Eddie Maher: el ladrón de bancos más buscado de Reino Unido que vivió como prófugo 19 años
¿Cómo fue que uno de los hombres más buscados de Reino Unido evadió la captura durante tanto tiempo?
Esa es la gran incógnita que rodea la historia de Eddie Maher, un conductor de una agencia de seguridad privada británica, que en enero de 1993 robó del banco Lloyds Bank en Felixstowe, en el sureste de Inglaterra, US$1,6 millones y se escapó en una camioneta.
A partir de ahí desapareció.
¿Dónde estaba?
La policía persiguió a Maher desde la isla de Chipre, en el Mediterráneo, al Caribe, pero no encontró ningún rastro de él, ni del dinero, a pesar de ofrecer una recompensa de unos US$130.000.
"Uno puede vivir a plena luz del día si no es tonto", dice Maher, quien ahora tiene 61 años.
"A la mayoría de las personas las atrapan porque son ridículamente extravagantes", afirma.
Maher logró evadir a la justicia por casi dos décadas y eligió Estados Unidos porque "es un país enorme por lo que no llamas la atención", dice.
Aunque, "viajar era más cómodo antes del del 11 de septiembre porque no había tantos controles", añade.
¿Y la familia?
Maher viajó en clase ejecutiva desde el aeropuerto de Londres, Heathrow, a la ciudad estadounidense de Dallas, unas semanas después del robo.
Llevaba solo una maleta con los billetes envueltos en toallas y un pasaporte falso con el nombre de Stephen King.
Maher estima que tenía en su poder alrededor de US$160.000, después de haber recibido su parte de una banda delictiva que, según él, lo presionó para que cometiera el crimen. (La policía siempre rechazó la teoría de que actuó bajo coacción).
Él había enviado a su pareja, Debbie Brett, y a su hijo Lee, de vacaciones a Boston unas semanas antes.
Cuando se reunieron en un lugar acordado en el aeropuerto de Dallas, les dijo que estaban escapando.
"Ella no se sorprendió porque somos una pareja y ella es mi mejor amiga", dice.
Además, la convencí de que podía ponerse en contacto con su familia después de un tiempo.
Pero, Maher sabía que no podían arriesgarse a contactar a sus seres queridos en Reino Unido.
En los 19 años, sólo hizo una llamada telefónica a su madre que estaba muy enferma.
"Era difícil no ver a la familia, especialmente para Debbie. De vez en cuando me daba remordimiento, pero mi decisión fue que estábamos mejor así", analiza Maher.
¿Y cómo se hacían llamar?
Después de evaluar opciones, Maher y Brett se establecieron con su hijo en Woodland Park, una pequeña ciudad en Colorado.
Estaba lejos de la ruta turística por lo que el riesgo de ser reconocido era bajo, y como era un pueblo en plena expansión, las caras nuevas fueron aceptadas sin demasiadas preguntas.
Pagaron en efectivo una casa de cuatro dormitorios y pronto se mezclaron en la comunidad.
La prueba de una dirección fue suficiente para que Lee entrara en el jardín de infantes y más tarde, en la escuela primaria.
Ellos se presentaban como Stephen y Sarah King.
De acuerdo con la historia que inventaron, Stephen era un vendedor de fotocopiadoras de Essex, Inglaterra, que había vendido su negocio y estaba pensando qué hacer a continuación.
Tenían un libreto bien ensayado cuando la gente les preguntaba por su familia y amigos en Reino Unido.
"Decíamos que hacía muy poco nos habían visitado y que podían volver en cualquier momento'", relata Maher.
"Nunca era fácil contar esas historias. Odiaba mentir todos los días, pero no teníamos otra opción", reconoce.
¿Qué hacían?
La pareja salía de caza y hacía viajes de pesca con los vecinos.
Brett se ofreció como voluntaria en un vivero y Maher se unió al equipo de búsqueda y rescate de montaña.
Maher también se hizo amigos con la gente del aeródromo local y recibió clases de vuelo a cambio de conducir el camión de combustible.
Incluso, más tarde, compró su propio avión, un Piper Warrior.
"Es más fácil ocultarte a simple vista", reafirma Maher.
El hombre disfrutó de la vida en Colorado pero también vivió en el miedo constante de ser capturado.
¿Y las identificaciones?
En 1994, Maher y Brett se casaron bajo sus nombres falsos en Las Vegas, adquiriendo un certificado de la boda - otro documento útil que ayudaría a confirmar sus identidades falsas.
Aunque había conducido durante décadas, Maher tomó lecciones de manejo para obtener una licencia bajo el nombre de Stephen King. Documento que utilizó para abrir una cuenta bancaria.
Además, falsificó un certificado de nacimiento de California para Lee y solicitó una tarjeta de seguro social para que el niño pudiera trabajar cuando fuera mayor.
¿De qué trabajaban?
Un documento que Maher no pudo falsificar fue una tarjeta de residente (Green Card) y sin ella, ni él ni Brett podían trabajar.
"Traté de encontrar empleos donde no se necesitara identificación, como lo hacen los inmigrantes ilegales, pero no había mucho, a menos que quieras ir a recoger naranjas en California", dice Maher.
A medida que sus fondos disminuían, Maher ganaba dinero jugando al blackjack en Las Vegas.
La familia se mudó a una casa más pequeña y vendió el avión.
En ese momento, cuando el comprador sólo pagó un cuarto de lo que había acordado, Maher se dio cuenta de que era hora de irse.
"Cuando le reclamé el dinero, me dijo: 'Creo que hay algo sombrío en ustedes. Tal vez llame a la policía'", relató Maher.
¿Nueva identidad?
La pareja se trasladó precipitadamente a Concord, Nuevo Hampshire.
En ese entonces, Maher decidió renunciar a ser Stephen King y asumió un arriesgado plan para obtener una identidad diferente.
"Mi hermano, Michael, se había casado con una ciudadana americana años atrás, pero se había mudado a Reino Unido. Yo sabía que tenía una tarjeta de residencia legítima y conocía todos sus detalles", describió.
Así que Maher escribió a las autoridades haciéndose pasar por Michael, alegando que había perdido su Green Card.
Y esperó ansiosamente. Nadie sospechó y en poco tiempo recibió la tarjeta.
Entonces Maher pidió una licencia de manejo comercial con el nombre de su hermano y comenzó a trabajar como conductor de camiones.
En 1997 la pareja tuvo otro hijo, Mark.
Un año después, el hombre consiguió un trabajo para instalar los sistemas de televisión Nielsen, que se utilizan para calcular las mediciones de los programas de televisión.
La familia permaneció en Nuevo Hampshire por cinco años.
Luego ocurrieron los ataques del 11 de septiembre y los vecinos se volvieron más curiosos con ellos.
"Llegó un punto en el que nuestros amigos bromeaban: 'Deben estar en el programa de protección de testigos'. Era una señal de que probablemente habíamos estado allí demasiado tiempo", recuerda Maher.
¿Bancarrota sin ser descubierto?
Maher obtuvo con éxito una promoción en Nielsen y la familia se trasladó a Dunedin en Florida.
Brett trabajaba en un negocio de limpieza de casas, cobrando en efectivo.
Alquilaron una casa junto a la playa y Maher decidió empezar a jugar al golf.
Sólo visitaban Disney World fuera de temporada, para reducir el riesgo de encontrar turistas británicos.
Después de algunos años y más mudanzas, en 2008 Maher y Brett se establecieron en la pequeña ciudad de Ozark en Missouri, donde Maher encontró trabajo como técnico de internet de banda ancha, mientras que Brett se empleó en una agencia de alquiler de propiedades, también con un salario de pago en efectivo.
A pesar de tener estabilidad económica, las facturas de tarjetas de crédito comenzaron a correr y Maher terminó declarando la bancarrota en 2010.
Pero incluso esto no los condujo a ser descubiertos.
¿Quién los delató?
El punto débil resultó ser su propio hijo, Lee.
Como adolescente, Lee comenzó a hacer preguntas sobre sus parientes ingleses y a rebelarse cuando no obtenía respuestas directas.
Se embarcó en una serie de relaciones breves, dejando embarazadas a varias mujeres y habitualmente metiéndose en problemas, contó su padre.
"Mis hijos tuvieron una buena educación, les enseñé a ser ciudadanos respetuosos de la ley, pero cuando Lee llegó a esa edad puso presión en nosotros", dice Maher.
"Él era un problema y al final lo puso todo patas arriba".
Lee Maher se casó con Jessica Butler, pero pronto empezaron a pelear.
Según Eddie, un día Lee, mientras estaba borracho, le dijo a Jessica que pensaba que su padre era un fugitivo.
Entonces, él cree que la joven buscó su apellido en internet y encontró noticias viejas sobre el robo del banco, junto con la promesa de una recompensa.
El 6 de febrero de 2012, Jessica se presentó en la comisaría de Ozark y dijo que conocía el paradero del fugitivo británico, "Eddie, el rápido" Maher.
Un agente de policía le confió a Maher que las autoridades sabían quién era y lo estaban buscando.
"Maher le dijo a su hijo que tendrían que marcharse nuevamente y amenazó con matar a la persona que informó a la policía sobre su identidad", dijo el agente federal Jeffrey Atwood.
Pero Maher decidió no huir y se confesó con sus hijos: "Mi verdadero nombre es Eddie y su mamá no es Sarah, es Debbie".
¿Terminó preso?
En julio de 2012, Maher fue extraditado a Reino Unido. Ocho meses después fue sentenciado a cinco años por robo, pero fue puesto en libertad en enero de 2015.
"No me quejo. No digo que no cometí un crimen, pero pagué por ello", dice Maher.
"Ni tampoco me arrepiento de mi vida en Estados Unidos, mi segundo hijo nació allí", dice.
Asegura que le gustaría regresar a Estados Unidos, esta vez como Eddie Maher, pero sus antecedentes criminales no se lo permiten.
No quiere quedarse en Reino Unido y le gustaría un lugar con más sol: España, tal vez, o Chipre.
"Vamos a mantener la cabeza baja", dice, "y disfrutar un poco del retiro".
La autobiografía "Fast Eddie", de Eddie Maher acaba de salir a la venta.
Las fotos son cortesía de Eddie Maher.