¿Cómo le salieron cuernos a la representación del diablo?
Si alguien te pidiera que te imaginaras al diablo, probablemente la imagen que te vendría a la mente sería la de un demonio con un tridente en la mano.
Sin embargo, durante cientos de años, el diablo cristiano no aparecía en el arte religioso.
Cuando eventualmente hizo su aparición, era azul y no tenía ningún cuerno ni pezuñas.
La familiar imagen que tenemos de él surgió a través de generaciones de artistas y escritores que tomaron lo poco que dice la Biblia sobre Satanás y lo fueron reinventando a lo largo del tiempo.
¿Qué imagen nos da la Biblia?
En el Apocalipsis, se predice el fin del diablo en el infierno, aunque sufriendo como todas las otras almas que han caído ahí, como en esta imagen de los hermanos Linbourg (1385–1416), en la que Lucifer tortura y es torturado. |
- Satanás es el máximo adversario de Dios
En la Biblia judía, el diablo es otro agente de Dios haciendo su labor. Ese personaje fue luego desarrollado por los cristianos hasta tornarlo en la representación de la maldad suprema.
- Satanás tomó la forma de una serpiente y tentó a Eva en el Jardín de Edén
No hay ninguna mención del diablo o Satanás en el libro de Génesis. Fue sólo más tarde que los cristianos interpretaron que la serpiente era una encarnación de Satanás.
- Satanás fue expulsado del cielo, tras desafiar la autoridad de Dios
En la Biblia, un personaje misterioso es expulsado del cielo por rebelarse contra Dios. La caracterización de Satanás como un ángel caído se deriva de esa tradición.
- Satanás gobierna el infierno, y le inflige tortura y castigo a los pecadores
En el libro de las Revelaciones, se profetiza que Satanás será enviado al infierno. Sin embargo, no tiene un estatus especial y sufre las mismas torturas que los demás pecadores.
Un ángel a punto de abrir las puertas del infierno en esta imagen de entre 1121 y 1161. |
Las caras del diablo
En los primeros siglos del Cristianismo, no había mucha necesidad de representar la maldad en el arte religioso.
Los cristianos creían que los dioses paganos rivales, como el egipcio Bes o el griego Pan, eran demonios responsables por las guerras, las enfermedades y los desastres naturales.
Cientos de años más tarde, cuando el diablo llegó al arte occidental, algunas representaciones incorporaron los atributos físicos de esos dioses, como el vello facial de Bes y las patas de cabra de Pan.
Con vello facial, pezuñas, cuernos y cola... y además asustado en un jardín pues la hierba hibericum supuestamente repele a los demonios. |
- Circa 1260 ~ El diablo medieval
En la Edad Media surgió un retrato de Satanás más reconocible.
Fue una época de inmenso sufrimiento, que se empeoró con el brote de peste bubónica, la pandemia más devastadora de la historia humana, que mató a millones en toda Europa.
Como la Iglesia no podía proteger a los creyentes de la enfermedad, las representaciones de Satanás se centraron en los horrores del infierno, reflejando el estado de ánimo del momento y recordándoles a los fieles que se abstuvieran de pecar.
En la Biblia de Alba, que se acabó de traducir del hebreo al castellano medieval en 1430, el arcángel Miguel lucha contra Satanás. |
- Circa 1535 ~ Propaganda endiablada
Hay una larga tradición de asociar al diablo con los enemigos del Cristianismo dentro y fuera de la Iglesia.
Cuando la Iglesia se dividió durante la Reforma, tanto los católicos como los protestantes se acusaron mutuamente de estar bajo la influencia del diablo.
La propaganda utilizó imaginería juguetona y grotesca para mostrar la corrupción.
El diablo hace parte del lenguaje de las caricaturas. |
- Circa 1500-1600 ~ Hechizos y seducción
A principios del período moderno, se acusaba a personas de hacer pactos con el diablo y practicar brujería.
Satanás a menudo era representado como un seductor y se consideraba que las mujeres eran particularmente vulnerables a sus encantos.
Las imágenes mostraban mujeres en confabulaciones sexuales con el diablo, aprovechando la tradición de condenar a las mujeres a ser el sexo débil, más dadas a caer en el pecado por ser incapaces de dominar sus deseos carnales.
Si Satanás lograba corromper los cuerpos de las mujeres, era una amenaza para la seguridad, santidad y hasta la fertilidad de la comunidad.
Las mujeres, débiles de espíritu... Detalle de la obra "Acciones de diablos", publicada en Cataluña a finales del siglo XIV. |
- Circa 1600-1800 ~ Un diablo iluminado
Los escritores y pensadores del movimiento de la Ilustración, durante el Siglo de las luces, reinterpretaron la historia del diablo para que se ajustara a las preocupaciones políticas de su época.
John Milton describió un Lucifer psicológicamente complejo en su poema "Paraíso perdido", que cuenta la historia de la caída en desgracia de Satanás.
Mientras que los textos religiosos anteriores habían examinado la motivación de Satanás para condenarlo, el Lucifer de Milton es un personaje atractivo y solidario que encarna los sentimientos de rebeldía del republicanismo del siglo XVII.
Para algunos artistas románticos y de la Ilustración, Satanás era un rebelde noble que libraba una batalla contra la tiránica autoridad de Dios.
El "Lucifer", de Franz von Stuck (1863-1928), da la sensación de estar más cerca de nosotros. |
- Circa 1900-2000 ~ Animal político
Cuando la ciencia pudo explicar la muerte, la enfermedad y los desastres naturales, el diablo fue el más amenazado.
¿Había lugar para Satanás en un mundo laico?
Fue entonces cuando un diablo urbano y sofisticado entró a la escena.
Siguiendo una larga tradición de identificarlo con enemigos políticos y religiosos, el diablo se usó para ilustrar a la oposición política en caricaturas y sátiras.
Además, Satanás encontró su lugar en el mundo comercial, al convertirse en sinónimo de indulgencia pecaminosa, por lo que aparece en propagandas para vender desde chocolates y champaña hasta autos de lujo.