Para los fanáticos de los televisores, el tamaño sí que importa.
Y si quieren una pantalla grande, es necesario una mayor resolución, para lograr así el máximo de detalle con la menor distorsión.
"Eso es 8K. Nos permite una pantalla de 33 millones de píxeles y una resolución cuatro veces la del UltraHD", explicó Raúl Martín, vicepresidente de Electrónica de Consumo de Samsung en España, en una entrevista en la IFA de Berlín, la mayor feria de tecnología de consumo de Europa.
Para ser aún más claros: las imágenes en un televisor 8K están compuestas por 33 millones de puntitos o pixeles. En un 4K, 8,8 millones. En un HD (Alta Definición), solo dos millones.
Es decir: si intentas hacer un retrato de una persona con la mayor fidelidad posible, es mejor usar 33 millones de piezas que solo 2 millones. Esa es la gran diferencia.
Brillo y contraste
La otra gran promesa del 8K, como informa el periodista de la BBC Rory Cellan-Jones desde la feria en Berlín, es el brillo, que suele medirse en una unidad conocida como Nit, que significa la intensidad de la luz visible. Un Nit es igual a la luz de una vela de cera por metro cuadrado.
De esta manera, los televisores 8K emiten 4.000 Nit. "Eso significa imágenes más profundas, más brillantes, más atractivas", reporta Cellan-Jones.
Sin embargo, Ken Hong, director de comunicaciones de LG, le dijo a la BBC que si bien para muchas personas era importante el brillo, para "los que conocen sobre televisores, el contraste es mucho más importante".
"El tener contraste infinito, que significa que el negro es tan negro que ni siquiera puede medirse (es superior)", señaló.
En la IFA Berlín, las compañías coreanas Samsung y LG presentaron modelos con esta tecnología.
Samsung será el primero en comercializarla a partir de octubre de este año. Con tres modelos de esta resolución -de 65, 75 y 85 pulgadas-, pretende adelantarse a LG en su salida al mercado, con un rango de precios entre US$5.843 a US$17.531.
¿Vale la pena comprarlo?
Sin embargo, a pesar de que la tecnología ya está desarrollada, existe una situación que parece un embudo: aunque pronto habrá televisores 8K en el mercado, no hay contenidos suficientes en esa resolución.
En un comunicado de prensa de 2014, el Comité Olímpico Internacional anunció que los Juegos Olímpicos Japón 2020 serán transmitidos en tecnología 8K. Hasta fecha, este es el único proyecto audiovisual de gran envergadura anunciado en esta tecnología.
Desde Berlín, Rory Cellan-Jones mostró imágenes grabadas con una cámara 4K en una televisión de 8K. "Quizá usted lo vea en algo de menos resolución, por lo que es un poco difícil dimensionarlo", señaló.
Ken Hong, de LG, es sincero al manifestar que la compañía todavía no sabe cuándo lanzará al mercado sus televisores de tecnología 8K por la escasez de contenido.
"Reconocemos que el contenido todavía no está disponible. Entonces, ¿cuál es el interés de comprar un televisor en el que no hay mucho contenido disponible? Queremos que las personas sepan que esta tecnología está lista, pero en términos de negocio, vamos a saber (durante la feria) si tiene sentido o no".
Inteligencia Artificial, un salvavidas
"A falta de contenidos, porque es obvio que los contenidos vendrán luego, el televisor es capaz, a través de la inteligencia artificial (IA) 8K, de procesar cualquier señal y convertirla a la mejor experiencia", indicó Raúl Martín, de Samsung.
Esta tecnología, entonces, se apoya en IA, reglas y algoritmos para mejorar la calidad de la imagen original, permitiéndole al televisor crear una especie de degradado de nuevos píxeles, tomando como muestra los originales.
Martín afirma de manera optimista que la transición de resoluciones en el caso del 8K va a ser "realmente rápida a nivel de dispositivos".
La falta de contenido en altas resoluciones siempre ha sido un problema. Si la transición ocurrió del HD al ultraHD, y de ahí al 4K, no hay muchas razones para pensar que ocurra lo contrario con el 8K.