¿Hay alguna puerta en tu vida diaria que siempre te confunda? ¿Una a la que no sabes si empujar, jalar o deslizar? ¿O una que haya hecho que te golpees?
Si la respuesta es sí, no es que tú seas torpe. Probablemente, la causa sea que esa puerta esté mal diseñada.
"(El diseño de una puerta) parece muy fácil y simple, sin embargo, casi todo el mundo ha tenido problemas con las puertas", dice Donald Norman, director del Laboratorio de Diseño de la Universidad de California en San Diego (UCSD), a BBC Mundo.
"Encontramos muchas, muchas puertas en nuestras vidas y es difícil acordarnos de cómo usar todas, por lo que hay personas que siempre están confundidas", agrega.
"A veces abren la puerta en la cara de alguien", lamenta.
Clásico del diseño
Norman cuenta que en la década de 1980 tenía problemas para usar no solo las puertas, sino también los interruptores y los grifos del lugar donde trabajaba en Inglaterra.
"Era exasperante. Así que me senté y escribí un libro, en el que digo que el diseño debe ser cuestión de sentido común. Si son cosas de todos los días, ¿por qué están tan mal diseñadas? Dejé de ser un científico y empecé a ser un diseñador", recuerda el ingeniero que luego estudió Psicología.
El libro al que se refiere es The Design of Everyday Things ("El diseño de las cosas de todos los días", de 1988), ahora un clásico del diseño.
La publicación habla de los principios generales del diseño aplicados en artículos que usamos diariamente, como interruptores, llaves de grifos, teteras, teléfonos, bañeras, sets de televisión y puertas, y cómo las personas se relacionan con estos objetos.
Una de las cosas que más llamó la atención del libro fue la parte que Norman dedica a las puertas.
En honor al texto, las puertas mal diseñadas, las que causan problemas, empezaron a conocerse como "Norman doors" o "puertas Norman".
Un reportaje del medio digital Vox define a las puertas Norman como "aquellas que te dicen que hagas lo contrario de lo que deberías hacer" o las que "dan señales equivocadas y necesitan señales que las corrijan".
Para el experto, una puerta bien diseñada, sería aquella que sigue uno de los principios básicos del diseño: la "discoverabilidad", según dice en Vox.
Esto consiste en que los usuarios sean capaces de deducir qué operaciones deben realizar con las cosas para que funcionen.
Pero hay muchas puertas que no siguen este parámetro y por eso reciben el apelativo de "Norman".
"'Puertas Norman' es una frase tan común ahora, que nadie sabe realmente quién fue la primera persona en usarla. Muchos diseñadores ?en el sentido amplio de la palabra? saben lo que son las puertas Norman", dijo el Laboratorio de Diseño de la UCSD a BBC Mundo.
Un apellido para algo mal hecho
Donald Norman no fue el que bautizó así a las puertas.
"(En el libro) no había nada especial sobre las puertas, excepto que capturan la imaginación de la gente", dijo Norman a BBC Mundo.
Pero ¿cómo se siente Donald Norman de que su apellido sirva para nombrar algo mal hecho?
En un principio, fue frustrante para él.
"Pensaba que yo era un científico tratando de entender cosas muy difíciles e importantes y era vergonzoso que usaran mi apellido para puertas que no podían abrirse", dice Norman a BBC Mundo.
"Pero resulta que es útil porque las personas que quieren saber más, descubren mis libros, los leen y ven que hay mucho más. El libro ha sido muy popular y positivo. Creo que ha enseñado a la gente más sobre diseño que cualquier otra cosa (puertas)", agrega.
En realidad, los criterios aplicados a las "puertas Norman" pueden extenderse a casi todo el diseño.
Cosas problemáticas
Norman reconoce que sí hay artículos que son complejos y que necesitan instrucciones. Pero aclara que si tienen un buen diseño, la persona que los use necesitará que le enseñen solo una vez cómo maniobrarlos.
Pero este no siempre es el caso, ni siquiera en cosas simples.
Entre otros artículos que suelen estar mal diseñados, Norman menciona, por ejemplo, las llaves para encender las hornillas de la cocina.
"¿Alguna vez han encendido la hornilla equivocada?", pregunta el experto. "No se aprende, porque están muy mal diseñadas".
"¿Siempre te acuerdas si debes deslizar tu dedo por la pantalla de tu celular hacia arriba, abajo, a la izquierda o a la derecha para desbloquearlo?", continúa.
Si la respuesta es no, es porque está mal diseñado.
"Se pueden encontrar estos problemas en cualquier lugar donde se mire", concluye Norman.