Vichama: el mensaje que guarda un mural de 3.800 años recién descubierto en Perú
Un pueblo en crisis, en medio de una grave escasez y hambruna, que espera que la lluvia traiga la vida.
Así es cómo los arqueólogos interpretan un mural de la civilización Caral tallado hace unos 3.800 años en Vichama, al norte de Lima, y cuyo descubrimiento fue hecho público el lunes.
La compleja escena tallada dentro de una estructura de ceremonias públicas cuenta con una iconografía diversa, incluyendo una rana antropomórfica y representaciones de personas.
La doctora Ruth Shadi Solís, directora de la Zona Arqueológica de Caral (ZAC), cree que la escena representa la "llegada de agua" a través de la lluvia.
Señala que en la civilización andina, las ranas representaban agua y la cara debajo de ésta son los humanos esperando la lluvia para darle continuidad a la vida.
Otra imagen tallada encontrada cerca muestra cuatro cabezas humanas rodeadas de serpientes y lo que parece ser una semilla con una cara.
Situación de "crisis"
Los investigadores dicen que las esculturas probablemente se hicieron durante un período de escasez y hambruna.
Tatiana Abad, otra arqueóloga en el sitio de excavación, dijo en una rueda de prensa el lunes que la escultura representaba un tiempo de "crisis" para el pueblo que vivía allí.
El sitio de Vichama se encuentra en la provincia de Huaura, a unos 150 km al norte de la capital, Lima.
Las excavaciones se iniciaron en 2007 y lo expertos creen que allí vivía una antigua comunidad de agricultores y pescadores.
Es considerado un de los centros de población más importantes de la civilización Caral, también conocido como Norte Chico, que se remonta unos 5.000 años.
La Ciudad Sagrada de Caral, en la provincia de Barranca, es descrita como el más antiguo centro de civilización encontrado en el continente americano.
El sitio fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, en 2009.
Se cree que esa civilización tuvo un misterioso declive aproximadamente en 1800 a. C.
La doctora Shady explicó que los murales de Vichama recientemente descubiertos, que representan cambios climáticos locales, podrían ser la clave de lo que les sucedió.