"Hace tiempo sabía que el Dr. (James) Allison iba a ganar el Premio Nobel. Lo estuve esperando los últimos 3 o 4 años. Y es muy emocionante".
Quien lo afirma es el venezolano Luis Miguel Vence, que trabaja en el equipo del inmunólogo estadounidense James P. Allison, quien junto al japonés Tasuku Honjo fue distinguido este lunes con el premio Nobel de Medicina.
El Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, los premió por sus terapias que permiten "aprovechar la habilidad del sistema inmune para atacar las células cancerígenas al levantar el freno de las células inmunitarias", aseguró la academia en un comunicado.
"La inmunoterapia ha sido una revelación increíble. Desde que se aprobó el ipilimumab, que fue la primera droga de inmunoterapia, ha tenido muchísimos éxitos", le dice Vence a BBC Mundo en una comunicación telefónica desde Houston, Estados Unidos, en la que insiste que es su jefe quien ganó el Premio Nobel y no él.
¿Cómo funciona el Ipilimumab?
El Ipilimumab actúa estimulando ciertas células inmunes llamadas células T. Estas células ayudan a combatir el cáncer y otras enfermedades.
Las células T tienen una proteína en su superficie llamada CTLA-4 (antígeno 4 del linfocito T citotóxico). Esta proteína le dice a la célula cuándo apagarse.
Ipilimumab bloquea la proteína CTLA-4 para que las células T se mantengan encendidas y activas.
Esta terapia "hace que el sistema inmune pueda entonces pelear contra el cáncer o reconocerlo", asegura el doctor en Inmunología.
Vence dirige el departamento de Monitoreo de Inmunología Humana, del MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas, Estados Unidos, compuesto por unas 20 personas que, junto a otros equipos, responden a Allison.
Vida dedicada a la medicina
Luis Miguel Vence nació en Caracas, Venezuela, hace 45 años.
Sus padres son colombianos y decidieron emigrar a Venezuela en la década de 1970 porque el país ofrecía mejores oportunidades, le cuenta a BBC Mundo.
Pero un flagelo golpeó a su familia.
Desde muy chico, Vence se propuso estudiar medicina para encontrar una cura al lupus, una enfermedad autoinmune sistémica que ocurre cuando el sistema inmunológico del cuerpo ataca sus propios tejidos y órganos.
Por eso, a los 17 años se fue a estudiar medicina a Francia y más tarde terminó un doctorado en Inmunología en la Universidad de Harvard, en Massachusetts, Estados Unidos.
"Me dediqué a esto porque toda mi familia ha tenido problemas de salud. Mi padre y hermano, los dos murieron por una falla renal debido al lupus, una enfermedad autoinmune que yo también padezco", cuenta.
"De hecho me trasplantaron un riñón hace dos meses. Me estoy recuperando", dice.
¿Cree que con lo que estudió va a encontrar una solución?
"Ahora mismo no, porque el sistema inmune tiene dos caras. Cuando funciona de más y reconoce al cuerpo de la persona, se producen las enfermedades autoinmune. Cuando no funciona bien, es cuando surge el cáncer", describe.
"El cáncer, por muy malo que sea, forma parte del organismo, entonces el sistema inmune no lo reconoce como extraño".
"Yo empecé estudiando el lado de la autoinmunidad, pero luego me pasé al estudio del cáncer porque lo veo como más posible de encontrar una solución".
¿Por qué sabía que Allison iba a ganar el Premio Nobel de Medicina?
"Por la cantidad de pacientes que han respondido favorablemente a esta terapia. Son miles. Y muchos de ellos han sobrevivido".
"Claro que depende del tipo de cáncer. Estos tratamientos son efectivos en, por ejemplo, el melanoma y el cáncer de pulmón. En cambio para otros cánceres, como el de cerebro o el de páncreas, el tratamiento no ha sido tan efectivo todavía", aclara.
Y tras el galardón, ¿cuál es el próximo paso?
"Seguir buscando moléculas que permitan el desarrollo de nuevos anticuerpos".
"Tenemos muchos ensayos clínicos con nuevas moléculas para probar con qué enfermedad sirven para seguir avanzando poco a poco y ayudar al sistema inmune a que reconozca los cánceres y que pueda pelear contra ellos", concluye.