Estas historias que, aunque ocurridas en diferentes lugares del mundo, son muy parecidas. Dos ciclistas, uno de Turquía y otro de Brasil, se encontraron con gatos abandonados en medio de la ruta durante sus entreamientos y decidieron hacerlos sus acompañantes de viaje.
El primero de ellos es Ozgur Nevres, ciclista que pedaleaba por una ruta a unos 30 kilómetros de su hogar, entrenandoi para una competencia en Turquía. El joven se detuvo a descansar y mirar aviones cerca del aeropuerto local. Fue ahí cuando escuchó un maúllo.
“Este bebé vino a mí llorando. No podía dejarla, estaba hambrienta. La llevé alrededor de 30 kilómetros así, luego le di comida y refugio”, dijo el ciclista, quien compartió un video pedaleando con el pequeño felino asomándose en su tricota.
Ozgur no adoptó a la gata; pero la dejó en un refugio donde poco después una familia la encontró y le dio un hogar.
El segundo caso es el de Breno Bizinoto, quien pedaleaba hace un año por Brasil. Fue en la casa de unos amigos, en Campo Grande, donde encontró a una inesperada acompañante.
"Yo estaba alojado en la casa de unos amigos cuando apareció una gata. Como ellos ya tenían dos gatos, no podían adoptar otro. Yo bromeé diciendo que iba a llevarmela en la bicicleta, pero a la tercera vez que ella apareció lo pensé rápido y la adopté, contó el ciclista en su cuenta de Instagram.
"Su nombre es Magali, pero yo también la llamo de Fusquinha, Carnicinha, Gatinha, Jaguar Paraguayo y María Geralda”, dijo Breno.
Breno dijo que puso a Magali en una pequeña caja adosada a su bicicleta. Al principio la gata se sentía incómoda, por lo que él comenzó a hacer paradas más frecuentes para reconfortarla y aliviar su estrés.
Al llegar de regreso a su hogar, la gata rápidamente se sintió cómoda en su nuevo hogar. "Ella ya se adaptó a la casa nueva, y está adorando la comida y la rutina de Belo Horizonte", dijo.