La estrategia de cinco países para aumentar la tasa de reciclaje
El objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) N°12 de la ONU plantea la necesidad de alcanzar un ciclo de producción y consumo sostenible y responsable con el planeta.
El reciclaje se ha vuelto muy importante para la sociedad y las empresas con el objetivo de aumentar la conciencia ciudadana. Los beneficios de reciclar son que gran cantidad de desechos no acaben en los vertederos y en la naturaleza, además, permiten la generación de materias primas y evita que se continúen derrochando materiales y recursos naturales.
La inversión tecnológica ha sido una de las principales razones junto a las diferentes campañas de conciencia que han permitido a los países aumentar la tasa de reciclaje, a continuación algunos ejemplos:
Suecia: Los residuos se convierten en energía
En Suecia son pioneros en el tratamiento sostenible de residuos urbanos e industriales, es decir, son expertos en la separación y reutilización de desechos debido al proceso que realizan los ciudadanos en sus hogares.
Waste to Energy, es un sistema que aprovecha la incineración de residuos no reciclables para la producción de energía y así abastecer de electricidad a 250.000 hogares del país. La tasa de reciclaje es tan alta que se necesita importar basura de otros países para mantener sus plantas a pleno rendimiento durante todo el año.
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Japón: optimizan la separación de residuos
Tienen tan inculcado el hábito del reciclaje que no hay papeleras de reciclaje en las calles de las ciudades debido a que cada uno se encarga de procesar sus residuos en casa después cumplir con un estricto y planificado método de recogida por días.
Por ejemplo, los envases de plástico deben ser depositados lavados y desprovistos de cualquier etiqueta, los 'bricks' plegados para ocupar el mínimo espacio o los residuos de gran tamaño, correctamente etiquetados con los datos del usuario, que se responsabiliza de su correcto tratamiento.
Kamikatsu, es una aldea de montaña que, debido a su aislamiento, separa sus residuos hasta en 34 categorías para aprovechar al máximo cualquier material y optimizar la gestión de los desechos no reciclables. Para este año, pretende convertirse en un pueblo 100% zero waste.
Suiza: reducción del residuo a través de la bolsa única
El país europeo es un ejemplo de concienciación ciudadana a través de formación y de políticas nacionales. Los esfuerzos se han centrado en fomentar la reducción del desecho de elementos no reciclables con medidas como la bolsa única.
Estas implementaciones permiten que la generación de residuos no reciclables disminuya unos 90 kilos por persona al año en un margen de 20 años. Hasta el momento han conseguido reciclar el 93% de las botellas de vidrio y el 91% de las latas de aluminio.
Corea del Sur: el problema de la comida
Tras sus esfuerzos para reciclar plásticos, vidrios y cartones, el desperdicio de comida es uno de los grandes problemas del mundo contemporáneo. Según el World Economic Forum, en torno a un tercio del alimento producido en el mundo se pierde o se desperdicia. En Corea del Sur han querido poner una solución al desperdicio de comida con un ambicioso plan que combina medidas de disuasión con una potente inversión en tecnología.
Las bolsas para reciclar desechos orgánicos tienen un precio especial para costear el proceso de reciclado, estas se depositan en contenedores que pesan cada deposición y en los que debes identificarte para después pagar por cada kilo. Por tanto, cuanto más depositas, más pagas. De esta manera, se ha conseguido reducir el desperdicio de comida de 130 kilos anuales por persona a menos de 11.
Gales: las políticas activas y educación son fundamentales para el reciclaje
Gales ha convertido en una de las regiones con la tasa de reciclaje más alta de Europa y con la expectativa de continuar mejorando sus marcas hasta llegar a ser uno de las naciones referente en esta materia a nivel global. Ya que han aumentado desde el 5% de sus residuos domésticos al 64% en tan solo 20 años.
El objetivo es poner a disposición de los ciudadanos una estructura que facilite un sistema sencillo de reciclaje y adaptación de sus ciudadanos. En los próximos años, Gales quiere invertir en sistemas para conseguir reciclar elementos que hasta ahora no se reciclan, como colchones o pañales.