"Negrita de mis pesares, ojos de papel volando, a todos diles que sí, pero no les digas cuando. Así me dijiste a mí, por eso vivo penando".
Asi dice el "son de la negra", una de las canciones más tradicionales de México.
Esta bonita estrofa, coinciden algunos expertos consultados por BBC Mundo, esconde un rasgo que -aunque no se puede generalizar- comparten algunos mexicanos: para no decir no, dicen que sí, pero no ponen un plazo.
"Los mexicanos son amables y hospitalarios. Siempre te dan cosas o te invitan a lugares. Decir que no a alguien que te está ofreciendo algo de buena voluntad es considerado una ofensa. Pensará que te cae mal o tienes algo en contra suya", explica Alí Albarrán, investigador de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Decir que no y escuchar un "no" es muy duro para los mexicanos, asegura.
"Existe una evasión a la negación. Entonces, cuando hay que decir que no, preferimos darle la vuelta, ponerlo bonito para que no se oiga que es un no", cuenta Albarrán.
Pero, ¿por qué es tan difícil para los mexicanos decir que no?
El reconocido antropólogo y sociólogo Roger Bartra explica que es un tema complicado porque no se trata de todos los mexicanos y que varía por regiones y clase social, entre otras cosas.
"Pero sí, creo que hay un sustrato cultural posiblemente de origen indígena, sobre todo en el centro de México, que establece ciertas formas de cortesía y para la cuál no es muy cortés decir abiertamente no. Para quienes decir no significa un enfrentamiento con su interlocutor".
Pasado colonial
Bartra dice que esta dificultad para decir abiertamente "no" tiene que ver con la historia colonial.
"Durante la Colonia existía una profunda disparidad donde la tradición de cortesía indígena se enfrentaba a una dominación brutal. El sometido, el siervo, siempre tenía que decir sí".
El psicólogo Arturo Peón Barriga, explica desde su disciplina que decir que no "es un ejercicio de asertividad que señala cierta individuación, autonomía, que aparta a quien lo pronuncia del movimiento del resto".
Considera que la capacidad de decir no depende de cada persona, que no se puede hablar de una sola "cultura mexicana".
Sin embargo, recuerda que el influyente psicólogo social Geert Hofstede habla de agrupamientos culturales que afectan el comportamiento de las sociedades y organizaciones.
"Para Hofstede hay dos rasgos que definen a los mexicanos. Los mexicanos son una sociedad en la que hay una gran desigualdad, asimetría entre quien detenta la autoridad y quien la sigue. Eso produce fenómenos de obediencia, sometimiento, respeto a la jerarquía", explica el psicólogo.
Según esa teoría, los mexicanos se apegan más al colectivismo que al individualismo.
"Privilegian la pertenencia al grupo sobre la individuación", dice Peón.
Dice que el evitar decir "no" es una solución adaptativa. "El ser ambiguo, demorar la resolución, sirve para no lastimar la sensibilidad del grupo donde estar todos juntos es importante".
Formas de decir no, diciendo sí
Para la antropóloga Eréndira Campos, hay dos formas que utilizan los mexicanos para decir que no sin decirlo abiertamente. Por ejemplo, si a alguien le hacen una invitación que no quiere o no puede aceptar o le piden un favor que no puede o no quiere hacer.
El primer camino es dejarlo en la ambigüedad. Aquí las respuestas serán del tipo, "sí, luego nos ponemos de acuerdo", "te aviso mañana", "yo te llamo". En este camino estaría el del "Son de la negra" que dijo sí, pero no dijo cuándo.
El segundo camino es matizarlo, hacerlo más suave. Por ejemplo dar explicaciones como decir "tengo tarea" o "ahorita no puedo, pero otro día", explica la profesora de la carrera de Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales de la UNAM.
Los mexicanos sí saben cuando es no
Los expertos entrevistados coinciden que estas formas de decir que "no" son códigos que en México se comparten y se entienden.
La antropóloga Campos dice que con esas respuestas los mexicanos no rechazan, no dicen que no a la compañía de alguien o no niegan un favor.
"Así que, generalmente, entre mexicanos nos entendemos. Aunque, claro, existen también ocasiones en que no decir que no directamente acaba generando una dinámica más compleja, donde no entendemos qué está pasando", explica.
Sin embargo para extranjeros de otras culturas un poco más asertivas puede ser desconcertante.
Carolina Menche, una argentina que visitó México recientemente cuenta su historia.
Dice que iba en coche con una amiga por un camino rural totalmente deshabitado cuando se les rompió un neumático.
"Estábamos desesperadas porque no sabíamos como cambiarlo. Pero, de repente apareció un campesino en su camioneta. Significaba la salvación. Le pedí por favor, con mis manos, que por favor nos ayudara, que estábamos perdidas", cuenta.
"El hombre asintió con la cabeza y disminuyó la velocidad. Pero, después de pasar a nuestro lado volvió a acelerar para perderse y dejarnos ahí, abandonadas. ¡No me lo podía creer, ni si quiera dijo que no!", cuenta Menche.
Aunque, reflexionando un poco dice que no poder decir que no también puede pasar en Argentina, especialmente en el plano sexual.
"Allá los machos no pueden negarse a los avances sexuales de una mujer, aunque la susodicha no les guste. Eso es muy diferente en el País Vasco, en donde vivo. Aquí el hombre tiene todo el derecho de rechazar a la mujer si no es de su agrado".
"Alta cortesía y sofisticación"
Los mexicanos tienen la cortesía y las buenas maneras en muy alta estima, explica Bernardo Ibarrola, profesor de Filosofía y Letras de la UNAM.
"La cortesía supone contradecir lo menos posible al otro y hacer lo posible por estar de acuerdo con él. Por ello, estas formas de decir no son ante todo una forma de alta cortesía y sofisticación en la comunicación y que no me parece que signifiquen ningún problema", dice.
Dice que esta vuelta del lenguaje no es exclusivo de los mexicanos.
Dice que en Francia por ejemplo "pas mal". "Quiere decir algo así como ´no está mal´ y los franceses lo usan para decir que algo está muy bien.
"Es rarísimo. Pero a los franceses le parece muy claro", dice entre risas.
Otro ejemplo que da es en inglés "don`t call us, we call you", que significa "no nos llames, te llamaremos", pero en realidad no nos van a llamar, "es una mentira," dice Ibarrola.
"Decir que no es muy difícil para todos. Por eso, se trata de encontrar una forma de decir. El habla mexicana me parece que es muy elegante en sus formas de decirle no al otro sin que se de cuenta y, además, lo termine agradeciendo".
Y termina con otra canción, del mexicanísimo José Alfredo Jiménez.
"Me canse de rogarle me canse de decirle que yo sin ella de pena muero", dice la estrofa.
"Sencillamente esa mujer no le contestó a José Alfredo", dice Ibarrola.