Nuestro sistema inmunitario debe defendernos de agentes infecciosos externos, pero a veces, algo hace que ataque a nuestro propio cuerpo y cause las enfermedades conocidas como "autoinmunes".
Los médicos han identificado más de 80 enfermedades de este tipo, entre otras el lupus, la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, el síndrome de Hashimoto.
Muchas de ellas son difíciles de identificar y suscitan muchas preguntas, como por ejemplo por qué en general son más comunes en mujeres que en hombres.
Solo en Estados Unidos, cerca del 80% de pacientes con enfermedades autoinmunes son mujeres, según la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, con sede en Baltimore, Maryland.
El cuadro se repite con distintos porcentajes en otros países industrializados, le dice Melissa Wilson, bióloga evolutiva de la Universidad Estatal de Arizona (ASU), a BBC Mundo.
Pero hasta ahora los científicos no han descubierto a qué se debe esta diferencia.
Wilson es coautora de un estudio publicado en junio en la revista Trends in Genetics ("Tendencias de la genética") que intenta explicar por qué las mujeres parecen ser más vulnerables a los desórdenes autoinmunes.
La propuesta de Wilson se llama "hipótesis de la compensación del embarazo" (PCH, por sus siglas en inglés).
Aquí te contamos en qué consiste.
Señales
Durante la gestación, la placenta envía señales al sistema inmunitario para que restrinja su actividad y no identifique al feto como un cuerpo extraño y no lo ataque.
A lo largo de los años, el sistema inmunitario de las mujeres evolucionó para recibir estas señales y "facilitar la supervivencia de la embarazada en presencia de una placenta invasiva y un embarazo inmunológicamente desafiante", escriben los científicos de ASU en su estudio.
Es decir, el sistema de defensa se "reprime" para no atacar a la placenta, pero al mismo tiempo se mantiene alerta para seguir protegiendo al cuerpo de agentes infecciosos.
Pero en 100 años la tasa de embarazos ha bajado de entre ocho y 12 hijos por mujer a menos de un hijo en algunos países, debido a que ahora la mujer tiene acceso a métodos anticonceptivos, recuerda Wilson.
¿Qué pasa si el sistema inmunitario se queda durante años esperando las señales de la placenta?
Sistema acelerado
La hipótesis del equipo de ASU es que si la mujer no concibe o no desarrolla una placenta que envíe señales, "el sistema inmunitario puede volverse demasiado agresivo, demasiado acelerado", explica la revista The Atlantic en un artículo sobre el estudio.
"Comienza a buscar cosas para atacar que no son peligrosas, que es la forma en que aparecen las enfermedades autoinmunes", añade.
Pero la placenta o la ausencia de ella no sería el único factor influyente en la incidencia de enfermedades autoinmunes.
Cromosoma X
La bióloga Melissa Wilson le cuenta a BBC Mundo que llegó a la idea de la compensación del embarazo al estudiar los cromosomas X y Y (los que diferencian a los sexos) y notar que evolucionaron al mismo tiempo que la placenta en los mamíferos.
"Me he estado preguntado por un tiempo si están relacionados directamente", dice.
Los seres humanos tienen 23 pares de cromosomas. El par 23 en las mujeres es XX y en los hombres es XY.
"El cromosoma X es el mecanismo genético que permite que haya diferencias sexuales también en las funciones inmunitarias", explica Wilson.
Al tener dos cromosomas X, las mujeres pueden tener dosis moduladas únicas (de genes relacionados con la inmunidad) en comparación con los hombres, explica Wilson, lo que permitiría al sistema inmunitario de la madre responder a la placenta.
"Creemos que el cromosoma X es ese modulador y que este y la placenta pueden explicar juntos las diferencias de las enfermedades autoinmunes en hombres y mujeres", señala.
Ausencia de datos
Para David Hafler, profesor de Neurología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, en Connecticut, la idea de la compensación del embarazo es interesante, según le dijo a The Atlantic.
Pero señala que faltan datos que la sustenten.
Wilson reconoce que no tienen "grandes datos" para respaldar su hipótesis.
"Nuestra hipótesis es que las mujeres que nunca se embarazan tendrían mayor riesgo de sufrir enfermedades autoinmunes", le dice a BBC Mundo. "Y una de las cosas que nos gustaría probar cuando tengamos acceso a datos es si el número de embarazos sirve para predecir el riesgo de enfermedades autoinmunes".
El otro lado de la hipótesis de Wilson sería que las mujeres que no se embarazan tendrían menos riesgo de sufrir cáncer, "porque al esperar a la placenta, sus sistemas inmunitarios se mantendrían altamente vigilantes", añade.
Wilson aclara que su hipótesis no implica que tener muchos hijos, como resultado de la evolución, sea la forma correcta de ser para las mujeres.
La investigación "no es para decirnos cuál es la forma correcta de ser mujer", señala, sino para conocer mejor las enfermedades autoinmunes.