Debido al mal manejo administrativo y medio ambiental, Nariño, uno de los departamentos en Colombia, decretó el cierre de cuatro cementerios impidiendo los funerales de cualquier muerto.
La crítica situación sanitaria ha llevado que los residentes del lugar busquen otro lugar donde enterrar a sus seres queridos, sin mucho éxito.
De hecho, el Instituto Departamental de Salud, entidad fiscalizadora, recordó que las autoridades tienen la obligación de entregar un lugar al cuerpo de los deudos y garantizarles las condiciones de una sepultura digna al fallecido.
Sin embargo, acusan que no existe ni el espacio ni las condiciones óptimas para realizarlos debido a las deficiencias y el deterioro de las bóvedas, además de sepulturas con filtraciones de agua y malos olores, poniendo en peligro la salud de los habitantes.
Por lo tanto, prácticamente nadie "puede morirse" en Nariño hasta que las autoridades encuentren una solución.