El curioso fenómeno meteorológico que está derritiendo a la Antártica (y no es el cambio climático)
Es un viento que no trae buenas noticias, al menos para las plataformas de hielo del este de la península Antártica.
Y es que un nuevo estudio concluye que un fenómeno atmosférico que provoca deshielo en la región es mucho más prevalente de lo que se pensaba.
El fenómeno lleva el nombre de viento foehn y baja desde las grandes montañas de la península, elevando la temperatura del aire en el lado de sotavento, muy por encima del punto de congelamiento.
La mejor forma de entender estos vientos es tal y como se traduce esta palabra en alemán, que significa secador de pelo, explicó Jenny Turton, del British Antarctic Survey (BAS).
"Son cálidos y secos y bajan por la ladera", dice Turton.
Como resultado, se crean grandes lagos de agua de un azul brillante sobre la superficie de la plataforma de hielo.
200 al año
Estos vientos cálidos, en dirección ladera abajo, son muy comunes en otras regiones del planeta, y en cada sitio adquieren un nombre local.
Los vientos chinook, por ejemplo, que caen en las laderas orientales de las Montañas Rocosas en América del Norte, son exactamente iguales.
Foehn es el nombre que tomaron originalmente en los Alpes europeos.
Y aunque su presencia en el continente blanco está reconocida desde hace tiempo, el estudio de BAS representa el primer esfuerzo por intentar cuantificar su comportamiento.
Tras examinar datos recabados entre 2009 y 2012, Turton y sus colegas identificaron más de 200 episodios foehn por año.
Esto quiere decir que ocurren con una frecuencia mucho mayor de lo que se pensaba. Y las zona donde se producen también es más amplia: se registraron mucho más al sur de la península de lo que se esperaba.
Así, los investigadores creen que su influencia en el proceso de derretimiento de los hielos en la plataforma de hielo del este ha sido subestimada.
"Nosotros esperábamos que haya derretimiento en enero, febrero, pero estamos viendo que también se produce a veces en septiembre, octubre, cuando hay frecuentes vientos foehn", le dice Turton a la BBC.
¿Peligra la plataforma Larsen C?
La investigación, presentada en el reciente congreso anual del Sindicato de Geociencia Europea en Viena, es particularmente relevante debido al estado de Larsen C, la plataforma de hielo que se encuentra más al norte en la Antártica.
La pregunta es si esta plataforma correrá el mismo destino de sus hermanas, las plataformas Larsen A y Larsen B que colapsaron respectivamente en 1995 y 2002.
Larsen C comparte algunas similitudes con ambas, en particular, la presencia de estas lagunas de aguas derretidas.
El agua representa un problema porque puede meterse por entre las grietas y ayudar a que se abran aún más, cerca de la base. Este proceso, que se conoce como hidrofracturación, debilita la plataforma.
Actualmente, se está creando un iceberg enorme en Larsen C. Es una masa de hielo de 5.000 km2 a punto de separarse.
Cuando un témpano de semejante tamaño se separa, puede cambiar la configuración y la forma en que se articulan las fuerzas dentro de la estructura de la plataforma de la que se independizó.
Es importante recordar que el colapso de Larsen A y B fue precedido por una escisión de gran envergadura.
Paso lento
Pero estos procesos no ocurren de un día para otro, demoran años en completarse.
Un radar envía cada seis días imágenes del estado de la grieta en la plataforma Larsen C. |
El futuro iceberg está ahora unido a la plataforma por una extensión de 20 Km de hielo. Y la grieta que llevará a su separación está ahora profundizándose a un ritmo más lento.
"(La grieta) está ahora en una zona que es más blanda porque el hielo es más cálido y tiene más contenido de agua", el explicó a la BBC el investigador Adrian Luckman.
Y por esta razón, añade, no se puede propagar tan rápido como lo ha hecho a través del hielo más frío.
No obstante, los investigadores siguen de cerca el desarrollo de la grieta.
Un radar envía información cada seis días, para que los investigadores puedan ver cómo está la superficie del hielo, incluso en medio de las largas noches polares invernales.