Las restricciones impuestas a Huawei para acceder al sistema operativo Android de Google extenderá una larga sombra sobre el lanzamiento de los últimos dispositivos de la empresa china.
La compañía invitó a medios de todo el mundo a Londres, Reino Unido, para que este martes sean testigos del lanzamiento de sus teléfonos inteligentes Honor 20.
La BBC entiende que los dispositivos todavía ofrecerán la experiencia Android completa, incluido el uso de la tienda de aplicaciones Google Play.
Pero, a no ser que se resuelva antes el choque con el gobierno de Estados Unidos, las futuras versiones están destinadas a ofrecer una experiencia mucho más limitada.
Es de suponer que Google no quiere romper lazos con la segunda compañía que más teléfonos Android vende en el mundo después de Samsung: Huawei dijo recientemente que más de 500 millones de consumidores usan sus dispositivos.
En teoría, la Oficina de Industria y Seguridad de Estados Unidos puede emitir una licencia para que Google mantenga su relación con Huawei, o al menos partes de ella, o incluso dé un giro total y abandone totalmente sus restricciones.
Entonces ¿cuáles pueden ser algunas de las consecuencias de la ruptura de Google con Huawei?
¿Qué hizo Google exactamente?
El gigante tecnológico estadounidense suspendió toda la actividad de negocios con Huawei relacionada con transferencias de hardware, software y servicios técnicos no públicos.
Esto no quiere decir que Huawei haya perdido todo acceso a Android, ya que el sistema operativo es un proyecto de código abierto. Cualquier fabricante puede modificarlo e instalarlo en sus dispositivos sin necesidad de obtener permiso.
Pero en la práctica, todos los grandes fabricantes se apoyan en el soporte de Google.
Además, Google controla el acceso a varias piezas adicionales de software, como:
- Google Play
- sus propias aplicaciones
- la ayuda virtual del asistente de Google
- el servicio de correo Gmail
- herramientas que permiten a servicios de terceros acceder a ciertas funciones.
¿Cómo afecta esto a dispositivos de Huawei ya existentes?
Quienes tengan teléfonos de Huawei o de la subsidiaria Honor no se encontrarán con que de repente no pueden instalar nuevas apps o recibir actualizaciones de los servicios de Google.
La razón es que sus dispositivos ya han sido certificados mediante las pruebas de compatibilidad Compatibility Test Suite (CTS) y Vendor Test Suite (VTS).
En consecuencia, Google puede ofrecerles nuevas versiones de sus productos y autorizar descargas de su tienda Play sin tener que lidiar directamente con Huawei.
Sin embargo, el tema se hace más complejo cuando se trata de actualizaciones de seguridad.
En estos casos, normalmente Google les da a los fabricantes de dispositivos Android el código para sus parches de software un mes antes de revelar al público los detalles de las vulnerabilidades encontradas.
Esto les da a los fabricantes tiempo suficiente para comprobar que los parches no le causan problemas a su propio software y así poder preparar una versión de los parches a descargar.
Ahora, Huawei solo conocerá los parches el mismo día que sean revelados al Proyecto de Código Abierto de Android (AOSP, por sus siglas en inglés), lo que significa que habrá una demora antes de que los pueda distribuir.
Teóricamente, esto puede derivar en una situación en la que se revele una falla seria y los dispositivos de Huawei queden expuestos durante varios días o semanas.
¿Qué pasa con los nuevos teléfonos?
Los nuevos teléfonos no serán certificados y, en consecuencia, no podrán tener preinstalado los Google Mobile Services (GMS).
El GMS incluye una serie de las apps propias de Google:
- la tienda Google Play para apps, música y otros medios
- Google Photos
- YouTube
- Google Maps
- almacenamiento en la nube de Google Drive
- llamadas de video Google Duo
Algunos de estos servicios todavía serán accesibles a través de la web, pero para muchas personas esta opción es menos cómoda.
Esta pérdida no tendrá mucho impacto en usuarios radicados en China, que ya tienen bloqueado el acceso a la mayoría de las herramientas de Google, pero fuera de China puede ser un factor difícil de asumir para muchos consumidores.
Todavía podrán instalarse aplicaciones de terceros a través de tiendas alternativas o mediante un proceso que se conoce como sideloading (instalación manual de aplicaciones).
Pero Google impide que sus propias apps se instalen en dispositivos no certificados.
La pérdida de acceso al GMS también significa que los desarrolladores no serán capaces de intervenir en las interfaces de programación de aplicaciones (API, por sus siglas en inglés) de Google en los nuevos dispositivos.
La consecuencia es que las apps pueden perder algunas funciones.
"Imaginemos que una app quiere mandarle una notificación a tu dispositivo", le explicó a la BBC Mishaal Rahman, editor jefe del sitio de noticias XDA-developers.com.
"Hay muchas, muchas posibilidades de que esté usando los servicios de Google Play para lanzar la notificación. Por tanto, cualquier aplicación, incluida la red social Twitter, puede dejar de funcionar con notificaciones".
Otro ejemplo, añadió el experto, sería la pérdida de Casting, un servicio que les permite a los dispositivos transmitir audio y video de forma inalámbrica a un televisor u otro equipo.
¿Y qué pasará con las futuras versiones de Android?
Hay mucha especulación en torno a la posibilidad de que los dispositivos de Huawei puedan quedarse estancados en la versión actual de Android.
Pero Rahman cree que es improbable que eso ocurra, dado que la siguiente versión, Android Q, también será de código abierto y Google ya ha compartido la mayor parte del código fuente con Huawei y otros socios.
Sin embargo, Rahman agregó que la situación se puede complicar para el lanzamiento subsiguiente, el de Android R, en 2020.
"Lo que ocurre es que los principales socios de Google, que incluyen a compañías como Huawei y Samsung, reciben acceso a un anticipo del código muchos meses antes del lanzamiento al público de la versión beta", explicó.
"Esto les da una gran ventaja para adaptar sus propios lanzamientos de software.
"Con la situación actual, Huawei puede perder varios meses de tiempo para el desarrollo de sus productos".
Si la empresa china aceptara que solo podrá ofrecer el sistema operativo mucho más tarde que sus competidores, se puede enfrentar a una pesadilla de marketing, apuntó Rahman
"Android es una marca y para poder usarla tu software debe estar certificado", explicó.
"Así que, aunque Huawei continúe vendiendo dispositivos haciendo uso del código abierto, legalmente no puede llamar Android a sus dispositivos".
¿Cuál es la alternativa?
Huawei le dijo al diario alemán Die Welt en marzo pasado que tenía preparado su "propio sistema operativo" como Plan B.
En China, quizá eso no sea un gran problema, puesto que los dueños de los dispositivos pasan la mayor parte del tiempo en WeChat, una plataforma que permite el funcionamiento de apps de terceros.
Otros desarrolladores quedarán probablemente bajo presión para lanzar rápidamente versiones de sus aplicaciones autónomas para el nuevo sistema operativo.
Pero en otros lugares, la medida puede ser altamente problemática, opinó Rahman.
"La parte fundamental del éxito de un sistema operativo móvil es el número de aplicaciones disponibles en el mercado.
"Y a la par que el iOS de Apple, Android tiene una enorme plataforma de desarrolladores".