El enigma del pelo anaranjado es mucho más complejo de lo que se creía.
Hasta ahora se pensaba que para que los niños nacieran pelirrojos era necesario que heredaran dos copias de un gen llamado MC1R, uno de la madre y otro del padre.
El MC1R es un gen recesivo, es decir, que no puede manifestarse en presencia de un gen dominante y solo lo hace cuando la persona recibe las copias materna y paterna.
Sin embargo, no todas las personas que heredan el gen MC1R tienen el pelo naranja, por lo que los científicos sospechaban que otros factores jugaban un papel importante.
Cuáles eran esos factores era un misterio... hasta ahora.
Un estudio de la Universidad de Edimburgo en Reino Unido acaba de demostrar por qué el gen MC1R solo explica una parte del enigma.
Diferencias genéticas
El estudio, desarrollado por científicos de la Universidad de Edimburgo, es la mayor investigación genética realizada sobre pelirrojos hasta el momento.
Otros investigadores en Escocia intentaron en el pasado explicar la clave del cabello naranja.
Cerca del 1 a 2% de la población mundial es pelirroja, pero en Escocia el porcentaje es cercano al 13%, lo que equivale a 650.000 personas, según el proyecto ScotlandsDNA.
Los científicos de la Universidad de Edimburgo examinaron el ADN de casi 350.000 personas que participaron en el proyecto británico llamado UK Biobank, que reúne información sobre la salud y el genoma de más de 400.000 personas en Reino Unido.
Cuando los investigadores compararon el genoma de pelirrojos con el de personas de cabello castaño o negro, hallaron ocho diferencias vinculadas al color del cabello.
Y también constataron que algunos genes controlan cuando MC1R se expresa o no.
El pelo anaranjado no es entonces resultado simplemente de un gen recesivo, sino de la compleja interacción de al menos ocho genes.
Rubios y castaños
Los investigadores constataron además diferencias en casi 200 genes asociados a las personas de cabello rubio u oscuro.
Existe un gradiente de color que va desde el negro, al castaño oscuro, castaño claro y rubio. Y ese gradiente es causado por un número creciente de variantes en esos 200 genes.
Algo que sorprendió a los científicos es que muchas de esas diferencias genéticas están asociadas no a la pigmentación, sino a la textura del cabello. Y otras variantes determinan cómo crece el cabello, es decir, si es lacio o rizado.
"Nuestro trabajo desentraña la mayor parte de las variaciones genéticas que contribuye a las diferencias en el color del cabello", señaló Albert Tenesa, uno de los investigadores del Instituo Roslin de la Universidad de Edimburgo.
Ian Jackson, experto en genética en el mismo centro, afirmó que el trabajo es un ejemplo del "poder de UK Biobank, un estudio genético único de Reino Unido que nos permitió hacer estos descubrimientos".
El estudio fue publicado en la revista Nature Communications.