Mi primera experiencia tomando una cerveza fue amarga. No entendía por qué a los alemanes les gustaba tanto esta bebida. Con mis amigos la mezclábamos con refrescos para que el sabor no sea tan fuerte. Hasta que un día me acostumbré a beberla sola. No recuerdo haber ordenado una cerveza sin alcohol durante mis años de secundaria y de universidad. Descubrí las botellas con la etiqueta "sin alcohol” cuando un tío abstemio fue invitado a una fiesta familiar.
Hoy en día es muy común que los bares ofrezcan cervezas sin alcohol. Incluso uno puede optar por la pilsener, la kölsch o la cerveza de trigo. Cuando hace mucho calor y me reúno con mis amigos en un patio cervecero ordeno una cerveza sin alcohol y a nadie le sorprende mi elección. Las ventas de cervezas sin alcohol en mayo de este año fueron un 6,5 por ciento superiores las del mismo período del año anterior, según las cifras de la Federación Cervecera de Alemania.
Los alemanes beben menos
La receta de cerveza más antigua encontrada hasta la fecha proviene de China, y México es el mayor exportador. Sin embargo, Alemania es conocida por la ley de pureza (de 1516) en la cual se estableció que la cerveza solo se puede elaborar con agua, lúpulo, malta y levadura.
En el proceso de fermentación, inevitablemente se produce alcohol. Entonces, ¿cómo puede una cerveza sin alcohol seguir siendo una cerveza? Los maestros cerveceros han desarrollado dos formas para la elaboración de esta bebida. O bien se extrae el etanol luego de la elaboración, o el proceso de fabricación finaliza cuando la cerveza alcanza el pequeño volumen permitido de alcohol: 0,5 por ciento. Esta cerveza tiene residuos de alcohol, pero la cantidad es tan pequeña que "no tiene efectos fisiológicos en el cuerpo humano”, según la Federación Cervecera.
Además de las crecientes ventas de cerveza sin alcohol, hay otra tendencia: los alemanes están bebiendo menos cerveza. En 1970 se consumían al alrededor de 140 litros per cápita por año, mientras que en 2018 la cifra disminuyó a casi 100 litros, según el portal web "Statista". "En el rubro de las cervezas, la variedad ‘sin alcohol' ha sido la única que ha experimentado un aumento constante en los últimos diez años”, explica Marcus Strobl, del instituto de estudios de mercado Nielsen.
Con un poco de sabor
La tendencia en alza se debe a un cambio de imagen. Durante los ‘70, estas bebidas eran un sucedáneo para los automovilistas. Es por ello que la marca "Bitburger Drive" recibió este nombre. Pero a partir de 2010, las cervezas sin alcohol fueron promocionadas como una bebida deportiva. "Algo que bebo cuando estoy activo y necesito vitaminas y minerales", explica Marcus Strobl. Alrededor de cinco años más tarde se introdujeron la Radler sin alcohol (una mezcla de cerveza con soda) y la Naturradler (con agregado de jugo de limón). "La cerveza sin alcohol se está convirtiendo cada vez más en un refresco. Hoy es un sustituto de las bebidas gaseosas. Las ocasiones para beber cerveza sin alcohol están aumentando constantemente", dice Strobl.