Strava, la app que inspiró a moverse en bicicleta pero no es rentable
Por suerte para decenas de millones de ciclistas en todo el mundo, Mark Gainey no se retiró del ciclismo cuando sufrió un grave accidente en 2002.
Andando en bicicleta por una escarpada carretera de California, EE.UU., se encontró con un bache y salió volando, destrozando su brazo izquierdo. Necesitó someterse a 11 operaciones para reparar el daño.
Muchos de nosotros no querríamos volver a ver una bici nunca más en la vida después de algo así, pero Mark se volvió a sentar en el sillín pocos años más tarde, y junto a un amigo tuvo la idea de crear la que hoy es la aplicación de ciclismo más popular del mundo: Strava.
Si no eres un ciclista apasionado, es posible que nunca hayas oído hablar de ella, pero para quienes les gusta pedalear sobre dos ruedas no es exagerado decir que ha sido una app revolucionaria.
Usa tecnología GPS en el smartphone para poder registrar la carrera y observar después la ruta sobre un mapa electrónico. Te dice cuán lejos y cuán rápido llegaste, comparando tus tiempos en determinados tramos con tus propios resultados y con los de otros usuarios.
De esta manera, puedes competir para superar los récords de otros ciclistas y ser "el rey (o la reina) de la montaña".
Se lanzó por primera vez en 2009 y desde entonces se ha extendido a otras actividades deportivas, como salir a correr.
Hoy día cuenta con decenas de millones de usuarios en todo el mundo, muchos de los cuales la encuentran tremendamente adictiva. "Si no está en Strava, no cuenta", dicen algunos a la hora de marcar los resultados de una carrera.
Tiene numerosos rivales, como Map My Ride o Endomondo, pero el número de usuarios de Strava supera con crece al de las demás: asegura que cada 45 días se anexiona un millón más.
Sin embargo, a pesar de su enorme popularidad y del hecho de que esté respaldad por US$70 millones de inversión, varios informes dicen que la empresa -que no quiere revelar sus resultados financieros- todavía no genera suficientes beneficios.
Pero ¿cuál es el problema y cómo se puede cambiar?
Un vestuario virtual
Mark Gainey, de 48 años, dice que la idea de la empresa, que está basada en San Francisco, California, EE.UU., surgió cuando él y su socio Michael Horvath se graduaron en la Universidad de Harvard.
"A finales de los 80, Michael y yo remábamos juntos en Harvard. Fue una experiencia increíble, muy especial, había una gran camaradería", le contó a la BBC.
"El único problema fue que cuando nos graduamos todo eso desapareció".
"Así que haciendo una lluvia de ideas para negocios dijimos: '¿No sería genial reproducir la camaradería de los barcos?' La idea era crear un vestuario virtual para que los atletas compararan sus tiempos. Por desgracia, esa tecnología no existía por aquel entonces".
Años después, en 2008, Mark y Michael, que seguían siendo amigos, no se habían olvidado de la idea.
Mark había pasado cerca de dos décadas en la industria del software, mientras que Michael era catedrático de economía y también había pasado por el sector informático.
La tecnología ya había hecho su idea posible gracias a la invención de los navegadores satelitales GPS, el iPhone y otros teléfonos inteligentes.
Y los "Me gusta" de Facebook permitían que la gente pudiera compartir más información personal en internet.
Demasiado buena
Así que los dos amigos lanzaron Strava. El nombre viene de la palabra sueca para "esforzarse" y hace referencia al apellido de un ancestro de Michael.
Pronto se convirtió en un todo un éxito. Vio crecer su número de usuarios y no ha caído desde entonces.
Los países donde más se usa son Estados Unidos, Reino Unido y Brasil, y los críticos dicen que su éxito reside en su facilidad de uso y enfoque social (puedes ver lo que hacen tus amigos, comentar su actividad y elogiar sus logros).
Mark se refiere a Strava como su "poción mágica" y tiene grandes ambiciones para la empresa. "Queremos convertirnos en la marca deportiva de mayor confianza del siglo XXI", explica.
El problema financiero para Strava reside en que su versión gratuita es tan buena que la mayoría de los usuarios no quieren pagar por el servicio "premium".
La compañía no ha publicado los porcentajes que muestran el número de usuarios "premium", pero los comentaristas dicen que gira en torno a apenas el 20%.
Tal y como confirma Mark, el principal ingreso de la empresa reside en los suscriptores "premium" y está pensando en maneras de incrementar su número.
Strava también espera ganar dinero a través de colaboraciones con firmas deportivas y utiliza sus datos para trabajar con autoridades locales en todo el mundo y mejorar y aumentar los carriles para ciclistas.
Cuenta para ese propósito con un nuevo director ejecutivo, James Quarles, quien antes trabajaba en Instagram
La periodista británica especializada en ciclismo Rebecca Charlton dice que es difícil sobreestimar cómo Strava se ha vuelto una "red social para atletas".
Sin embrago, el analista estadounidense Scott Montgomery considera que Strava tiene por delante un futuro provechoso.
"Dicen que en el sector tecnológico que el primero en llegar es el que gana, el segundo es olvidado, y Stravaha superado definitivamente a sus rivales".
"Hicieron un gran trabajo en marketing y es muy fácil de usar. Ahora están en un punto en que tienen una gran audiencia y desde ese punto se volverán rentables".
Mark dice que Strava "es la red social global para los atletas, pero también para motivar a la gente a que sea más activa".