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"Me enfermaba de celos por las anteriores parejas de mi novia": qué son los celos retroactivos

"Me enfermaba de celos por las anteriores parejas de mi novia": qué son los celos retroactivos
T13
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Zachary Stockill no podía dejar de pensar -y atormentarse- con las experiencias sexuales que había tenido su pareja. Esa obsesión le costó su relación y lo llevó a buscar una solución a su problema.

Por primera vez a mis veintitantos, yo, Zachary Stockill, nacido en Canadá, estaba enamorado.

Una tarde, mi novia y yo hicimos lo que miles de parejas hacen cuando comienzan a salir: hablar sobre su pasado.

Y ambos recordamos a nuestras parejas anteriores. Pero en medio de esa conversación, algo se movió dentro de mí, algo saltó dentro de mi cabeza.

Su relato no tuvo nada inusual, ni revelaciones escabrosas ni detalles demasiados precisos. Pero, extrañamente, algo cambió.

Sus historias de amor, las del pasado, se convirtieron de repente en el único tema en que podía pensar.

La mayoría de nosotros tiene una noción de lo que son los celos "normales", que se podrían definir por la sensación que invade tu cuerpo cuando ves que tu pareja atrae la atención de alguien en cualquier sitio, por ejemplo, o cuando el nombre de otra persona comienza a aparecer en todas las conversaciones.

Ilustración de una pantalla de cine
Ilustración de una pantalla de cine

A la mayoría de las personas no les gusta imaginar a sus compañeros con alguien más, como por ejemplo, un exnovio.

Pero lo que me pasó a mí fue completamente diferente.

Mi pasado romántico, debo decirlo, es más "colorido" que el de ella, pero el pensamiento de que ella hubiera tenido relaciones sexuales con otra persona que no fuera yo comenzó a invadirme.

No lo sabía entonces, pero tuve lo que se llaman "celos retroactivos".

Y las cosas se pusieron peor: con "películas" en mi cabeza donde la imaginaba a ella y a su ex en la cama como si eso estuviera ocurriendo ahora mismo, frente a mí. Como si ella me estuviera engañando.

Su pasado, de un día para otro, se convirtió en mi presente.

Si íbamos a comer a un restaurante me preguntaba si ella y su exnovio habían ido a ese mismo lugar antes. Y si entrábamos a un hotel, de repente me cuestionaba si ella y su expareja habían tenido sexo allí.

Sus novios anteriores eran lo primero en lo que pensaba en la mañana al despertar y lo último que pasaba por mi mente antes de dormirme.

Y las redes sociales solo ayudaron a magnificar la sensación de frustración. Me convertí en un detective de internet.

Ilustración de una computadora con logos de redes sociales.
Ilustración de una computadora con logos de redes sociales.

En Facebook, busqué las fotos que había publicado antes de conocerme, leí los comentarios, traté de identificar a las personas que estaban allí y qué significaban en su vida.

O adivinaba si eran, por el contrario, una aventura no revelada del pasado.

Vergüenza

Pero esto era parte de mi mundo privado. Porque lo que hacía, día a día, mientras avanzaba nuestra relación, no era algo de lo que me sintiese orgulloso.

Le preguntaba cosas de su pasado todo el tiempo con una intención tenebrosa: trataba de hacerla sentir culpable por sus relaciones anteriores.

Y lo que era peor, ella no me juzgaba ni medianamente igual por mis parejas previas.

Era muy duro con ella. Trata de imaginar que tu pareja constantemente te atormenta sobre tu pasado, juzgándote. Y además, te hace sentir mal sobre lo que hiciste antes de conocerla, obsesionado con temas que ya no importan más, cosas tontas, insignificantes.

A pesar de este comportamiento, la mayoría de las veces ella mantenía la calma y me decía, de forma amorosa, que yo ocupaba un lugar muy especial en su corazón.

Ese argumento funcionaba por poco tiempo, porque yo siempre volvía con las preguntas y los pensamientos sobre el pasado.

Aunque nuestra relación duró un par de años más, finalmente se acabó. Mis celos fueron un factor importante.

Ilustración de una persona que está en terapia
Ilustración de una persona que está en terapia

Dolor y terapia

Después de que terminamos, me sentí culpable y avergonzado por un largo tiempo.

Me di cuenta de que había peleado por estupideces, que esa persona no era yo, que algún demonio había secuestrado mi alma. Tal vez suene un poco melodramático, pero realmente me sentí como si hubiera perdido el control.

Aunque se lo conté a mi familia, a mis amigos, incluso a mi terapeuta, nadie parecía entenderlo. El consejo era, por lo general, "supéralo".

Entonces comencé a googlear cosas como "obsesionado con el pasado de mi novia".

Y entonces apareció el concepto de "celos retroactivos", que describían lo que yo había sentido: pensamientos obsesivos, emociones dolorosas y actos irracionales.

Algunos psicólogos sugerían incluirlo dentro del espectro del desorden obsesivo compulsivo.

En algunos foros en internet me encontré con algunos testimonios que se parecían a mi historia. Pero fue una sensación agridulce, porque la mayoría de los hombres que escribían allí publicaban cosas en contra de las mujeres, llenas de odio, en gran medida para justificar sus celos.

Y los que no eran así, se iban al otro extremo: si sentían celos de las parejas anteriores de su actual novia o esposa se debía a que eran malas personas.

Yo no estaba para nada de acuerdo con ese concepto.

Entonces comencé a buscar otras maneras de encontrar una solución.

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¿Qué se puede hacer?

Para la consejera y sicóloga Ammanda Major, este tipo de celos son bastantes diferentes a los que sufren muchas personas en general.

"Una persona tiene 'flashbacks' de cosas que nunca vio. Y por esa razón, se obsesiona con el hecho de saber la 'verdad' de lo que 'realmente ocurrió' entre su pareja y sus anteriores relaciones", dijo Major.

"Esto puede conducir a una relación donde se presenten abusos y conductas violentas. Lo más recomendable es buscar ayuda profesional", agregó.

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En la meditación encontré varias herramientas que me permitieron bajar el tamaño de mi ego. Después de eso, comencé a hacer una extensiva investigación sobre el tema.

Y mientras iba investigando, iba escribiendo lo que descubría en un blog. Primero publicaba cosas bajo otro nombre, porque sentía vergüenza, pero al ver la increíble respuesta que tuvo, entonces decidí crear un curso por internet.

Una respuesta que me abrió mucho el panorama de lo que yo sabía: en solo un año, más de 120.000 personas, de casi todos los países del mundo, visitaron mi página de internet.

Fichas dentro de un corazón.
Fichas dentro de un corazón.

Una parte importante de esos visitantes eran mujeres.

Pensaba que los celos retroactivos era un condición exclusiva de los hombres heterosexuales, pero no es el caso. He conocido casos de mujeres, lesbianas y gays que me han confesado que sufren de lo mismo.

Y de personas que han visto el comportamiento de su pareja y me han pedido consejo sobre cómo los pueden ayudar.

Y si algo me ha quedado claro de todos los testimonios que he recibido, es que el problema lo resuelve uno. No la pareja.

Mi novia no pudo curar mis "celos retroactivos" por más que lo intentó.

Lo que sí es cierto es que es posible superar este tipo de celos. Yo soy la prueba de ellos. Aunque haya tenido que hacer pasar a otra persona por momentos tan difíciles.

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