Los meses de invierno son el momento más popular del año para buscar compromisos amorosos y los de verano, para romances.
Pero puede que estemos buscando desde ideas equivocadas de lo que es el amor, el romanticismo y la felicidad.
¿Es mejor parecerse a tu pareja? ¿Son las parejas casadas realmente más felices en el largo plazo? ¿Es la monogamia la mejor opción?
Las respuestas pueden sorprenderte.
En BBC recopilamos algunas de nuestras investigaciones científicas favoritas (muchas de ellas contrarias a la lógica) sobre este tema.
1. Ni tú ni nadie tiene realmente un "tipo" de persona
Las citas online son hoy en día la manera más común de conocer una pareja, aunque puede resultar intimidante sentirse como un perfil más entre millones.
Sin embargo, también puede ser alentador saber que en medio de la oleada de fotos de personas que aparecen en la pantalla, la percepción sobre qué tan atractivo es alguien puede estar influida por las caras que hemos visto previamente.
En este sentido, las investigaciones sugieren que nuestra percepción de la belleza, lejos de estar profundamente arraigada, es mucho mas efímera.
Por lo tanto, si alguien visita tu perfil, quizás no es mala idea que te vea en medio de un conjunto de fotos atractivas de otras personas.
Por otro lado, el hecho de que los usuarios de sitios de citas den un vistazo rápido a las fotos, también puede funcionar a nuestro favor.
Psicólogos han detectado que las caras en este tipo de aplicaciones están sujetas a lo que se conoce como un "efecto destello", que hace que los rostros se vean más atractivos porque los miramos por menos tiempo.
La razón detrás de esto, sospechan los investigadores, es que este mecanismo nos previene de dar una segunda mirada con más detenimiento por el temor a perdernos un buen candidato.
En otras palabras, la idea de que cada uno tiene un "tipo" no es cierta.
2. Los opuestos no siempre se atraen
No es completamente cierto que los opuestos se atraen. Hay ciertas características populares en un pareja, independiente de cómo sea tu personalidad, como por ejemplo, ser agradable y no muy neurótico.
Pero a veces "las mejores" características en una pareja, varían dependiendo de tu propio carácter.
Para las personas que tienen un estilo ansioso de apego en las relaciones y que se preocupan por la posibilidad de ser abandonados, por ejemplo, tener una personalidad más parecida a tu pareja aumenta el nivel de satisfacción.
Y hay otras cosas donde es mejor parecerse, como que ambos sean madrugadores o búhos nocturnos.
Pero a veces, encontrar tu propia personalidad reflejada en otra persona puede apagar las ganas de tener una relación.
Algunos estudios sugieren que si una de las personas es diligente, es bueno que el otro no sea igual para equilibrar la relación.
3. Sí, casarse te hace más feliz, pero no para siempre
Si tú y tu pareja son compatibles, quizás van a casarse. ¿Pero qué significa eso para tu personalidad y tu felicidad?
Estudios muestran que el matrimonio provoca cambios de largo plazo en la personalidad de la gente.
Una investigación desarrollada durante cuatro años con un grupo de 15.000 alemanes reveló que después de contraer matrimonio, las personas mostraron una disminución en su nivel de apertura y extroversión.
Pero mirando el lado positivo, hay personas que aseguran que después de casarse mejoraron su capacidad de autocontrol y su capacidad de perdonar, cualidades esenciales para mantener una relación de largo plazo.
¿Y qué pasa con el tema de la arrogancia de las parejas casadas? Puede venir del hecho de que las parejas casadas realmente creen que son más felices... al menos por un tiempo.
Las investigaciones muestran que los niveles de satisfacción aumentan en la pareja tras el matrimonio, pero después de unos años, el grado de satisfacción vuelve a los niveles previos.
4. Las separaciones cambian tu personalidad
Hay estudios que han revelado un fenómeno que parece ser el opuesto al "efecto de la pareja casada arrogante": la gente también experimenta cambios de personalidad después del término de una relación de largo plazo.
Investigaciones realizadas con personas de edad media que se han divorciado mostraron que las mujeres se vuelven más extrovertidas y abiertas después de cortar el nexo con su esposo.
Los hombres, en cambio, no manejaron tan bien la separación. Tendían a ponerse más neuróticos y más meticulosos después del divorcio.
Pero una característica común es que tanto hombres como mujeres tienden a ser menos dependientes después de separarse.
Por otro lado, de la misma manera que las separaciones cambian tu personalidad, tu personalidad afecta la manera en que te vas a recuperar después de un divorcio.
Las personalidades más extrovertidas tienden a casarse de nuevo mas rápido, mientras que las más neuróticas muestran una tendencia a establecer relaciones cortas después del divorcio.
5. El poliamor puede mejorar tus amistades
Por supuesto la monogamia no es la única opción.
El poliamor, un estilo de relación entre más de dos personas, puede ser una tendencia creciente.
A diferencia de la infidelidad que puede existir en una relación monógama, en el poliamor esto pasa abiertamente y con consentimiento.
Investigaciones han mostrado que las personas que están en relaciones poliamorosas mantienen amistades más fuertes por fuera de su vida amorosa, a diferencia de las parejas monógamas.
Y por otro lado, un estudio online encontró que la gente poliamorosa es más proclive a practicar sexo seguro.
Pero si no eres poliamoroso, no te preocupes, porque no necesariamente te estás perdiendo toda la diversión.
Puede ser que estas personas simplemente sean más abiertas a todo tipo de relaciones (incluyendo amistades).
Y hay investigaciones que han mostrado que, en general, los poliamorosos tienen más o menos el mismo nivel de bienestar psicológico y la misma calidad de relación que las parejas monógamas.