La oferta de un millón de yenes por cada hijo de las familias que decidan irse de Tokio
El gobierno japonés le dará un millón de yenes por hijo o hija (US$6.000) a cada familia que se mude de la populosa Tokio a alguno de los municipios ubicados en las provincias del país.
La medida fue dada a conocer por varios medios locales como el diario Tokio Shimbun y la agencia de noticias Kyodo, que señalaron que el gobierno otorgará a partir del mes de abril un aumento de cerca de 700.000 yenes al subsidio que actualmente se da a las familias que se mudan fuera de Tokio.
Según anotan los medios japoneses, la principal intención del gobierno es revitalizar las provincias fuera de la capital donde la población está envejeciendo rápidamente.
De hecho, Japón tiene la tasa más alta de personas por cápita mayores de 65 años en el mundo.
Sin embargo, la medida tiene como segundo objetivo el de reducir la densidad de población del Área Metropolitana de Tokio, en la que reside cerca de un cuarto de la población total de Japón: más de 37 millones de personas, lo que la convierte en la ciudad más pobladas del planeta.
Y aunque el pasado año fue la primera vez en 25 años que la población de Tokio se redujo, de acuerdo al informe demográfico más reciente, esta urbe sigue siendo considerada un fuerte imán para los más jóvenes habitantes del país.
Esto ha llevado a que algunas regiones se hayan quedado estancadas en una espiral de despoblamiento, con escuelas en desuso y, en algunos casos, pueblos enteros abandonados.
Según señalaron funcionarios del gobierno a la agencia Kyodo, la oferta es para las familias que viven en algunas de las 23 divisiones que hay en la capital japonesa y las poblaciones vecinas de Saitama, Chiba y Kanagawa.
Y para poder recibir el subsidio, deberán mudarse fuera de este conglomerado urbano, aunque los funcionarios aclaran que también pueden residir en algunas zonas rurales que rodean a la capital japonesa.
Alta densidad
Como lo señala el periodista Leo Lewis, del Financial Times, el problema es que Tokio sigue siendo muy atractiva incluso para las personas que viven allí, con un aumento constante en la demanda de vivienda. A pesar de la pandemia y de las opciones del trabajo remoto, el precio promedio de un nuevo condominio en Tokio, según el Instituto Económico de Bienes Raíces, superó el pico durante la burbuja inmobiliaria de Japón en 1989.
Y el aumento del estímulo anunciado ahora también tiene un motivo de fondo. De acuerdo al propio gobierno, apenas unas 2.400 personas aprovecharon los subsidios ofrecidos para mudarse de la capital durante el último año fiscal.
Eso es apenas el 0,006% de los casi 38 millones de habitantes que residen en la capital.
Para el periodista británico Justin McCurry, del diario británico The Guardian y residente en Tokio, el principal problema por el que el programa de estímulos del gobierno no ha funcionado como se esperaba es que tiene unos requisitos que impiden que sea muy popular.
"Las familias que optan por este beneficio deben vivir en sus nuevos hogares durante al menos cinco años y un miembro del hogar debe estar trabajando o planeando abrir un nuevo negocio", anota el corresponsal.
"Aquellos que se muden antes de que hayan pasado cinco años tendrán que devolver el dinero en efectivo".
La cadena pública de Japón, NHK, ha comenzado a presentar una serie de informes donde dan a conocer los beneficios de vivir fuera de la gran urbe, para estimular a las familias que habitan la capital a que hagan sus valijas para la gran mudanza.
"Hemos visto ese programa y, naturalmente, te lo piensas", le dijo al diario Financial Times Erika Horiguchi, quien reside en Tokio con su esposo y su hija.
"Pero no tenemos planes de movernos. Hay una razón por la que los japoneses vienen a Tokio y no creo que el gobierno pueda cambiar eso", señala.