¿Qué vino antes: el huevo con medicamentos o la gallina genéticamente modificada?
Un grupo de investigadores de Escocia ha modificado genéticamente a un grupo de gallinas para que puedan poner huevos que contienen medicamentos usados en enfermedades como la artritis y algunos tipos de cáncer.
La principal ventaja, aseguran los científicos, es que estos medicamentos son 100 veces más baratos de producir que cuando se fabrican en un laboratorio.
Y, si bien por ahora es un experimento a pequeña escala, con el tiempo esperan que la producción pueda alcanzar cantidades suficientes para lograr niveles comerciales de producción.
La doctora Lissa Herron, investigadora del Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo, incluso afirma que las gallinas usadas para este fin no solo no sufren, sino que son mimadas en comparación con el trato que reciben las criadas en granjas.
"Viven en corrales muy grandes", dice. "Se las alimenta y da de beber, y reciben atención diaria por técnicos altamente capacitados. Viven una vida bastante cómoda".
"En lo que concierne a la gallina en sí, para ella es como poner un huevo normal. No afecta su salud en absoluto: simplemente está poniendo huevos como hace siempre", agrega.
Más barato
Los científicos han demostrado con anterioridad que las cabras, conejos y gallinas modificados genéticamente pueden utilizarse para diseñar terapias con proteínas a través de la producción que hacen de leche o huevos.
Los investigadores dicen que su nuevo enfoque es más eficiente, con mejores resultados y menos costos.
"La producción (de estos medicamentos) puede costar entre 10 y 100 veces menos que en un laboratorio. Así que estaremos reduciendo, como mínimo, 10 veces el costo general de fabricación", explica la doctora.
El mayor ahorro proviene del hecho de que los corrales donde se crían las gallinas son más baratos de construir y cuidar que los laboratorios y fábricas estériles en las que se producen estos medicamentos.
Muchas enfermedades aparecen porque el cuerpo no produce de forma natural la cantidad suficiente de un determinado químico o proteína. Estas enfermedades pueden mantenerse bajo control con fármacos que contengan la proteína en cuestión.
Ahora, Herron y sus colegas lograron insertar un gen humano, que normalmente produce la proteína en las personas, en la parte del ADN de las gallinas encargada de la producción de la clara del huevo.
El equipo se centró en dos proteínas que resultan esenciales para el sistema inmunológico: IFNalpha2a, que tiene poderosos efectos antivirales y anticancerígenos, y macrófago-LCR, capaz de estimular tejidos dañados para que se logren reparar a sí mismos.
Tres huevos son suficientes para producir una dosis del medicamento y las gallinas pueden poner hasta 300 huevos por año.
Un proceso largo
Pero crear medicamentos para consumo humano es un proceso lleno de regulaciones que puede demorarse entre 10 y 20 años, así que el equipo de Herron espera poder poner en marcha la fabricación de estos alimentos primero para la salud animal.
Algunos de los remedios pueden servir para estimular el sistema inmunológico de animales de granja y evitar así el uso de antibióticos, lo que ayuda a reducir el riesgo de desarrollar nuevas cepas de superbacterias resistentes, aseguran los investigadores.
También existe la posibilidad de utilizar las propiedades curativas del macrófago para tratar mascotas, según Herron.
"Por ejemplo, podríamos usarlo para regenerar el hígado o los riñones de una mascota que haya sufrido daños en esos órganos. Los medicamentos disponibles en la actualidad son demasiado caros así que esperamos poder desarrollar esto un poco más".
La profesora Helen Sang del Instituto Roslin opina: "Aún no estamos produciendo medicamentos para el tratamiento de personas, pero este estudio muestra que las gallinas son comercialmente viables para producir proteínas adecuadas para desarrollar fármacos y otras aplicaciones biotecnológicas".