Era un agente de enlace, que llevaba mensajes secretos y cartas a las granjas de los alrededores en el centro de Francia.
"Con su mochila escolar a la espalda no levantaba sospechas", recuerda su sobrino.
Sorprendió a la gente con su "asombrosa" memoria y por ello confiaban en que entregara los mensajes que escondía debajo de su camisa.
Marcel Pinte tenía 6 años y era el héroe más joven de la Resistencia francesa a la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Luego de muchos años, finalmente su nombre se ha inscrito en un monumento en Francia junto con los de otros que combatieron a la Alemania nazi.
El niño mensajero murió trágicamente en agosto de 1944, cuando una de las armas de la guerrilla explotó por accidente.
Pero su memoria fue honrada el Día del Armisticio, el 11 de noviembre, en una ceremonia en Aixe-sur-Vienne, cerca de la ciudad de Limoges, en el centro de Francia.
Su asombrosa memoria
El padre de Marcel, Eugène Pinte (alias Athos) era líder de una red de la Resistencia desde la remota casa de campo familiar en La Gaubertie, una aldea en la zona de Aixe-sur-Vienne.
Uno de sus nietos, Marc Pinte, explica a la agencia AFP que Marcel "entendía todo de una sola vez", por lo que se ganó rápido la confianza de los guerrilleros.
Estaba ansioso por desempeñar un papel en la lucha contra la Alemania nazi y se convirtió en un agente apodado "Quinquin", o "el niño pequeño".
El niño era feliz de pasar tiempo en el bosque con los miembros de la Resistencia, conocidos como maquisards, donde aprendía de sus métodos clandestinos.
Eugène Pinte, junto a su esposa Paule y sus cinco hijos, organizaron reuniones secretas en las granjas e incluso escondieron a un paracaidista británico en el desván de su casa.
Otro pariente de Marcel, Alexandre Brémaud, pasó años investigando la historia del niño porque los registros oficiales se centraban en los guerrilleros de la Resistencia y las operaciones de sabotaje, más que en los muchos ayudantes, a menudo mujeres y niños, que también se arriesgaron para derrotar la ocupación nazi.
"Mi abuela lo describió como un hermano extremadamente feliz, inteligente y brillante, lleno de picardía", dice Brémaud a la BBC.
Cuenta que el niño se reía cuando el operador de radio clandestino, que trabajaba desde el comedor familiar, fingía tragarse la pastilla de cianuro que llevaba.
El caserío era "un lugar escondido y de muy difícil acceso", y los guerrilleros lo encontraron "práctico y discreto", dijo Brémaud a la AFP.
El papel de Marcel fue finalmente reconocido por el Estado francés. En 1950 se le concedió de forma póstuma el grado de sargento de la Resistencia.
Luego, en 2013, la Oficina Nacional de Excombatientes y Víctimas de Guerra le emitió una tarjeta oficial póstuma para "combatientes voluntarios de la Resistencia".
Su trágica muerte
Cuando los aliados entraron en Francia desde Normandía, en el verano de 1944, la Resistencia intensificó sus operaciones contra los alemanes.
Una noche, Marcel fue con un grupo de maquis a un lanzamiento de municiones y otros suministros en paracaídas. Habían recibido un mensaje de código a través de la BBC: "El nomeolvides es mi flor favorita".
La cita fue en La Gaubertie y de repente, mientras esperaban, una de las pistolas Sten de los hombres se disparó por accidente, matando a Marcel de varios disparos.
Su certificado de defunción fue falso para mantener en secreto la existencia de la unidad.
Brémaud dice que los británicos rindieron homenaje al niño utilizando paracaídas negros en su siguiente entrega de suministros.
Fue una nota encontrada por Brémaud en los archivos militares de Vincennes la que contaba la historia de Marcel, escrita por un oficial del ejército francés.
Las hazañas en tiempos de guerra del padre de Marcel, Eugène, ya eran bien conocidas. Murió en 1951, a los 49 años.
El niño fue enterrado en agosto de 1944, pocas horas antes de la liberación de Limoges, "en presencia de numerosos batallones; el ataúd estaba cubierto con la bandera tricolor", dijo Marc Pinte.