Vivimos en un mundo radiactivo y todos estamos constantemente expuestos a distintas fuentes de radiación, incluido nuestro propio cuerpo.
Las formas radiactivas de los elementos se llaman radioisótopos o radionúcleos y existen de manera natural en distintas combinaciones y concentraciones en las rocas, como el granito, y en los minerales que hay en el medio ambiente.
Eso significa que también están inevitablemente presentes en los alimentos que consumimos y el agua que bebemos, desde la leche y los cereales hasta las patatas o el pescado.
Según un informe del Consejo Nacional para la Medición y Protección de la Radiación de Estados Unidos aproximadamente un 5% de la radiación anual a la que está expuesta una persona en Estados Unidos es "interna", es decir, procede de lo que ingiere.
Pero estos niveles de radiación natural son inofensivos para la salud.
¿Cuánto hay en lo que comemos?
La radiactividad "natural" se pasa a animales y cosechas a través de las rocas y minerales del suelo. El pescado y el marisco con concha pueden absorber radioactividad del agua y el fondo marino.
Además toda la materia orgánica, animal y vegetal, contiene una pequeña cantidad de radiación procedente del Potasio-40, que es la fuente más importante de irradiación interna.
Y todo el agua de la Tierra contiene pequeñas cantidades de uranio disuelto y de torio.
Las dosis estimadas de exposición general a la radioactividad varían mucho de un país a otro, y no todos los gobiernos tienen estudios detallados al respecto.
Por ejemplo, en Reino Unido se estima que la media de la dosis anual de exposición a la radioactividad es de 2,7 miliSievert (mSv).
Sin embargo, en Estados Unidos se estima que es más del doble, 6,2 miliSievert, de los que 0,3 tienen una procedencia "interna", a partir de la comida y el agua que se ingiere, según señala la Comisión de Regulación Nuclear de Estados Unidos (USNRC, por sus siglas en inglés).
Según datos de 2011 en España, la media anual de radiación es de 3,7 miliSievert, de los que casi un 4% proviene de bebida y comida.
6 de los alimentos más naturalmente radiactivos
Uno de los alimentos que más radiación tiene son las nueces de Brasil, porque los árboles que las producen tienen unas raíces muy extensas que absorben el material del suelo, que en Brasil tiene un mayor contenido de uranio.
Claro que una gran parte de las nueces de Brasil que se consumen hoy en día en el mundo no son producidas en Brasil, así que el contenido radiactivo puede variar según la procedencia de las nueces.
El banano, también conocido en América Latina como banana, plátano, guineo o cambur, también contiene de manera natural un nivel de radiación alto comparado con otros alimentos.
Según datos del USNRC estos son algunos de los alimentos que mayor contenido de radiación natural tienen (medido en picocuries por kilogramo):
- Nueces de Brasil: 5.600
- Habas, frijoles o porotos: 4.640
- Bananas: 3.520
- Zanahorias: 3.400
- Papas o patatas: 3.400
- Carne roja: 3.000
¿Y cuándo no es natural?
La exposición a la radiactividad natural presente en la comida es en general inofensiva para nuestra salud y, de todos modos, existen muy pocas posibilidades de reducirla en la dieta, según apunta un informe del Consejo de Seguridad Nuclear de España.
Aunque puntualizan que el marisco concentra el material radiactivo de tal forma que "las personas que consumen grandes cantidades de mejillones, ostras, chirlas y caracoles marinos pueden recibir una dosis de radiactividad natural por alimentación hasta un 50% más alto que la media".
Sin embrago, potencialmente los materiales radioactivos creados por el hombre y filtrados en el medio ambiente podrían filtrarse en nuestra cadena alimenticia del mismo modo que sucede con la radiactividad natural.