Como una llovizna casi inaudible o como un televisor sin señal en el fondo de un largo pasillo. Y, si tienes paciencia y escuchas la grabación hasta el final, apreciarás un pitido.
Así de leves fueron los sonidos registrados por la sonda de la NASA Cassini cuando el 26 abril se precipitó a toda velocidad al espacio entre Saturno y su anillo más cercano, durante la primera de sus 22 maniobras.
Esta inmersión marcó el inicio del gran final que culminará con la destrucción de la sonda en la atmósfera del planeta a mediados de septiembre.
La falta de sonidos más fuertes significa que esta zona, visitada por primera vez por una nave espacial, está relativamente libre de partículas de polvo.
El hallazgo dejó perplejos a los científicos a cargo de la misión que temían el impacto de las partículas de polvo sobre la nave.
Y es que viajando a una velocidad de 110.000 km por hora, cualquier colisión con un objeto por más pequeño que sea puede tener consecuencias calamitosas.
Tal era el temor de los controladores en Tierra que ubicaron la antena en forma de plato apuntando hacia el frente, para que actuase a modo de escudo.
Y por esta misma razón la visita a esta zona se planificó para los últimos meses de la misión.
1, 2, 3, 4...
"La región entre los anillos y Saturno es aparentemente 'el gran vacío'", señaló Earl Maize, director del proyecto Cassini.
William Kurth, a cargo del equipo del RPWS -siglas en inglés del Radio and Plasma Wave Science instrument, uno de los instrumentos con sensores de la antena-, describió la grabación como desconcertante.
"He escuchado nuestros datos de la primera inmersión varias veces y, probablemente, puedo contar el número de partículas que oigo con los dedos de mis manos", aseguró Kurth.
Mientras la sonda continúa con su trayectoria, los investigadores indagarán por qué el nivel de polvo es mucho menor de lo esperado.
Sin escudo protector
Los sonidos que detectó la sonda -que en verdad son ondas de radio y plasma que el RPWS convierte en sonido- corresponden a partículas de polvo que tienen un tamaño similar a las partículas del humo de un cigarrillo.
Es decir, tenían un diámetro de cerca de un micrón (o una millonésima de milímetro).
La ventaja de que fueran tan pocas y tan pequeñas es que en las próximas inmersiones, la sonda no necesitará usar su antena como escudo.
Así, podría apuntar hacia la Tierra y ya no se perderá el contacto con la base como ocurrió en la última maniobra, y podría hacer otras mediciones.
¿Cuánto dura un día en Saturno?
Durante su segunda maniobra de inmersión realizada el martes Cassini utilizó otro de sus instrumentos para analizar las partículas que componen los anillos.
Este instrumento puede registrar partículas más pequeñas que las detectadas a través de las ondas de radio en la primera maniobra.
El martes se hicieron también mediciones magnéticas que ayudarán a determinar cuánto dura un día en Saturno.
Este detalle ha sido hasta ahora un misterio ya que las nubes que recubren el planeta no permiten ver a qué velocidad rota sobre su eje.
La sonda continúa enviando los resultados de la última maniobra.
Cassini fue lanzada al espacio en 1997 y ha estado orbitando Saturno desde 2014.