La triste noticia de la muerte de la hija del exentrenador de la selección española de fútbol Luis Enrique de cáncer ocupó este jueves las páginas de diarios deportivos y motivó las condolencias de grandes jugadores como Lionel Messi o Gerard Piqué.
A sus 9 años, Xana falleció "después de luchar durante cinco intensos meses contra un osteosarcoma", explicó Luis Enrique en un emotivo mensaje de Twitter.
"Te echaremos mucho de menos, pero te recordaremos cada día en nuestras vidas con la esperanza de que en un futuro nos volveremos a encontrar", dijo el exfutbolista del FC Barcelona.
Muchos se preguntan ahora en qué consiste esa enfermedad tan agresiva que sufría su hija y había alejado de su trabajo al entrenador de la selección española a menos de un año en el cargo.
Un cáncer muy poco común
Pese a que el osteosarcoma -también conocido como sarcoma osteógeno- es el cáncer óseo más habitual en niños y el tipo más común de cáncer óseo, tiene mucha menos incidencia que otras variantes en general.
El tumor maligno suele aparecer en las células más inmaduras y va debilitando la estructura ósea.
Puede originarse en cualquier hueso, aunque normalmente se presenta en huesos más grandes, como en los de los brazos, muslos o espinillas, particularmente cerca de las articulaciones (los hombros o las rodillas).
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos (NLM, por sus siglas en inglés), lo define como "un tipo muy poco común de tumor óseo canceroso" que generalmente se presenta en niños y adolescentes, y que a menudo "ocurre cuando están creciendo de manera rápida".
La edad promedio de diagnóstico es 15 años, aunque se puede desarrollar hasta finales de la adolescencia. También suele diagnosticarse en personas mayores de 60 años.
Es responsable de apenas el 2% de todos los cánceres infantiles en Estados Unidos, según la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés).
Las cifras varían de país a país, pero suelen ser muy bajas en general, mucho más en el caso de adultos.
La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), dice que los osteosarcomas aparecen de forma esporádica y que en la mayoría de los casos se desconocen las causas.
En algunos casos es hereditario y hay por lo menos un gen relacionado con un mayor riesgo de padecerlo, y que está asociado también con un cáncer ocular que se presenta en niños, según la NLM.
¿Cuáles son sus síntomas?
El dolor es el síntoma más habitual, aunque se necesitan varias pruebas de rayos X para hacer un diagnóstico.
Suele tratarse de un dolor intenso cerca de la articulación afectada, que a menudo se pasa por alto por no considerarse demasiado grave, dicen los médicos.
Otros posibles síntomas:
- Fractura ósea sin motivo evidente
- Limitación de movimiento
- Cojera o dolor al alzar algo (según dónde se localice el tumor)
- Sensibilidad, hinchazón o enrojecimiento en la zona del tumor
Hasta ahora los expertos no saben cómo prevenir este cáncer o frenar su posible aparición.
¿Y el tratamiento?
"Para la mayoría de la gente con osteosarcoma hay una combinación de tratamientos", dice la entidad benéfica Macmillan Cancer Support, que brinda ayuda a personas con cáncer y a sus familiares.
Suele iniciarse después de hacer una biopsia (extracción de una muestra de tejido) y se administra quimioterapia antes de la cirugía para tratar de encoger el tumor y destruir las células cancerosas que hayan podido extenderse hacia otras partes del cuerpo.
Ese procedimiento se conoce en medicina como terapia neoadyuvante y se aplica en algunos casos de otros tipos de cáncer, como el cáncer de mama.
Después con la cirugía se intenta extirpar el tumor y salvar la extremidad que quedó afectada. En algunos casos, es necesaria una amputación, aunque eso solo ocurre "en raras ocasiones", dice la NLM.
Y desde Macmillan Cancer Support añaden que en los casos en que la cirugía no es posible se aplica radioterapia.
El pronóstico depende de si hubo o no una metástasis pulmonar; es decir, de si las células cancerosas llegaron a diseminarse a los pulmones o a otras zonas críticas.
En ese caso, las expectativas son peores, aunque existen posibilidades de cura.
La ACS indica en su sitio web que la tasa de supervivencia una vez diagnosticado este cáncer suele ser de unos cinco años, aunque esa estimación varía según la situación de cada paciente.