Para 2005, cuando Ileana Cabra (Ile) tenía 16 años, sus hermanos René "Residente'' Pérez y Eduardo "Visitante" le pidieron colaborar en una canción que formaría parte del primer disco del grupo de música alternativa Calle 13.
El sencillo se titulaba "La aguacatona", y sus letras relatan cómo un hombre en una discoteca intenta acercarse a una mujer "de lo más mona con su estilo e' Roma". Ella entonces le responde: "Échate pa' trás que mi falda tiene espinas / Mi negrito, yo no soy tu china".
Pese a entonar esa letra decisiva y cortante, que increpa con dureza el acercamiento del personaje masculino, la hoy ganadora del Grammy anglosajón y nominada al Grammy Latino confiesa que en lo personal estaba algo confundida.
Y, en general, la joven Ile "no sabía cuál era el plan" de sus hermanos en términos musicales.
Pero el éxito de la canción la llevó a ser parte permanente del grupo musical.
La joven comenzó a viajar el mundo, y por 10 años interpretó temas de la banda, considerada un hito en la música latinoamericana, por sus mezclas inesperadas de reguetón, hip hop, rock, folclor y hasta bossa-nova.
Apenas unos años después de haber terminado la escuela, compartiría escenario con importantes figuras, como Jorge Drexler o Rubén Blades.
Inmersa en la industria musical, Ile buscaba su propia personalidad.
Así que decidió mirar a "la única figura femenina que le vino a la mente".
Se trató de Ivy Queen, una de las precursoras de la música urbana latina, que al inicio de los años 2000 triunfó con el ascenso del reguetón, género que por aquellos años era dominado por hombres y sus canciones con letras machistas.
"Me ayudó a encontrar mi personalidad dentro de lo que hacía con ellos. Admiro cómo ella ha sido firme dentro del género urbano y ha establecido su rol como reguetonera", cuenta en conversación con BBC Mundo Ile, que si bien en aquel momento rapeaba con Calle 13, actualmente destaca por explorar el bolero, la balada y los ritmos afrocaribeños.
Desde entonces, el feminismo, la representación de la mujer y la violencia de género son temas constantes en su música, como se escucha en sus dos primeros discos de estudio "Ilevitable" (2016) y "Almadura" (2019).
Este viernes, la cantautora estrena una nueva producción, titulada "Nacarile", en el que otra vez aborda el tema de la mujer y en el que demuestra su empeño por rescatar los ritmos latinoamericanos, pero con la sorpresa de incluir lo que ha descrito como sonidos "astrales" o electrónicos.
En el disco de 11 canciones también regresa al hip hop, en un dúo precisamente con Ivy Queen, con la canción "Algo bonito", en la que "invierte dichos misóginos omnipresentes" y los transforma en lo que ha catalogado como "declaraciones de poder".
También incluye temas con la chilena Mon Laferte y la mexicana Natalia Lafurcade, dos referentes de la música feminista en América Latina.
Conversamos con la cantautora el contexto de su obra más reciente, que afirma fue creada en medio de un momento de "locura emocional" durante el encierro de la pandemia del coronavirus, en su natal Puerto Rico.
BBC Mundo le hizo preguntas sobre música y feminismo, colonialismo y sus aspiraciones futuras. Compartimos a continuación sus respuestas.
Puedes explicarnos el contexto en el que trabajaste el disco. Dices que lo compusiste durante la pandemia, en un momento difícil emocionalmente.
Estaba intentando entender lo que estaba pasando, que mucha gente estaba muriendo. Vivir la incertidumbre de qué va a pasar en una semana, unos meses, cuánto iba a durar la pandemia.
Creo que al sentir todo esto al mismo tiempo, salieron de mi todas las ideas [para el disco].
¿Por qué el amor, el colonialismo y el feminismo son los temas constantes de tus producciones?
Soy mujer y puertorriqueña. Y me afecta todo lo que pasa a mi alrededor. Es como si las situaciones violentas que pasan las mujeres me pasaran a mí.
Todo me afecta de una forma tan profunda que necesito buscar la manera de soltarlo.
Hay que seguir luchando contra el abuso de poder. No merecemos seguir viviendo con esto, no merecemos conformarnos y hay que seguir luchando contra el patriarcado y el colonialismo.
¿Este concepto de música contra el poder es lo que te llevó a incluir en el nuevo disco a cantantes como Mon Laferte, Natalia Lafourcade e Ivy Queen?
Fíjate, te diría que no fue de forma consciente. Pero me gusta la fuerza femenina, así que naturalmente voy buscando esos colores de voz. Esas presencias femeninas que para mí son poderosas e importantes dentro del movimiento feminista y dentro del movimiento artístico.
¿Cómo debe ser la música para que sea feminista?
En algún momento de la música hubo mucha confusión. Había presencia femenina, pero sentías que sus palabras o el estilo, era de hombres. Pues nos ha pasado mucho a nosotras las mujeres, que para entrar en ciertos espacios, que para buscar respeto, tenemos que actuar como los hombres. Pero no, la gente tiene que cambiar.
Hay que hablar de nuestra perspectiva femenina. Hacer que otras personas se pongan en nuestro lugar.
Muchos artistas han transformado su música ante la creciente conciencia social sobre la violencia contra la mujer y el feminismo. Pero hay quienes critican esta práctica, dicen que lo hacen meramente por ganar la aceptación del público.
Esa es una de las cosas que me cuesta entender de la industria musical. Desde dónde se dicen ciertas cosas, si es con honestidad o no.
Creo que si realmente vas a apoyar el lugar que le corresponde a la mujer en la sociedad, debes siempre ser aliado del movimiento.
¿Puedes explicarle a nuestra audiencia no puertorriqueña que significa Nacarile?
La frase completa es "nacarile del oriente". No hay mucho trasfondo sobre la misma, pero es algo que usamos mucho en Puerto Rico. Lo acortamos a "nacarile" y a veces podemos decir "naqui naqui". Es básicamente decir un "no" con mucha actitud.
Esa fue mi manera de trabajar todas las dificultades que surgieron en el proceso de este disco. Cada canción está conectada con un sentimiento, pero mi manera de salir de ese hoyo fue decir: "nacarile".
Cuando comenzaste como solista en 2016, decías que se te hacía complicado estar en el centro del escenario. Pero mucho ha cambiado desde entonces. ¿Quién es Ileana hoy como artista?
Creo que nunca voy a saber quién soy exactamente. O mejor dicho, lo sé pero no lo puedo describir. Pero he aprendido un montón, me he disfrutado este proceso cada vez más. Cada transformación puede ser dura, compleja, pero es lindo cuando conoces más sobre ti misma. Siento que en el primer disco me ponía muchas limitaciones y ya ahora tengo menos.
Es lindo ir liberando cosas y eso es algo que sigo aprendiendo, aclarando más el camino para poder ver un poquito mejor hacia donde quiero ir.