario de Londres, estudió la locomoción de los elefantes asiáticos y atribuyó su fuerza a varios aspectos específicos de estos paquidermos.
En muchos mamíferos los esqueletos representan el 10% de sus pesos corporales, pero en los elefantes esa cifra es más cercana al 20%, de manera que tienen un armazón más robusto.
Hutchinson también dice que sus extremidades más rectas les permiten resistir mejor la fuerza descendiente o de gravedad y mantener su propio peso, más cualquier carga adicional.
Y cuentan con sus impresionante trompas formadas por hasta 150.000 haces de fibras musculares.
Con este órgano multiuso un elefante macho grande puede levantar un tronco de hasta 300 kg.
Los elefantes africanos pueden llegar a pesar una tonelada más que los asiáticos, así que pueden ser incluso más fuertes.
El poder de los pequeños
En términos de tonelaje puro, los elefantes pueden bien ser los animales más fuertes, pero hay criaturas muy pequeñas como las hormigas famosas por su extraordinario poderío.
Su fuerza varía entre las distintas especies, pero algunas pueden elevar entre 10 y 50 veces su propio peso.
Unos investigadores de la Universidad de Cambridge fotografiaron a una hormiga tejedora asiática (Oecophylla smaragdina) levantando 100 veces su peso.
Las hormigas dependen de sus poderosas mandíbulas para el verdadero levantamiento pesado.
Los escarabajos son otro grupo de insectos que tienen talento para levantar peso.
Es el caso del Hércules (Dynastes hercules), perteneciente al grupo de los escarabajos rinoceronte.
Sin embargo, la leyenda muchas veces repetida de que puede levantar 850 veces su peso corporal es tan infundada como el récord atribuido a Paul Anderson.
El experto en locomoción Rodger Kram, quien trabaja ahora en la Universidad de Colorado en Boulder, EE.UU., puso a prueba otro tipo de escarabajo rinoceronte y encontró que apenas puede levantar 100 veces su propio peso.
En 2010 un nuevo escarabajo pasó a ser coronado como el más fuerte del mundo.
Rob Knell de la Universidad Queen Mary de Londres encontró que un escarabajo pelotero (Onthophagus taurus) puede levantar hasta 1.141 veces su propio peso.
Cuando investigaba sus tácticas para aparearse, Knell descubrió el poder de los machos al usar sus "cuernos" para derrotar rivales, sacándolos de túneles y alejándolos de las hembras.
La fuerza proporcional de ese escarabajo pelotero solo es equiparable a la de un ácaro oribátido (Archegozeteslongisetosus), que pesa apenas 100 microgramos.
En 2007 unos investigadores descubrieron que ese animal microscópico puede levantar 1.180 veces su propio pesoy arrastrar 540 veces su masa corporal.
Fuerza proporcional
El extraordinario poderío de esas criaturas mínimas se debe a una peculiaridad de la física.
Ya en 1638 el científico pionero Galileo Galilei había señalado correctamente en su libro "Dos nuevas ciencias" que los animales más pequeños son proporcionalmente más fuertes y robustos que los más grandes.
Todo se debe a la relación de fuerza-peso.
Una bestia más grande puede tener músculos más grandes, pero mucha de su fuerza está destinada a soportar su propio peso.
Además, hay factores biológicos adicionales que favorecen a los animales más pequeños.
Entre más grande el animal, más energía necesitará para mantener funciones esenciales como la respiración y la circulación de sangre.
Con sistemas internos más simples y compactos, animales como los escarabajos pueden invertir más energía para construir exoesqueletos fuertes, que soportan el peso mejor que los tejidos blandos.
Eso significa que si bien pueden exhibir una fuerza proporcional increíble, uno no puede ampliar una hormiga al tamaño de un humano y esperar que retenga su poder.
"Sería increíblemente débil porque el área transversal de sus patas aumentaría muchos menos que el volumen de su cuerpo", apunta la bióloga y colaboradora de BBC Earth Claire Asher.
"No podría ni pararse y, peor aún, ni respirar. Las hormigas utilizan espiráculos para hacer circular oxígeno, pero a escala humana esos orificios serían demasiado pequeños para suministrarlo a todo el cuerpo".
Esos principios se aplican a todos los animales y significan que cada tipo de cuerpo solo puede funcionar en un rango limitado de tamaños. "La idea de King Kong no funciona y tampoco la de las hormigas gigantes", dice Archer.
Y eso implica que los actuales animales más fuertes del mundo pueden ser bastante representativos de los que han existido en otros tiempos.
La Tierra ha tenido criaturas gigantes como los dinosaurios, pero esas enormes bestias podrían no haber arrastrado mucho más peso que los elefantes.
Después de todo, parece que la fuerza tiene sus límites.