La imagen es inconfundible: cuerpos que parecen tener globos inflados en los brazos, pectorales y espaldas.
Los llegan a llamar "Hulk humanos", por su semejanza con el superhéroe de color verde, pero a diferencia del personaje de ficción ellos no tienen la opción de volver a ser Bruce Banner, el inseguro científico que ve cómo su cuerpo se transforma en una máquina de músculos.
Y lo que es peor, tampoco tienen su fuerza.
Este es el caso de Arlindo de Souza, Romario Dos Santos Alves y Valdir Segato, tres brasileños que en los últimos años han sido noticia por lo impactante de su físico, pero también por la manera en la que consiguieron esa particular apariencia.
El denominador común en la transformación de los tres es el Synthol, una sustancia que suelen utilizar algunos fisicoculturistas para darle forma a sus músculos, pero que puede llegar a ser muy peligrosa cuando no se regula su uso.
"El Synthol, o también llamado Syntherol, es una mezcla de aceite (85%, triglicéridos de cadena mediana o MCT), lidocaína (7,5%, anéstésico local) y alcohol benzilo (7,5%) que se inyecta directamente en el músculo", le dijo a BBC Mundo el doctor César Kálazich, especialista en medicina deportiva de la Clínica MEDS, en Chile.
"Actúa como un implante, causando un aumento de volumen de inmediato", explicó.
"Es divertido"
Segato le dijo a BBC Mundo que la razón por la que él había comenzado a inyectarse un sustancia similar al Synthol fue que no lograba crecer su volumen muscular siguiendo una rutina de entrenamiento en el gimnasio.
"Había muchos y yo estaba muy flaco", recordó.
"Cuando veía a las otras personas que estaban tan fuertes, yo quise ser como ellos".
Segato reconoció que sintió un poco de miedo, pero no niega que disfruta la atención que genera su cuerpo: "La gente pregunta, los niños tienen curiosidad y piden que me saque la camisa. Es divertido".
De Ribeirao Preto, en Sao Paulo, Segato contó que tuvo que dejar de utilizar Synthol por "recomendación médica porque se podía crear un problema".
Fue lo que le ocurrió a Dos Santos Alves, quien durante una época mostró orgulloso cómo sus brazos había alcanzado los 65 centímetros de diámetro.
"Recuerdo que el médico me dijo que tendrían que amputarme ambos brazos. Me dijeron todo lo que había dentro: mis músculos eran roca", contó en una entrevista con el diario británico Daily Mail en 2016.
Tras dejar de tomar la sustancia, el cuerpo de Dos Santos se deshinchó.
Riesgos
El doctor Kálazich enumeró una serie de problemas que pueden aparecer por el uso indebido del Synthol o cualquier otro tipo de sustancia con una composición similar que tiene como fin el aumento de la masa muscular de manera artificial.
"En la literatura científica se han descrito casos de dolor crónico asociado a la inyección", comento el especialista de la Clínica MEDS.
A eso se suma la aparición de "fibrosis muscular (degeneración del músculo que ocasiona reemplazo de tejido muscular por tejido cicatricial) o la formación de un oleoma, que es la encapsulación tumoral del aceite con deformidad del músculo y potencial daño irreversible de éste".
También está la posibilidad de que surjan "infecciones y abscesos en el sitio de punción, lo que puede llevar a la cirugía o amputación del miembro afectado".
Por último, el doctor agregó que un escenario en el que "si bien no se ha descrito con Synthol, existe un riesgo de embolias grasas en los pulmones o cerebro (transporte de una gran cantidad de aceite a través de un vaso sanguíneo venoso o arterial, respectivamente), lo que puede llevar a severo compromiso pulmonar o cerebral, incluso la muerte".
De allí que se repita la recomendación de que la mejor forma para aumentar los músculos es de forma natural a través del ejercicio y no con el uso de sustancias que significan un riesgo para la salud.
Este artículo fue publicado originalmente por BBC News Mundo en septiembre de 2018.