Los mamuts, esas bestias gigantes y peludas, dejaron de existir en tierra firme hace más de 10.000 años; pero en una isla del Mar de Bering, en el Océano Pacífico, estos animales lograron sobrevivir por otros milenios más, hasta que cavaron su propia muerte.
De unos 6.000 kilos, colmillos gigantes y completamente cubiertos de pelo, los mamuts no lograron sobrevivir tras el fin de la última Edad de Hielo.
Su cuerpo sencillamente no estaba preparado para el aumento de latemperatura.
Así que, mientras que la era posglacial ha sido determinante para el auge y desarrollo de la raza humana, en el Polo Norte, en la isla de Saint Paul, los días estaban contados para estos mamíferos.
Y esta vez no fuimos nosotros, puesto que allí no existe registro de actividad humana antes del 1700, muchos siglos después de que el último mamut desapareciera.
Según un reciente estudio publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), las bestias de la última glaciación vivieron allí aisladas.
Tenían lagos y una vegetación estable; pero en esta isla de unos 110 kilómetros cuadrados no había ríos ni manantiales.
Y esto, unido a la gran cantidad de agua que necesitaban consumir diariamente, el aumento del nivel del mar y la subida de la temperatura, resultó ser una bomba de tiempo.
Sed implacable
De acuerdo con los científicos de la universidad estatal de Pensilvania, una vez que Alaska se separó Siberia -debido al aumento del nivel del mar- estos parientes lejanos de los elefantes quedaron atrapados en las islas que se formaron en el estrecho.
Allí se dedicaron a deambular por los alrededores de los lagos para abastecerse de comida y agua potable.
Pero en la medida que el planeta se calentaba, las islas se encogieron, haciendo que algunos lagos fueran tragados por el océano y que el agua salada penetrara en las reservas que quedaban.
Los gigantes peludos se fueron congregando más y más alrededor de los pocos pozos de agua que quedaban.
Pero la erosión creada por ellos mismos causó la aceleraron de la sedimentación de los lagos.
Aumentaba la sed y escaseaba el preciado líquido.
Fue así, como poco a poco, fueron muriendo de sed.
Cráter y pozos poco profundos
"Ellos estuvieron deambulando, lo que destruiría la vegetación", explica el principal autor del estudio Russell Graham. "Y esto permitió dio pie a que la erosión de sedimentos llegara al lago, lo que hace que cada vez se produzca menos agua potable".
"Los mamuts estaban contribuyendo a su propio deceso".
Graham señala que al no haber suficiente lluvia o nieve derritiéndose para llenar los lagos, los animales tuvieron que haber muerto muy rápido.
"Sabemos que los elefantes modernos necesitan entre 70 y 200 litros de agua al día", agrega.
Los mamut de Saint Paul tuvieron que haber necesitado mucha más aguas que los elefantes de hoy, debido a que las bestias ancestrales estaban diseñadas para retener el calor -mientras que los parientes de hoy lo evaporan.
Y la disponibilidad del agua en esa isla, tanto ahora como entonces, estaba restringida a aguas subterráneas poco profundas, varias lagunas costeras y tres lagos de cráter.
"Asumimos que los mamuts necesitaban la misma cantidad de agua, así que si el pozo de agua se seco, si se hubiera secado por un mes, habría sido fatal".
Otras hipótesis
Los expertos descartaron otras hipótesis que podrían explicar la extinción del mamut.
Los humanos no colonizamos esas tierras hasta el 1787, cuando cazadores rusos de ballenas llegaron a estas tierras.
Tampoco se puede culpar a los osos polares, pues todas las evidencias que hay sobre la existencia de estas criaturas son de unos 1.000 años después de la extinción de los mamut.
¿Actividad volcánica? Los especialistas consideran que es poco probable, dado la ausencia de sedimentos volcánicos en el lago.
La vegetación también se mantuvo estable en la isla durante el tiempo que vivieron estos gigantes peludos, así que no se trató de falta de comida, y si pensamos que pudo haber habido un problema de sobrepoblación, en el estudio se explica que la isla alcanzó el tamaño que tiene ahora unos 3.000 años antes de que habitara el último mamut.
Así que fue la falta de H2O potable.
Los expertos señalan que lo que le ocurrió a los mamuts milenios atrás podría pasar hoy en día con el calentamiento global en pequeñas islas, lo que podría ser una amenaza tanto para animales como para humanos.
"Desde un punto de vista más general, este estudio señala cómo pequeñas poblaciones son sensibles a los cambios en el medioambiente", le dijo a la BBC Love Dalen, profesora en evolución de la genética del Museo de Historia Natural de Suecia.
El último mamut que vivió en el planeta deambuló en otra isla del ártico, la de Wrangel, y se piensa que murió hace 4.000 años.