Son dos palabras que raramente aparecen en la misma oración: menstruación y fútbol.
Y es que aún hoy en día se trata de un tema que sigue siendo un tabú en el mundo del deporte.
Sin embargo, tres hinchas del equipo escocés Celtic de Glagow -Orlaith Duffy, Erin Slaven y Mikaela McKinle- decidieron plantearlo organizando la campaña "On The Ball" para repartir toallas sanitarias gratis en los estadios de fútbol de Reino Unido.
Y eso es especialmente relevante teniendo en cuenta que tanto dentro del campo como en las tribunas la presencia femenina en los estadios británicos es cada vez mayor.
Basta apuntar que solo en la Premier League inglesa ya las mujeres representan el 25% del total de asistentes.
El Celtic pone a rodar la idea
"Al ir al estadio noté que los productos sanitarios están dentro de máquina expendedoras, que no había recipientes sanitarios en todos los baños y que simplemente no es una prioridad para los clubes", dice Erin, estudiante de política de 21 años.
"En los planes de los estadios estamos relegadas a un segundo plano", agrega.
Comenzaron su campaña en el campo de su propio club, el Celtic Park, donde pidieron que las toallas sanitarias se repartieran gratis.
"Sabíamos que siendo tres jóvenes mujeres teníamos que mostrarnos confiadas y no dejarnos intimidar dentro de un mundo dominado por los hombres".
Y tuvieron éxito con seis clubes más en Escocia e Inglaterra.
El sábado pasado su campaña se volvió viral en las redes luego de que una hincha publicara en Twitter una foto de una cesta llena de toallas sanitarias y tampones en Oakwell, el estadio del Barnsley inglés.
Factor pobreza
Según una encuesta de Plan Internacional UK, una ONG dedicada al desarrollo de niños y niñas, una de cada 10 mujeres y adolescentes en el Reino Unido no tenían dinero para comprar productos sanitarios íntimos y un 12% tenía que usar toallas improvisada.
Y el porcentaje es mayor en Escocia donde hay peores índices de pobreza.
Sin embargo, como resaltó Erin, "la gente no paga por usar papel higiénico o jabón en los baños públicos".
Y agrega: "Uno de los argumentos más comunes que nos plantean es que si la gente puede pagar una entrada, puede costearse un tampón".
Ella lo refuta, señalando que en muchos casos las entradas son otorgadas a agencia de beneficencia para que jóvenes sin recursos puedan asistir a los estadios.
"Y las adolescentes muchas veces vienen acompañadas de parientes masculinos y es difícil para ellas pedir que le den US$2,50 para usar la máquina", dice.
Incredulidad y cambio
La campaña ha generado diversas reacciones.
"Creo que al principio la gente se preguntaba quiénes eran estas muchachitas tontas, que solo éramos una locas feministas con nuestro propio agenda", dice Erin.
"Fue realmente difícil, especialmente para los aficionados que eran un poco más viejos, entender por qué esto tenía importancia para el Celtic y el fútbol".
Sin embargo, las tres hinchas sienten ahora que ha ocurrido un "verdadero cambio".
Y destacan que desde el impulso que recibieron en las redes sociales, otros clubes se han puesto en contacto con ellas para emular el ejemplo del Celtic.