¿Tiene realmente el polen de abeja beneficios para la dieta y para la salud?
Al polen de abeja se le han atribuido durante décadas numerosas propiedades que supuestamente son buenas para nuestra dieta y nuestra salud. Pero ¿cuánto hay de mito y cuánto de realidad?
Es difícil concretarlo porque no hay muchos estudios científicos al respecto, según le dijo a BBC Mundo Jesús Román, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación.
No obstante el experto asegura que desde el punto de vista nutritivo es "innegable" que el polen de abeja tiene sus virtudes.
Un buen suplemento nutritivo
El polen de abeja es el polvo que las abejas recogen de las flores y transportan en sus patas de vuelta a la colmena para alimentar a la colonia.
Ese polvo está formado por gránulos que contienen los gametos o células reproductivas masculinas de las plantas.
Los apicultores lo recolectan mediante una pequeña trampa especial situada en la entrada a la colmena, que recoge el polvo de las patas cuando las abejas obreras entran.
De esos gránulos sale el polen seco que más se comercializa como producto para consumo humano, normalmente deshidratado.
Según explica Román, ese polen desecado es un concentrado del polen de las plantas. Eso hace que pueda contener cantidades significativas de proteínas, vitaminas, minerales y otros nutrientes.
Su composición exacta varía según las plantas de donde proceda el polen. No obstante la nutricionista Adriana Alvarado, del Centro de Nutrición Clínica de Costa Rica, cree también que es muy nutritivo.
"Contiene 25% de proteína, es bajo en grasa y sodio. Es fuente de ácido fólico, riboflavina, tiamina, niacina, pridoxina, que son todas vitaminas del complejo B. También aporta vitamina D, E, K, A, inositol y colina. Y entre los minerales que contiene están el fósforo, calcio, potasio, yodo, zinc, cobre, magnesio y selenio", le dijo a BBC Mundo.
Alvarado destaca que el polen de abeja es una excelente fuente de proteína vegetariana, ya que contiene más amino ácidos que los presentes en la leche, queso, carne y huevos.
Y como forma de consumo sugiere añadir los gránulos de polen a las frutas, los batidos, el yogurt, los cereales o las ensaladas.
Aún así, Román matiza que la cantidad de polen que se suele ingerir es bastante reducida, por lo que el beneficio final es limitado.
Por otro lado, la Asociación de Dietistas de Reino Unido apunta que la mayoría de la gente puede conseguir todo lo que necesita para estar sana con una dieta variada y equilibrada, sin necesidad de tomar suplementos.
No hay evidencias científicas de que mejore la salud
Pero al margen de su gran contenido nutritivo no existen estudios científicos que demuestren que el polen de abeja puede mejorar la salud o curar enfermedades.
Según un artículo de la FDA, la agencia estadounidense que regula los alimentos y los fármacos, está prohibido por ley en Estados Unidos afirmar que un suplemento alimenticio que cura o previene una enfermedad.
Aún así, en general no se considera que su consumo tenga un efecto dañino para las personas, pero los individuos que tienen alergias, y especialmente alergia al polen o a las abejas, deben ingerirlo con sumo cuidado y bajo supervisión médica, ya que el polen podría desencadenar una reacción alérgica.
También podría potencialmente causar alguna interacción con otros medicamentos, por eso quienes estén siguiendo alguna medicación deberían consultar con un doctor antes de empezar a tomar suplementos de polen, y en cualquier caso, comenzar con una dosis pequeña.
A pesar de la falta de evidencia científica que sustente su eficacia, tradicionalmente el polen se ha utilizado para prevenir o reducir estados de anemia, de fatiga y catarros, porque se le atribuye una capacidad energizante.
Según Alvarado, también se ha utilizado por sus supuestas propiedades anti-inflamatorias para ayudar con enfermedades en la piel como eczema o psoriasis, así como para reducir la inflamación en problemas de próstata.
Distinto del extracto de polen
Algunos productos a la venta dicen que tienen extracto de polen, que es diferente del polen de abeja.
El extracto de polen lo obtiene el hombre de plantas específicas, y por lo tanto se puede estandarizar. De hecho es frecuente su uso en pastillas aprobadas por la FDA para tratar las alergias, como parte de un tratamiento de inmunoterapia.
Pero la composición del polen de abeja no se puede estandarizar: varía según las plantas de las que se alimentan naturalmente las colonias.
En ese sentido, antes de consumir suplementos es recomendable informarse sobre la procedencia del producto. El polen de abeja absorbe la polución del ambiente, que puede incluir pesticidas o metales pesados, así que lo ideal es confirmar que viene de una zona libre de contaminación, aunque en la práctica puede ser difícil garantizarlo.