En la década de 1960, cuando casi nadie había escuchado hablar de una computadora, Ivan Sutherland hizo no uno sino dos de los aportes más revolucionarios al mundo de la computación.
El primero y más importante se llamó Sketchpad. Si estás leyendo esto en un teléfono, tablet o computadora con pantalla táctil puedes agradecérselo a Sutherland y su creación de 1962.
Sketchpad fue el primer programa que permitía escribir directamente sobre una pantalla.
Usando un lápiz especial, con luz, se podía dibujar una serie de gráficos, utilizando rayas y círculos.
Además, estos podían ser ampliados o minimizados, por lo que Sutherland también fue el primero en aplicar el concepto del "zoom".
Su creación, que incluso hoy -casi seis décadas después- sigue maravillando a los expertos por su funcionalidad, lo hizo merecedor en 1988 del reconocimiento más importante en las ciencias de la computación: el Premio Turing.
También le ganó el mote de "padre de la computación gráfica".
En 1968 el científico de la computación estadounidense creó un segundo invento revolucionario e increíblemente adelantado para su época: el primer dispositivo de realidad virtual.
A mediados de febrero, el legendario Sutherland recibió el premio Fronteras del Conocimiento que otorga la Fundación BBVA de España.
Por este motivo, el pionero de 80 años, que usualmente no da entrevistas, aceptó responder algunas consultas de la prensa.
La influencia de sus padres
Una de las cosas que reveló fue cómo nació su pasión por los gráficos. Fue gracias a sus padres, un ingeniero civil y una maestra.
"Ella utilizaba los dibujos de ingeniería civil de mi padre para forrar mis textos escolares", contó Sutherland, quien desde pequeño quiso emular esos gráficos.
Sin embargo, al no tener la "habilidad manual" para dibujarlos decidió utilizar una computadora.
El joven Sutherland se había autoenseñado a programar computadoras cuando estaba en la secundaria, gracias a un amigo de la familia que les prestó uno de los primeros aparatos creados en los años '50.
Creó Sketchpad como parte de su tesis doctoral en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Para diseñar su programa utilizó la computadora más poderosa del mundo en esa época: el TX-2.
Sketchpad fue el primer interfaz gráfico de usuario y cambió la forma en que empezamos a interactuar con las máquinas.
Realidad virtual
En 1966 Sutherland fue contratado por la Universidad de Harvard y se puso a trabajar en un nuevo proyecto revolucionario: un dispositivo de realidad virtual.
La idea le surgió después de una visita al fabricante de helicópteros Bell.
"Vi cómo se usaba un visualizador montado en la cabeza del piloto para permitir que vea lo que le rodeaba a través de una cámara infrarroja montada en la parte inferior del helicóptero", recordó.
"Me di cuenta de que podíamos sustituir la cámara por una computadora, y ver así un mundo matemático, sintético, dentro de la computadora".
Harvard financió la creación del enorme dispositivo, que por su gran peso fue apodado afectivamente "La espada de Damocles", ya que colgaba del techo por encima del usuario, que debía colocarse una especie de casco con gafas especiales.
¿Qué veía esa persona? Una sencilla línea. Pero aparecía en 3D, suspendida en el espacio y el usario podía mover su cabeza para verla desde cualquier ángulo.
El invento es considerado el primer casco de realidad virtual y La espada de Damocles hoy está exhibida en el Museo de Historia de la Computación de California.
Algunos incluso han llamado a Sutherland el "Padrino de la realidad virtual" por su aporte a este campo y al de la realidad aumentada -que mezcla realidad virtual con mundo real- y que fue abordado por primera vez por Sutherland en su famoso ensayo de 1965 "Realidad Aumentada: la Visualización Definitiva".
Sin embargo, el propio Sutherland no se engaña sobre la calidad de su invento.
"La imagen (la línea) era virtual, pero no engañaba a nadie haciéndole creer que era real", confiesa.
Aportes
Las creaciones de Sutherland fueron aportes tan relevantes que casi seis décadas después le siguen generando reconocimientos, como el premio de la Fundación BBVA o el Premio Kyoto en Tecnología Avanzada, que recibió en 2012, entre otros.
Pero, increíblemente, el "padre de la computación gráfica" dejó de dedicarse a ese campo hace ya 45 años.
Tras abocarse a los gráficos por una década y media ("porque los dibujos ofrecen una recompensa inmediata"), el científico cambió de rumbo y se sumergió en el "emocionante nuevo campo" del diseño de circuitos integrados.
Dedicó el resto de su carrera -que alternó entre la academia y los emprendimientos privados- a este campo ("tres veces la cantidad de tiempo que le dediqué a los gráficos", resalta).
Y, a pesar de ser una eminencia, Sutherland tampoco tiene mucho para decir sobre las importantes repercusiones que tuvo su trabajo inicial.
"Nunca pensé mucho en las implicaciones más amplias de mi trabajo", confesó.
"Siempre he encontrado placer en dar un pequeño paso. Disfruto de un arco iris a pesar de que la olla de oro al otro lado es inalcanzable", señaló.
"El destino no es más que una brújula que nos guía. El placer está en el viaje".
¿Y el futuro?
El legendario programador tampoco se animó a predecir lo que vendrá en el mundo de la tecnología.
"Mi bola de cristal está rota", se excusó con humor seco.
Sin embargo, dijo tener una cosa en claro: los avances vendrán de la mano de los jóvenes, quienes "traen energía y entusiasmo a todo lo que eligen hacer".
"La 'sabiduría' y la 'experiencia' de la edad a menudo impiden que la generación anterior avance en un campo".
"Esos jóvenes que están interesados en la informática tienen la misma oportunidad, o tal vez una mejor oportunidad, que cualquiera de lograr un progreso importante", aseguró.
No obstante, este octogenario, quien desde 2009 trabaja junto con su esposa, Marly Roncken, en la Universidad Estatal de Portland, en Oregon, aclaró que no piensa retirarse.