Brasil abre el primer refugio para elefantes de Latinoamérica
Los elefantes son popularmente conocidos por su gran tamaño y por andar en manadas en territorios de África y Asia. Sin embargo, pase a que son una especie en vías de extención, son blanco de los cazadores quienes extraen sus colmillos para venderlos y hacerse con grandes sumas de dinero.
Para evitar este tráfico ilegal y contribuir a su cuidado y preservación, es que próximamente se abrirá en Brasil el primer refugio para elefantes de Latinoamérica.
Este espacio, consigna AP, les permitirá pasearse a sus anchas, sin hacer nada, por 1.100 hectáreas en el Mato Grosso. Maia, uno los paquidermos emblemas del reciento, y probablemente varias decenas más de elefantes que podrían llegar en el futuro, recibirán atención de un veterinario y podrán disfrutar de esta región boscosa, de colinas con pastizales, peñascos, arroyos y manantiales.
"Las sociedades de todo el mundo se están empezando a dar cuenta de los traumas que se les han causado a estos animales" en cautiverio, expresó Scott Blais, un estadounidense que ya colaboró con una iniciativa similar en Tennessee en 1995 y que ayudó a recaudar fondos para esta empresa. "Hay que aportar soluciones. No basta con decir que necesitan una vida mejor".
Expertos dicen que los elefantes no sobrevivirían si son soltados en la tierra de donde vinieron tras vivir toda su vida en cautiverio. El problema de qué hacer con estos animales se está resolviendo mediante la creación de santuarios en Estados Unidos, Tailandia, Malasia y, ahora, Brasil.
La vida en santuarios puede marcar una gran diferencia para estos animales extremadamente inteligentes, con cambiantes personalidades.
Tiburones y pangolines también buscan protección
La conferencia mundial de protección de la fauna, que concluyó el 5 de octubre pasado en Johannesburgo, reforzó la protección de las especies en peligro de extinción como los elefantes, los tiburones y los pangolines (mamífero asiático).
Las decisiones de la conferencia trienal de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) "cambiaron la situación", estimaron las organizaciones de defensa de los animales.
Sin embargo, las decisiones de los 182 miembros se adoptaron al cabo de acalorados debates que dejaron en evidencia profundas divisiones sobre la mejor manera de luchar contra la caza salvaje y los tráficos que genera, evaluados en unos 20.000 millones de dólares anuales.
En los últimos diez años, 110.000 paquidermos africanos murieron víctimas del tráfico de marfil, lo que corresponde a un cuarto de la población actual.
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