Ver a un niño pequeño ponerse de cuclillas en la calle, en el parque o incluso en un centro comercial y hacer sus necesidades fisiológicas a plena luz del día, con la naturalidad de quien va al baño, es tal vez la escena que más choca a los "laowai" (como se llama a los estadounidenses en China) en la Pekín contemporánea.
Para que tengan esa libertad de movimiento, muchos bebés chinos usan el tradicional "kai dang ku", unos pantalones abiertos en la parte del trasero.
Es verdad que hoy estas prendas se usan menos que antes, pero no pasan inadvertidas.
Para muchos extranjeros es difícil entender este fenómeno. La mayoría de ellos piensa que es un hábito antisocial, poco higiénico y que acaba perjudicando a los niños.
"Estuve la semana pasada en The Place, uno de los centros comerciales más lujosos de Pekín, y vi a un niño agacharse para hacer el número dos. Luego vi a la madre recoger los desechos y me horrorizó, es muy extraño", cuenta una abogada brasileña que acaba de mudarse a la capital china.
Ventajas
Se engaña quien cree que esos pantalones chinos tienen sólo desventajas.
Los educadores chinos (y extranjeros también) reconocen que los bebés que usan este tipo de ropa pueden aprender más rápido el hábito de ir al baño, con todos sus rituales y movimientos para evacuar los intestinos.
No se trata de que simplemente hagan lo que tienen ganas de hacer, como sucede con los que usan pañales.
Los padres -o abuelos, que en general cuidan a los niños con más frecuencia en China-, suelen reprenderlos cuando hacen sus necesidades en el lugar equivocado.
Con eso, los menores entienden más rápido cuándo y dónde realizar esta actividad.
En China, los niños son entrenados para ir al baño a partir de los tres o cuatro meses de edad, mientras que en Occidente, sucede después de que cumplen un año y medio.
Todo esto lleva a muchos -"laowai" incluso- a crear foros de debates en internet para discutir el tema.
Con el ascenso de decenas de millones de chinos a la clase media, el desarrollo de grandes centros urbanos y nuevos patrones de comportamiento, los pantalones abiertos están quedando relegados a las zonas rurales chinas más alejadas.
Sin embargo, todavía les queda un tiempo de vida a mediano plazo.
Hay numerosas ofertas de diferentes modelos en las tiendas online y físicas en todo el país.
En un conocido mercado de ropa cerca del zoológico de la capital es difícil encontrar pantalones totalmente cerrados para bebés en los puestos de ropa infantil.
Muchos fabricantes saben que los "kai dang ku" tienen su público y son populares en una capa importante de la sociedad, incluso después de la revolución de los pañales desechables, iniciada a principios de los años 2000.
"Hay muchas marcas que los fabrican. Hay menos niños usando los pantalones aquí en Pekín, pero sigue siendo un hábito muy popular", afirma Sue Chen, profesora de de 26 años.
Contaminación
No es raro ver a niños agachados afuera de los "hutongs" (casas típicamente chinas en los barrios tradicionales) haciendo sus necesidades como quieren, sin ninguna represión.
Como resultado, las áreas públicas quedan sucias, con mal olor y en riesgo de atraer bichos y enfermedades. Esta situación es aún más frecuente en el interior del país.
En el parque de un condominio considerado caro en el centro de Pekín, hay un letrero que pide a las madres que no dejen a los pequeños con "kai dang ku" usar el tobogán.
La medida tiene por objetivo evitar que otros niños, que suelen bajar o subir en ese tobogán apoyando las manos -y hasta la boca-, sufran algún tipo de contaminación.
Para la Medicina Tradicional China (MTC), el "kai dang ku" tiene beneficios.
De usar pantalones cerrados, las partes íntimas concentrarían más Yang (que, con el Ying, forma los opuestos de energía) que otras, según Yiting Huang, doctora que practica la MTC .
Permitir que los niños la liberen para que mantengan el equilibrio con el Ying es visto como favorable para la salud y para reducir la incidencia de enfermedades.
Para la especialista, este pantalón, que fue creado cuando aún no había pañales desechables, deja un espacio libre para el cuerpo de los bebés que no logran controlar aún sus necesidades.
Sin embargo, la doctora encuentra más higiénico para los niños el uso de pañales desechables, aunque advierte que "si no se cambian rápido, pueden causar infecciones".
Hay quien dice que los pantalones abiertos son beneficiosos sobre todo para los niños, porque sus órganos sexuales se desarrollan al aire libre, sin presión o calor.
Esto aumentaría la fertilidad de los hombres, al dejar a los testículos a una temperatura menos caliente que la del resto del cuerpo.
Para muchos médicos, el hábito de vestir estas prendas viene de un período en el que el agua debía ser destinada a la agricultura.
Cuando aparecieron los pañales, costaban muy caro.
"Ropa ecológica"
Actualmente, los pantalones todavía son incluidos en el presupuesto de las familias del interior de China.
Pero comienza a surgir entre ellas una especie de consenso de que los "kai dang ku" deben quedar, como otros hábitos chinos, en el pasado.
"No es higiénico para los órganos sexuales y el sistema urinario de los niños, y tampoco protege su intimidad", dice Han Zhiyin, pediatra del hospital de niños de la provincia de Shanxi, en el noreste de China.
Es indiscutible que los "kai dang ku" ahorran al medio ambiente toneladas y toneladas de basura, especialmente en un país como China, donde las cifras de consumo y desechos de sus cerca de 1.400 millones de habitantes, siempre asustan.
En Estados Unidos y Europa hay un movimiento de padres que pide el regreso de los pañales de tela, justamente para proteger el planeta.
Se estima que se usan 20.000 millones de pañales desechables al año, es decir, unas 3,5 millones de toneladas de basura.
Pañales como símbolo de estatus
Además de la preferencia de los médicos por los pañales desechables, se suma el hecho de que estos se han convertido en un símbolo de estatus.
Esto propició que China se convirtiera en un paraíso para los grandes fabricantes mundiales.
Las ventas de pañales desechables crecen un 50% cada año, o más, dependiendo de la marca.
Se estima que este mercado produce unos US$200 millones al año en ventas, según cifras de 2015.
Según la consultora AB, la revolución de los pañales comenzó en 1998, con la llegada de una gran marca occidental a China que lanzó una fuerte campaña de marketing para enseñar a las madres a usar estos productos desechables.
Las tendencias señalan que este sector seguirá creciendo tanto para fabricantes extranjeros, como para los chinos, y especialmente para las marcas premium, que son aún más caras.
Estas tienen éxito porque también son un símbolo de ascenso social.
Pero los "kai dang ku" todavía resistirán la competencia por algún tiempo.
Antes de que desaparezcan, ya hay quien dice que estos pantalones inspiraron el movimiento "comunicación de eliminación", que viene ganando fuerza entre los estadounidenses.
De acuerdo con este, los adultos observan el ritmo natural de evacuación del niño, así como las pistas que da mediante sonidos o movimiento corporal, y en lugar de dejarlo hacer sus necesidades en un pañal lo ponen en un orinal o lo llevan al baño desde los primeros días de vida.