"Nos estamos enfrentando a la sexta extinción masiva y el ritmo de extinción es 10.000 veces más rápido de lo normal", dijo Greta Thunberg, al borde de las lágrimas, frente al Parlamento europeo en abril de este año.
Si bien las palabras de la ambientalista causaron impacto en todo el mundo, estudios recientes podrían demostrar que la joven sueca está equivocada.
La razón no tiene que ver con que la Tierra no esté experimentando fenómenos como el derretimiento de los polos, la deforestación de los bosques, la contaminación del aire o la extinción de miles de especies.
La posible equivocación de la activista tiene que ver con algo totalmente distinto: científicos aseguran que la Tierra ya experimentó una sexta extinción masiva... pero hace unos 260 millones de años.
Magnitud de la extinción
Hasta ahora, se creía que en el planeta hubo cinco eventos importantes de extinción masiva, es decir, fenómenos en los cuales desaparecen sin descendencia una gran cantidad de especies a lo largo de un tiempo acotado.
Estas extinciones han definido los períodos geológicos: el Ordovícico (hace 443 millones de años), el Devónico Tardío (hace 372 millones de años), el Pérmico (hace 252 millones de años), el Triásico (hace 201 millones de años) y el Cretácico (hace 66 millones de años).
Sin embargo, esta semana un equipo de científicos del departamento de biología de la Universidad de Nueva York publicó un estudio que podría cambiar el orden de estos espacios geológicos.
La investigación -que también incluyó al científico Shu-zhong Shen, de la Universidad de Nanjing-, se centró en el período final del Guadalupian (o Pérmico Medio), cuando una gran extinción afectó la vida en tierra y en los mares.
"Las clasificaciones en términos de números de especies que sufrieron la extinción, y especialmente en términos del impacto ecológico, colocan al evento de Guadalupian (hace 259.8 millones de años) en la misma categoría con las otras extinciones masivas importantes. Por lo tanto, aparentemente hubo seis grandes extinciones", dice la investigación.
El evento -agrega- ocurrió al mismo tiempo que la inundación de basalto (que se produce como resultado de una erupción volcánica gigante) que creó las trampas Emeishan, una extensa formación rocosa que se encuentra hoy en el sur China.
"Las erupciones masivas como esta liberan grandes cantidades de gases de efecto invernadero, específicamente dióxido de carbono y metano, que causan un fuerte calentamiento global, con océanos cálidos y pobres en oxígeno que no conducen a la vida marina", señaló Michael Rampino, coautor de la investigación.
Con esta nueva información, agrega el estudio, los académicos y ambientalistas (entre ellos, Greta Thunberg), deberían comenzar a referirse a la pérdida actual de especies como a la "séptima extinción".