EE.UU: Por qué las compañías petroleras no están de acuerdo con la salida del Acuerdo de Paris
¿Es posible que el negocio petrolero esté del lado del Acuerdo de París contra el cambio climático que Donald Trump acaba anunciar que su país abandonará?
Suena contradictorio. Mucho más después de que el presidente de Estados Unidos afirmara que uno de los motivos para retirar a su país del tratado era precisamente favorecer a la industria del petróleo y el carbón.
Sin embargo, es así.
Antes y después del anuncio de Trump de este jueves, grandes consorcios del rubro de los combustibles fósiles tomaron partido a favor del acuerdo global firmado por 195 países en la capital francesa en diciembre de 2015.
Empresas vinculadas con el negocio energético como ExxonMobil, Chevron, Shell Oil Company, ConocoPhillips e incluso General Electric, expresaron su respaldo al Acuerdo de París en mayor o menor medida.
"El cambio climático es real. La industria debe ahora dirigir (las iniciativas para enfrentarlo) y no depender del gobierno", dijo Jeffrey Immelt, director ejecutivo de General Electric, una compañía que trabaja con energía nuclear, solar y fósil.
Darren Woods, máximo ejecutivo de la petrolera ExxonMobil, la mayor del mundo, escribió personalmente una carta a Trump a principios de mayo instándole a suscribir el acuerdo.
"EE.UU. está bien posicionado para competir con el acuerdo y contar con un sitio en la negociación para establecer las reglas de juego", se leía en la misiva.
¿Por qué algunos de los gigantes de la industria tomaron esta postura en apariencia contradictoria?
Aquí algunas razones.
El negocio de las "energías limpias"
Los combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón han sido tradicionalmente la forma más barata de energía.
Juntos representan el 86% de la potencia utilizada en todo el mundo.
Sin embargo, el costo de aprovechar las fuentes de energía renovables como la energía solar, la hidroeléctrica y el viento disminuyó drásticamente en la última década.
De hecho, algunas investigaciones señalan que estas alternativas pueden resultar más baratas que la electricidad convencional distribuida en red y que pueden generar ahorros, por lo que las empresas ven este sector cada vez más atractivo.
Además, este tipo de energías a menudo reciben grandes subsidios de los gobiernos.
Walmart, por ejemplo, afirma que ahorra US$1.000 millones al año al obtener una cuarta parte de la energía que consume de fuentes renovables.
ExxonMobil gastó más de US$3 millones en esfuerzos de cabildeo involucrando temas climáticos y ambientales, incluyendo "discusiones relacionadas con el Acuerdo de París" sólo en el primer trimestre de 2017.
Al igual que ExxonMobil y otras grandes compañías estadounidenses, muchos de los mayores actores energéticos del mundo, como BP, Total y Royal Dutch Shell, también han invertido miles de millones de dólares en la investigación y el desarrollo de fuentes de energía limpias y sostenibles, alentadas en parte por el colapso de los precios del crudo desde 2014.
El paso que acaba de dar Trump resulta contraproducente para los recientes esfuerzos de todas estas compañías, fundamentalmente para las estadounidenses.
El cambio climático es real
ConocoPhillips, otra de las gigantes petroleras estadounidenses, expresó que ser parte del Acuerdo de París permite a Estados Unidos mantener un papel importante en los esfuerzos para reducir las emisiones de carbono.
"(Permanecer en el tratado) otorga a Estados Unidos la capacidad de participar en futuras discusiones sobre el clima para salvaguardar sus mejores intereses económicos y ambientales", señaló el portavoz de la compañía, Daren Beaudo, este jueves al portal Bloomberg.
Después del anuncio de Trump, Chevron también señaló que apoyaba el tratado global.
"La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es una cuestión mundial que requiere un compromiso y una acción mundiales", dijo la compañía.
Pero no sólo se trata de liderazgo en la toma de políticas, también hay que "cuidar el negocio".
Empresas como Kellogg y General Mills, que dependen del clima para producir sus cereales, tomaron partido por el Acuerdo de París como una forma de proteger sus cadenas de suministros.
Estas compañías saben que el rubro de la agricultura se verá cada vez más comprometido si el calentamiento global sigue en aumento.
Además, las compañías son conscientes de que sus nuevos y futuros clientes tienen mayor afinidad por temas sociales y ambientales.
Otros rubros
Elon Musk, el director ejecutivo de Tesla, una compañía dedicada a la producción de autos eléctricos, confirmó este jueves que abandona su puesto como asesor de la Casa Blanca después del anuncio de Trump.
El emprendedor publicó en Twitter un mensaje en el que anunciaba que se retiraba del grupo de consejeros señalando que "el cambio climático es real".
"Dejar (el Acuerdo de) París no es bueno ni para Estados Unidos ni para el mundo".
Grandes compañías, como Morgan Stanley, Unilever, Intel y empresas tecnológicas como Apple también anticiparon que se oponían a la retirada.
En un esfuerzo de último momento, un día antes del anuncio definitivo, 16 compañías estadounidenses firmaron una carta instando a Trump a mantenerse en el tratado global.
Entre los firmantes aparecen Adobe, Apple, Facebook, Gap Inc., Google, Hewlett Packard, Levi Strauss, Microsoft, Salesforce y otros.
Al respecto, Anant Sundaram, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Dartmouth, en Nuevo Hampshire, señaló al medio International Business Times que este respaldo corporativo al Acuerdo de París es "más que positivo".
"La conclusión es que la mayoría de estas compañías han avanzado", indicó en experto al destacar que muchas empresas invierten grandes sumas de dinero en investigación y tecnología para reducir sus huellas de carbono.
Los que celebran
Desde luego que la decisión anunciada este jueves también fue celebrada.
Para buena parte del rubro estadounidense del carbón, la decisión del presidente estadounidense de retirarse del acuerdo global de París sobre el cambio climático fue una victoria.
Murray Energy, una compañía de minería de carbón con sede en Ohio, aplaudió la medida, describiéndola como "una parte importante de la agenda ambiental más amplia" del gobierno de Trump.
"Al cumplir su promesa, el presidente está apoyando los valores irrenunciables de Estados Unidos, rescatando los empleos del carbón y promoviendo electricidad confiable y de bajo costo para los estadounidenses y el resto del mundo", dijo en un comunicado el presidente ejecutivo de la compañía, Robert Murray.
Por su parte, Paul Bailey, presidente de la Coalición Estadounidense por una Energía de Carbón Limpia, señaló que los estándares establecidos bajo el gobierno de Barack Obama eran demasiado estrictos.
"Apoyamos la decisión del presidente Trump de retirarse del Acuerdo de París. Cumplir con el objetivo del Presidente Obama habría llevado a más regulaciones, mayores precios de la energía y dependencia de fuentes de energía menos confiables", añadió Bailey.