Cuando todavía no se terminaron de calmar las aguas por el revuelo que generó su ofensiva contra el intercambio de contraseñas, Netflix anunció el siguiente paso de su estrategia comercial.
La reducción de los precios de sus suscripciones en más de 30 países, entre ellos varios de América Latina.
La gigante del streaming justificó la decisión con el fin de atraer a más personas a la plataforma, pero para muchos analistas lo que está tratando es de evitar una huida masiva de suscriptores.
Por un lado por el alto coste de la vida y por el otro por la férrea competencia que hay en el mercado.
Además de países como Bolivia, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Venezuela, también se han visto rebajas en Asia, Europa, África subsahariana y Medio Oriente.
"Los usuarios nunca han tenido tantas opciones de entretenimiento", declaró un portavoz de la empresa a la BBC.
Los recortes se aplican a determinados planes de precios, y en algunos casos llegan a ser entre el 40% y el 50%.
"Siempre estamos explorando formas de mejorar la experiencia de nuestros usuarios", agregó su portavoz.
Reacciones
Las acciones de la empresa cerraron el jueves con una caída del 3,4% en Nueva York después de que el Wall Street Journal informara por primera vez de la noticia.
Netflix, que opera en más de 190 países, se ha enfrentado a la creciente competencia de rivales como Amazon, HBO y Disney.
El año pasado, la empresa recortó cientos de puestos de trabajo y lanzó una opción más barata con anuncios en su lucha por aumentar su cuota en el cada vez más competitivo mercado del streaming.
En enero, el codirector ejecutivo de Netflix, Greg Peters, explicó cómo pensaba atraer a más usuarios.
"Queremos ampliar aún más el abanico para servir a más miembros en todo el mundo e intentar ofrecer el valor adecuado a distintos precios", declaró Peters.
Todo en medio de su ofensiva contra quienes comparten sus suscripciones.
A principios de febrero, Netflix introdujo en varios países límites para compartir contraseñas, obligando a los usuarios a pagar una cuota adicional si quieren que amigos y familiares que no viven con ellos se beneficien de su suscripción.
El año pasado, Netflix reveló que había perdido casi un millón de cuentas entre abril y finales de junio.
Sin embargo, en enero la empresa dijo que el número de suscriptores había aumentado a finales de 2022.