Nuevas reglas para los océanos.
Eso es lo que se necesita con urgencia para proteger los océanos del mundo, advierten científicos, ya que más del 60% de de estos no está amparado bajo ninguna legislación ambiental debido a que está fuera de jurisdicciones nacionales.
Si bien el mar territorial de un país se extiende por 22,2 km (12 millas náuticas) desde su costa, la zona económica exclusiva alcanza los 270 km (a menos que el espacio entre dos países sea de menos de 740 km). A partir de allí, las aguas dejan de pertenecer a un país y se consideran internacionales.
Según un nuevo informe presentado recientemente en una conferencia sobre océanos de la ONU en Nueva York, estas aguas de nadie están en riesgo por el cambio climático, la pesca indiscriminada y excesiva, la minería en el lecho marino, la contaminación provocada por el uso de pesticidas en la agricultura y los plásticos.
De acuerdo a los autores, un área en particular, la Bahía de Bengala, en el océano Índico, se encuentra en un punto de inflexión que podría afectar a las poblaciones de peces a nivel global.
El informe fue comisionado para informar a los delegados que están preparando una resolución de Naciones Unidas sobre la gobernanza de las aguas internacionales.
El texto incluirá desde el establecimiento de áreas marinas protegidas hasta la distribución de los beneficios generados por productos de biotecnología que surjan del mar.
"Esto es muy, muy importante. Muchos Estados están buscando desarrollar actividades industriales en el océano. Es vital que lleguemos a una suerte de acuerdo internacional sobre cómo proteger o administrar la biodiversidad en alta mar en vista de todas estas presiones", le dijo a la BBC Alex Rogers, profesor de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, y coautor del informe.
Falta de información
La ONU ha centrado la discusión en tres áreas:
- La creación de un marco legal para la conservación de la vida marina en altamar u otras medidas espaciales como la prohibición de usar redes de pesca dañinas en sitios vulnerables
- Un análisis más riguroso del impacto ambiental antes de llevar a cabo actividades industriales
- Desarrollo de reglas en torno a los recursos genéticos marinos para que todas las naciones compartan la riqueza de los mares
El informe de Rogers toma en cuenta los avances científicos de los últimos cinco años.
Según explica el texto, hay muy poco conocimiento sobre algunos procesos esenciales en los océanos, y menciona en particular el caso de la Bahía de Bengala, como una fuente de gran preocupación.
Falta de oxígeno
El problema allí es el nitrógeno, que tiene un efecto positivo al fertilizar las algas en el escalafón más bajo de la cadena alimentaria, pero que puede ser negativo si se presenta en exceso.
En esta bahía, el nitrógeno que llega desde el campo está fertilizando excesivamente a las algas. Esto estimula el desarrollo de bacterias, que capturan oxígeno y por esta razón está empezando a desaparecer la vida marina.
Si el oxígeno allí continúa decreciendo por la misma causa o por el aumento de la temperatura del agua, toda la cuenca oceánica puede perder el oxígeno.
Por una de esas paradojas de la naturaleza, esto daría lugar a una bacteria diferente que elimina el nitrógeno del agua.
El agua sin nitrógeno, explica Rogers, sería empujada por las corrientes oceánicas y acabaría reduciendo la productividad en otras partes.