De extremo a extremo, Gales, en Reino Unido, es una nación repleta de castillos.
Algunas estimaciones sugieren que en la Edad Media había un castillo por cada 19 km2.
Daniel Power, profesor de Historia Medieval en la Universidad de Swansea, cree que las razones por las que proliferaron tantos castillos en Gales, un territorio de 20.000 km2, no son encillas, sino que combinan circunstancias históricas, políticas y geográficas.
Aquí te contamos algunas de ellas.
Conflictos confusos
Desde la invasión normanda de Gales a finales del siglo XI hasta el levantamiento de Owain Glyndwr (último galés nativo en recibir el título de Príncipe de Gales) contra Inglaterra entre 1400 y 1415, los galeses vivieron tres siglos y medio de conflictos esporádicos contra los ingleses.
Pero "muchos lugares en todo el mundo han sufrido numerosas guerras y conquistas, y no tienen la cantidad de castillos que tiene Gales", dice el profesor Power.
"La clave aquí es la naturaleza fragmentada de la lucha. Durante 200 años, los señores anglonormandos se enfrentaron contra una serie de principados galeses, que a la vez luchaban entre sí tanto como contra los ingleses", explica Power.
"Agrega a eso los conflictos entre los barones normandos, como la guerra del siglo XIII entre el conde de Gloucester de Caerphilly y el conde de Hereford, y verás una imagen mucho más confusa que la de opresor versus oprimido", señala.
Montañas y valles
Power sostiene que la geografía de Gales también se prestaba a la construcción de castillos, por sus montañas y valles fácilmente defendibles, que podían ser abastecidos por río y mar.
"No es casualidad que muchos castillos normandos se construyeran sobre antiguas fortalezas galesas, que a su vez habían sido fuertes romanos o de la Edad del Hierro, ubicados en puntos naturalmente estratégicos para controlar el terreno circundante", comenta.
"Se puede ver cómo uno está construido sobre el otro, como por ejemplo, el castillo anglonormando de Cardiff, construido dentro de los muros de un fuerte romano", detalla.
Castillos especiales
No hay forma de saber con certeza cuántos castillos se construyeron en Gales. Pero según Cadw, la agencia de monumentos históricos de Gales, quedan 427. Cadw gestiona 44 de ellos.
Además, hay muchos otros cientos de estructuras más antiguas, como el fuerte romano de Caerleon.
Probablemente algunos de los castillos más famosos de Gales sean Beaumaris, Caernarfon, Conwy, Harlech y Flint, que pertenecieron al rey inglés Eduardo I, conquistador de gran parte de Gales durante el siglo XIII.
"Beaumaris es interesante, porque nunca se terminó por completo, y porque no está moldeado de acuerdo al paisaje, como la mayoría, sino que es casi un ejercicio de geométrica perfecta", dice Power.
Carreg Cennen también le parece fascinante, "ya que incorpora una caverna subterránea natural, pero nadie sabe exactamente para qué sirve", explica.
Todos los castillos tuvieron que ver con el ejercicio del control, "pero hay diferencias entre castillos como Caerphilly, diseñado como sede del poder y el comercio, y los castillos del norte, construidos para asegurar la supremacía militar de la Corona inglesa", dice el profesor Power.
Con un área de 121.000 m2, Caerphilly es el castillo más grande de Gales, mientras que la torre de Cwm Camlais (destruida en gran parte en 1265 y nunca reparada) es el más pequeño.
Considerando solo los castillos medievales, Chepstow es el más antiguo, mientras que Raglan es el más moderno.
"Raglan, el último de los castillos propiamente dichos, estaba destinado a ser una residencia fortificada cuando se construyó a mediados del siglo XV, pero fue base de acciones militares durante la Guerra Civil inglesa (1642-1651)", dice Power.
¿Por qué volaron algunos castillos?
La Guerra Civil inglesa en la década de 1640 fue el último conflicto en el que los castillos jugaron un papel relevante.
Sus muros de piedra, que habían resistido contra las armas medievales, eran demasiado vulnerables ante los ataques con cañones y pólvora.
"Tras su rendición, generalmente se emitían órdenes para que los castillos se dañaran hasta quedar inutilizables", dice Kate Roberts, de la Cadw.
"La práctica general era llenar las torres con barriles de pólvora y encender la mecha", detalla.
"Al destruir las torres, los castillos quedaban indefensos. Dejaban de usarse, se deterioraban y muchas partes colapsaban", señala.
¿Cuándo se convirtieron en atracciones para los visitantes?
Hacia el final del siglo XIX, comenzó a aumentar el interés en los castillos como curiosidades y, en muchos casos, como atracciones para turistas.
Se realizaron inversiones privadas en algunos de ellos. Además, "durante el siglo XX, muchos castillos en Gales quedaron al cuidado del Estado y el Ministerio de Obras llevó a cabo un trabajo de conservación considerable", agrega Roberts.