Diseñan habitación de hotel donde meterse en la cama es un suplicio y la puerta del baño no cierra
Es difícil meterse en la cama y casi no hay espacio para moverse. La puerta del baño no cierra y se queda justo en el medio cuando te estiras para alcanzar el papel higiénico.
Esto puede parecer una crítica típica de TripAdvisor (el sitio online estadounidense de reseñas con contenido relacionado con viajes).
Pero si te hospedas en la habitación de hotel ideada por Christopher Samuel, no te apures a publicar un comentario lapidario.
El cuarto está específicamente diseñado para que sea lo más incómodo posible (sin que resulte imposible pernoctar allí).
"Probablemente no pases allí más de una noche", dice Michael Trainor, director creativo del hotel Art B&B de Blackpool, una localidad costera en el noroeste de Inglaterra.
"Si no la novedad pronto desaparecería".
Samuel en uno de 19 artistas que diseñó una habitación en este establecimiento, y es difícil no reírse cuando descubres otro elemento creado justamente para generar incomodidad (el expendedor de jabón puesto al revés en uno de esos pequeños triunfos).
Pero para él, esto no es una broma.
El artista quiere hacerle la vida difícil a los visitantes para que sientan en carne propia los problemas de accesibilidad a los que se enfrentan muchos discapacitados.
"Sabía que la gente lo encontraría divertido al principio, pero en realidad, cuando vives eso todos los días, deja de ser gracioso", dice.
"Es incómodo, es frustrante, y a veces es humillante".
3 meses sin dormir en una cama
En 2017, Samuel, quien utiliza una silla de ruedas eléctrica, fue obligado a vivir en un habitación de hotel sin adaptar por tres meses, hasta que le encontraron otro sitio.
"Es real. Dos municipios locales que discutían sobre el costo de mis cuidados y necesidades me dejaron sin techo", explica.
"No me podía mover libremente por la habitación. Era muy pequeña. Para pasar por la puerta tenía que irme a una esquina, cerrar la puerta detrás de mí y retroceder para rodear la cama".
"No me podía sentar a la mesa. Tenía que dormir en la silla de ruedas porque no podía usar la cama. No podía cerrar la puerta del baño, no podía usar el inodoro. Tenía que usar un balde. No me podía bañar porque no podía entrar a la ducha".
A Samuel no le importa si la habitación que diseñó despierta primero en la gente una sonrisa. "A nivel superficial es algo juguetón y teatral", afirma. "Pero es real".
"¿Por qué me va a molestar si alguien no experimentó lo que yo viví? La cuestión es poner el tema sobre la mesa y que la gente reflexione sobre ello".
La dificultad hasta en lo simple
En su habitación -bautizada Welcome Inn (Posada Bienvenida)- la cama está metida dentro de un cajón al que tienes que treparte cada vez que quieres entrar o salir.
La puerta del baño no cierra, porque al hacerlo golpea el inodoro, con lo cual no tienes privacidad.
Ver la TV u otras cosas básicas como encender la luz de la mesa de noche es tan complicado que exaspera.
"Cualquiera en silla de ruedas sabe que cuando va a lugares con mesas, probablemente no podrá acomodar las piernas debajo de estas. Muchas veces las sillas son muy altas, por lo que tienen que sentarse de costado a la mesa", dice. "Son esas pequeñas cosas".
Además de diseñar la habitación, Samuel hizo una serie de obras tituladas Housing Crisis ("Crisis de la vivienda"), que contienen algunos de los 500 emails que su abogado intercambió con las dos municipalidades.
Austeridad
Además de brindarle a las personas que no son discapacitadas una estadía poco confortable, el artista quiere que la habitación saque a relucir un problema más importante.
"La obra trata de un problema más amplio: cómo hay una crisis de la vivienda y las municipalidades, como medidas de austeridad, están haciendo recortes", dice.
"La gente que sufre más es la más vulnerable: los discapacitados y los ancianos, que están siendo marginalizados".
Cuando Samuel fue forzado a vivir en un lugar que no era apropiado para él, recibió sugerencias absurdas, dice.
"Me dijeron por ejemplo que debería ir a una residencia de ancianos o que podía usar pañales para la incontinencia, cuando yo no la tengo. Todo esto se debe a los recortes".
La idea del hotel surgió de Leftcoast, una organización que utiliza el arte para tratar de mejorar la vida en la zona de Blackpool.
Dado que se trata de una zona turística, pensaron en combinar una galería de arte con un hotel para que el proyecto se pudiese financiar a sí mismo.