Antes de que comenzara a circular el primer euro en 2002, ya existía una unión monetaria con más de 50 años de historia: el franco CFA.
Esta divisa que emplean 14 países africanos, la mayoría de herencia francesa, apenas es conocida fuera de los territorios donde se usa. Pero la semana pasada fue llevada a la palestra por las autoridades italianas, que en acusaron a Francia de usarla para enriquecerse "empobreciendo a África".
Pese a que París reaccionó convocando el pasado martes a la embajadora italiana para manifestarle su malestar, las críticas continuaron con altos cargos y figuras italianas diciendo que el gobierno francés "nunca dejó de colonizar África", "sustrae las riquezas" de este continente y financia su deuda pública con el franco CFA.
Los defensores de la moneda, entre los cuales está obviamente Francia, la consideran una fuente de estabilidad para la economía de una zona que se caracteriza por ser frágil y convulsa en el plano político.
Sus detractores, en cambio, ven en ella un vestigio del colonialismo que apenas ha sufrido modificaciones desde que fuera ideado por su antigua metrópolis.
Pero, ¿cómo surgió esta divisa y por qué genera tanta polémica?
El "arma invisible" de la "Francáfrica"
Los orígenes del franco CFA se remontan al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
A Francia, que había sido ocupada por los alemanes, todavía le quedaba por delante una larga recuperación, así que sus autoridades decidieron establecer dos divisas distintas para el país y sus colonias: el franco y el franco CFA, respectivamente. Así, ambas podrían ser devaluadas de acuerdo a las necesidades y cambios económicos de cada área.
"El objetivo de Francia era facilitar el drenaje de recursos de estos territorios conquistados hacia la metrópolis y, a la vez, asegurarse el control económico de estas colonias", afirmaba en septiembre del año pasado al canal de televisión francés TV5Monde la periodista Fanny Pigeaud.
Junto al economista senegalés Ndongo Samba Sylla, Pigeaud es la autora del libro El arma invisible de la Francáfrica: una historia del franco CFA, en el que argumentan que este sistema monetario le sirvió luego a París para reconocer oficialmente la soberanía de sus antiguas colonias sin soltar las riendas de sus economías.
El valor del franco CFA está ligado al de la divisa que use Francia (antes el franco francés y ahora, el euro), que tiene un poder decisivo sobre él.
Existen dos versiones emitidas por bancos centrales diferentes, el Banco Central de los Estados de África Occidental (BCEAO por sus siglas en francés) y el Banco de los Estados de África Central (BEAC), y valen lo mismo pero no son intercambiables. Francia tiene representación en ambos organismos.
Países en el BEAC |
Países en en BCEAO |
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Camerún |
Benín |
Congo |
Burkina Faso |
Gabón |
Costa de Marfil |
Guinea Ecuatorial |
Guinea-Bissau |
Chad |
Mali |
República Centroafricana |
Níger |
Senegal |
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Togo |
Las autoridades francesas defienden que los africanos son quienes deciden y que la iniciativa de hacer cambios o eliminar el franco CFA debe venir de ellos.
Intelectuales como Sylla creen que reduce la soberanía de sus países: "Ninguna decisión de política monetaria puede ser tomada sin el aval del gobierno francés", le explica a BBC Mundo por correo electrónico. "El Tesoro [Público francés] es un gendarme poderoso pero también la 'casa de cambio' de los países africanos que usan el franco CFA".
El BCEAO y el BEAC tienen la obligación de depositar el 50% de sus reservas internacionales dentro de una "cuenta especial" del Tesoro Público francés, que a cambio garantiza la convertibilidad de los francos CFA a euros, asegura el experto en economía del desarrollo.
A Sylla no le sorprende que muchos, incluso dentro de África y Francia, no hayan oído nunca de esta divisa: "Los dos francos CFA son desconocidos para los mercados internacionales. Solo pueden ser convertidos en moneda extranjera a través del Tesoro francés".
"Asimismo, los billetes y monedas de franco CFA siempre son fabricados, sin recurrir a una licitación internacional, por las imprentas del Banco de Francia".
Usar el franco CFA tiene ventajas. Al estar vinculado con el euro, la inflación no se dispara a niveles desorbitados como lo hace en países africanos con moneda propia, como resaltó hace unos años el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, que lo calificó de "mecanismo de protección contracíclica".
Esta estabilidad monetaria junto a la libertad de movimiento de capitales que se extiende por la zona franco debería, en teoría, favorecer la inversión extranjera y, por tanto, el crecimiento económico.
Además, el respaldo del Tesoro Público francés significa, también en teoría, que este funciona como una "especie de Fondo Monetario Internacional privado para estos países", "prometiéndoles" préstamos en caso de quedarse sin reservas internacionales, afirma Sylla.
Las desventajas
Ndongo Samba Sylla, sin embargo, ve más perjuicios que beneficios en el franco CFA.
El primero es que "una zona monetaria compuesta por países pobres" tiene que fijar el valor de su divisa según lo haga "una zona monetaria compuesta por países ricos": la Eurozona. "Para simplificar: la política monetaria que vale para Alemania también vale para Níger y la República Centroafricana, dos de los Estados más pobres del mundo".
El segundo es que, como el euro es más fuerte que el dólar estadounidense, los países de la zona franco pierden competitividad a la hora de exportar.
Además, Sylla no cree que la zona franco haya servido para atraer capital extranjero: "En 2016, la inversión directa extranjera (IDE) recibida por Ghana [que tiene su propia moneda, el cedi] era superior a la de los ocho países que usan el franco de la BCEAO".
"Lo más gracioso es que la misma Francia no invierte en los países de la zona franco, que reciben solo el 3,7% de la IDE francesa en África", añade.
Acusaciones italianas
"El franco CFA es algo desconocido incluso en los países africanos y en Francia", explica Sylla, quien asegura que dirigentes franceses y africanos "siempre han trabajado por hacer que sea un tema tabú" y que los pocos que intentaron hablar del tema durante las independencias y en los años 80 fueron reprimidos.
En los últimos años, sin embargo, ha surgido en África un movimiento que denuncia esta divisa como moneda colonial y que ganó impulso en 2017 cuando el activista panafricanista Kémi Séba fue arrestado en Senegal por quemar un billete de 5.000 francos CFA (menos de US$9).
Séba, un hijo de inmigrantes africanos nacido en Estrasburgo, quería "exponer las fechorías de la Francáfrica", según le dijo al tribunal. Al final, fue expulsado del país por ser "una grave amenaza para el orden público", según el gobierno senegalés.
Ahora Séba, cuya organización radical negra Tribu Ka ha sido tachada de antisemita, asegura ser el instigador de las acusaciones italianas contra Francia, ya que dice que se reunió con el Movimiento 5 Estrellas (M5) en septiembre del año pasado para hablar sobre el franco CFA.
El M5 es el partido del vice primer ministro italiano, Luigi di Maio, quien fue el primero en levantar el dedo acusador contra Francia el pasado 19 de enero en un mitin, donde dijo: "Si hay personas que se van de África es porque algunos países europeos, en particular Francia, nunca han dejado de colonizar".
El gobierno italiano que ascendió al poder el año pasado ha sido muy criticado por su discurso antiinmigrante y su negativa a recibir los barcos de las ONG que rescatan migrantes en el Mediterráneo. En los días en los que di Maio habló, los noticieros alertaban de un naufragio en el que se sospechaba que habían muerto unos 170 migrantes.
Desde el verano pasado, el presidente francés, Emmanuel Macron, que se sumó a estas críticas, ha sido blanco del Ejecutivo italiano, que acusa a Francia de "hipocresía".
"Lo que está sucediendo en el Mediterráneo es fruto de acciones de algunos países que después incluso nos quieren dar lecciones de moral. Macron continúa financiando la deuda pública con el dinero que saca de los países africanos", afirmó di Maio.
Esta referencia se debe a que, cuando el gobierno francés tiene déficit, las reservas internacionales africanas contribuyen, aunque de manera mínima, a amortizar la deuda pública francesa.
Di Maio volvió a tocar el tema el dos días después: "Francia es uno de esos países que, al imprimir dinero para 14 Estados africanos, evita su desarrollo económico y contribuye al hecho de que los refugiados se vayan y luego mueran en el mar o lleguen a nuestras costas".
"La Unión Europea debería sancionar a todos esos países que, como Francia, están empobreciendo a los países africanos y están provocando que esa gente se vaya".
Verdad y demagogia
El ministro del Interior y líder del partido La Liga, Matteo Salvini, se le unió al día siguiente, cuando aseguró: "El problema de los migrantes tiene tantas causas. Hay quien en África sustrae riqueza a esos pueblos y Francia está entre ellos".
Sin embargo, la mayoría de migrantes que llegan a Italia tras cruzar el Mediterráneo no provienen de la zona franco, que aporta apenas el 9%, sino de Túnez, Eritrea, Irak, Sudán y Pakistán; según datos de 2018 del Ministerio del Interior italiano.
Ndongo Samba Sylla señala que "sin duda", las declaraciones de las autoridades italianas contienen elementos "de verdad y retazos de demagogia", pero a la vez les da el "mérito" de haber llevado el debate sobre el franco CFA a escala europea y sacarlo del "gueto mediático" en el que estaba.
"Ya es tiempo de que haya un debate europeo más grande sobre el franco CFA", dice, entre otros motivos, porque "los países europeos no pueden decir que quieren trabajar por el desarrollo de África y callarse sobre los efectos devastadores del franco CFA".
Según Sylla, junto al franco comorense (de las Comoras) y el franco CFP (de los territorios franceses de ultramar de la Polinesia Francesa, Nueva Caledonia y Wallis y Futuna); el franco CFA es una de las tres "monedas coloniales" que quedan en circulación.
En una reunión con estudiantes de Burkina Fasso (que usa el franco CFA) en 2017, Macron defendió la "estabilidad" que da el franco CFA pero aseguró que Francia aceptará "la solución que propongan" los líderes africanos.
"No tengan sobre este tema un enfoque puramente poscolonial o antiimperialista, eso no tiene sentido, esto no es antiimperialismo, no es cierto".
El presidente afirmó estar dispuesto a un cambio de perímetro o de nombre. "Y si ellos quieren, si consideran, que incluso hay que suprimir totalmente esta estabilidad regional y que es mejor para ellos, yo considero que son ellos quienes deciden y por tanto estoy a su favor".