Se lo considera uno de los acuerdos comerciales más determinantes de la historia.
El 6 de noviembre de 1980 la naciente empresa tecnológica Microsoft fue contratada por el gigante IBM, la cual dominaba el mercado informático a nivel mundial.
Ese acuerdo cambiaría el futuro de la computación, eventualmente llevando a la empresa creada por Bill Gates y Paul Allen a la cima de la industria, muy por encima de IBM.
¿Qué tuvo de especial ese contrato? Por un lado, que creó el MS DOS, el principal sistema operativo para computadoras personales de la época.
Pero lo que resultó clave para el éxito futuro de Microsoft fue la letra chica. Más en concreto, dos cláusulas que terminarían beneficiando a la empresa que entonces era más pequeña.
Una casualidad
La historia es así: IBM era el líder mundial de la computación, pero hasta la década de 1980 solo creaba computadoras para empresas.
De hecho, el nombre completo de la compañía señala claramente cuál era su objetivo, pues IBM es un acrónimo de International Business Machines o Máquinas de Negocios Internacionales.
Pero ante el creciente interés en las computadores personales (PC, por sus siglas en inglés), IBM empezó a desarrollar su propio modelo, bajo el nombre secreto de Project Chess (Proyecto Ajedrez, que en inglés también tiene las siglas PC).
A pesar de que IBM solía desarrollar sus propios productos, en este caso, como había ingresado tarde en el mercado de las PC, decidió tercerizar la producción del sistema operativo.
El gigante se puso en contacto con diversos creadores de software, incluyendo a Microsoft, que había sido creada por Gates y Allen en 1975, tan solo 5 años antes.
Pero antes de negociar con estas empresas, IBM les hizo firmar un acuerdo de confidencialidad.
En su autobiografía "Un hombre de ideas", Allen reveló que este detalle le dio a Microsoft una enorme ventaja: su principal rival, Digital Research, no aceptó firmar el acuerdo de confidencialidad y, tras una negociación frustrada, se bajó de la contienda.
"Gracias a una casualidad, se nos dio la oportunidad de crear el producto crucial de esa era", escribió Allen.
Ese "producto crucial" fue el MS-DOS, que a mediados de los años 80 dominó el mercado de los sistemas operativos para PC.
¿Cómo hacerlo?
Cuando Microsoft firmó el acuerdo con IBM, no sabía bien cómo cumpliría con su parte del contrato.
La empresa, hasta entonces dedicada a crear programas de computación, no había desarrollado un sistema operativo como el que pedía IBM.
Sin embargo, Gates y Allen, que entonces tenían 25 y 27 años respectivamente, sabían dónde buscar.
Compraron los derechos de un sistema operativo llamado QDOS creado por la empresa Seattle Computer Products e incluso contrataron al ingeniero informático que creó el sistema operativo, Tim Paterson, para que lo adapte a las necesidades de IBM.
El resultado fue el PC-DOS, como se conoció a la versión del sistema operativo que llevaban las computadoras personales de IBM.
La segunda cláusula clave
Pero el contrato entre IBM y Microsoft tenía otra cláusula que resultaría incluso más beneficiosa para la segunda compañía.
Resulta ser que como líder mundial de la computación, IBM había tenido que enfrentar muchas investigaciones antimonopolio y demandas legales por supuestamente ahogar a la competencia.
Es probable que eso explique por qué el gigante aceptó firmar un acuerdo no exclusivo con Microsoft, que le permitía a la empresa de Gates y Allen vender su sistema operativo a otras fabricantes de computadoras.
Así, el contrato con IBM le dio a Microsoft mucho más que los US$430.000 que obtuvo por el acuerdo.
La real ganancia fue la que logró por vender su MS-DOS, como llamó a su nuevo producto.
Los ingresos de la compañía ascendieron de US$16 millones, en 1981, a US$140 millones en 1985.
Ese año, Microsoft lanzó su primera versión de Windows, que estaba basado en el MS-DOS.
Para cuando el mundo de la computación comenzó su acelerada expansión en la década de los 90, Microsoft ya era el nuevo gigante.
La empresa logró que su sistema operativo Windows fuera la plataforma casi única de las PC, con excepción de las Mac de Apple y unas pocas que usaban Linux.
Eventualmente, la popularidad de este sistema lo convertiría en la principal empresa tecnológica del mundo y a Gates en el hombre más rico del mundo.
Mientras tanto, IBM siguió el camino inverso: la compañía perdió miles de millones de dólares y en 1993 fue superada en valor de mercado por Microsoft.
Con la llegada del nuevo milenio, ambas serían superadas por un tercer rival: Apple, pero esa ya es otra historia.