Estados Unidos no tiene un idioma oficial. No lo establece la Constitución ni existe un documento que así lo declare.
Sin embargo, el inglés es la lengua que más se utiliza en el país. Y el español es el segundo idioma más hablado en el territorio, según la Oficina del Censo de Estados Unidos.
En Estados Unidos hay cerca de 60 millones de latinos.
Y 41 millones de personas hablan español en sus casas, dicen las estimaciones de 2017 del censo.
Esto quiere decir que aproximadamente el 12,6% del total de la población de Estados Unidos (325 millones) habla español.
Sin embargo, hubo un tiempo en el que el territorio que hoy ocupa Estados Unidos se hablaba solo las lenguas nativas y español. Nada de inglés.
La conquista española
El castellano fue la primera lengua europea que se habló por estas tierras.
"Las primeras personas que hablaban español habitaron esta región incluso antes de que Estados Unidos existiera como territorio. Por lo tanto, siempre se ha hablado (el idioma) en ciertas partes de EE.UU.", afirma Rosina Lozano, profesora de Historia de la Universidad de Princeton y especialista en la historia del idioma español en Estados Unidos.
La profesora hace referencia al momento en que el idioma llegó a estas tierras con las expediciones que realizaron los españoles al continente americano en 1492.
El primero en llegar al actual territorio estadounidense fue Juan Ponce de León en 1513 que junto a su tripulación, y otros grupos que vinieron detrás, realizaron una extensa exploración por lo que hoy es Florida.
Las expediciones se extendieron a partir de 1536 por todo el sur y hacia el oeste del territorio actual de Estados Unidos.
Sin embargo, la profesora Lozano aclara que estas expediciones no establecieron colonias en un principio, sino que lo hicieron a fines del siglo XVII de una forma más permanente y los asentamientos se produjeron en diferente etapas dependiendo del lugar.
Las colonias en "la mayor parte de California fueron a mediados del siglo XVIII mientras que en Nuevo México fue a fines del siglo XVII".
Y esos asentamientos españoles, que traían consigo el idioma, enfrentaban también un gran problema en el oeste del territorio.
"Muchas de las personas que llegaban a esas colonias eran obligadas a regresar a otras partes de México, o lo que se llamaba Nueva España en ese momento, porque había una población indígena muy fuerte que continuó en aumento durante todo ese período. Entonces las colonias no eran tan permanentes como se hubiera querido", asegura Lozano a BBC Mundo.
Mientras tanto, el panorama del castellano en el territorio que hoy ocupa Florida, era diferente, aunque no menos problemático para la permanencia del idioma.
"Muchas de las personas que vivían allí eran colonos y no administradores de España. En su mayoría eran mallorquines, por lo que en Florida se hablaban mallorquín", añade.
Pero también es una realidad que hubo "hispanohablantes de larga data que vivían en el sur de Texas y en comunidades de habla hispana que nunca aprendieron realmente inglés", dice Lozano que es autora de "An American Language: The History of Spanish in the United States".
La llegada del inglés a Estados Unidos
Los colonos ingleses recién llegaron a territorio estadounidense en 1607, casi un siglo más tarde que los españoles, y fundaron un asentamiento en Jamestown, Virginia.
"Pero el uso generalizado del inglés no llegó hasta el siglo XIX", dice Francisco Moreno-Fernández, catedrático de la Lengua Española de la Universidad de Alcalá, España.
"El inglés no era la única lengua vehicular en las colonias. De hecho, el alemán, de uso habitual en el nordeste durante el siglo XVIII, podría haber llegado a ser la lengua de la nueva nación", señala el profesor a BBC Mundo.
Lo concreto es que el idioma español llegó primero a muchas de estas tierras.
"Definitivamente (los españoles) estaban allí primero y se habían establecido, tenían gobernadores, tenían todo un sistema político en esas regiones, pero no dejaban de ser pequeñas colonias en ese momento", añade por su parte la profesora Lozano.
Y hoy en día aún quedan sus descendientes en algunas comunidades centenarias.
En zonas como el norte del estado de Nuevo México, existen hasta hoy comunidades rurales que se consideran descendientes de los conquistadores y colonizadores españoles que llegaron a la zona en el siglo 17, mucho antes que se planteara la existencia de Estados Unidos como país.
Incluso hablan un dialecto del castellano con rasgos arcaicos, heredado de esas comunidades de colonos españoles.
Con el paso de los años, la guerra mexicano-estadounidense (1846-1848) y el Tratado de Guadalupe-Hidalgo de 1848, que estableció que México cediera casi la mitad de su territorio a sus vecinos del norte, la influencia del inglés fue dominando gran parte del suroeste del territorio.
"Fue en ese entonces (a mediados del siglo XIX) cuando más personas de habla inglesa comenzaron a llegar a la región", dice Lozano.
"Cuando Texas se separó de México (1836), había unos nueve hablantes de inglés por cada hispanohablante", detalla.
Aunque la especialista destaca que "Texas tiene su propia historia", a diferencia de otros territorios.
"Allí estaban los que se llamaban 'empresarios'. Ellos eran realmente la nación mexicana y querían que la gente llegara al territorio para hacerle frente a las tantas incursiones indígenas que estaban ocurriendo. Querían tener un tipo más estable de población hispanohablante".
Según las fuentes consultadas por BBC Mundo, nunca hubo una población de hablantes españoles numerosa en tierras que en la actualidad son los estados de Texas, Arizona, Nuevo México, California, Nevada, Oregón y Colorado, a mediados del siglo XIX, por lo que la llegada masiva de ingleses hizo que se impusiera la lengua.
"El inglés desplazó al español en los territorios históricamente hispanohablantes: en el sur y el suroeste. La fiebre del oro (en California entre 1848 y 1855) provocó la llegada masiva de contingentes anglohablantes desde el este, buscadores que no dudaron en imponer una legislación anglocéntrica para sacar mayor provecho de su aventura", detalla Moreno-Fernández.
"El inglés fue dominando poco a poco a medida que imponía el poder", destaca Carmen Silva Corvalán, profesora emérita de español y portugués de la Universidad del Sur de California, Estados Unidos.
Resistencia
Pese a la imposición del inglés, el idioma español no desapareció por completo.
"Se siguió conversando en español, pero a medida que pasaba el tiempo y las generaciones estaba muy claro que se podía tener mejores oportunidades económicas si se hablaba inglés", dice la profesora Lozano.
El idioma español resistió en Estados Unidos gracias a los orígenes hispanos de muchos habitantes y a las nuevas olas migratorias del último siglo.
"El español se sigue hablando porque en 1898 España es derrotada en la guerra con Estados Unidos y con eso pierde Filipinas y Puerto Rico. Los puertorriqueños reciben la nacionalidad estadounidense y entonces tienen derecho a que se respete su idioma", explica Silva Corvalán a BBC Mundo.
"En el este de Estados Unidos, como Nueva York, Delaware, Nueva Jersey, se habla mucho español por la llegada de esos puertorriqueños", agrega.
El español también estuvo y está presente en Florida por la inmigración de Cuba, principalmente tras el triunfo de la Revolución cubana en 1959, y en general, en el sur del territorio por las conexiones comerciales con México y el Caribe, añade la especialista.
"La historia del español en Estados Unidos es convulsa: es una historia española primero, y mexicana después; una historia de represión en todo el sur desde 1848; más adelante una historia hecha de migraciones y de búsqueda de identidad; una historia de resiliencia. Es sencillamente apasionante", resume Francisco Moreno-Fernández.
Marca geográfica
Pero el castellano no solo dejó su huella con las personas que lo hablaban en el pasado, sino también en la geografía del territorio.
Existen estados, ciudades, ríos, sierras, etc. que tienen nombres en español.
Para nombrar algunos: las ciudades de San Diego, El Paso, Santa Fe, San Francisco; los ríos Colorado, Brazos, Río Grande, las sierra de Sandía y Sierra Nevada.
"Algunos de los nombres eran de hispanohablantes que llegaron primero y comenzaron a ponerle nombre a las cosas. Pero otros fueron adoptados más tarde debido a lo que se llama "el Pasado de Fantasía Español (The Spanish Fantasy Past)", aclara la profesora Lozano de la Universidad de Princeton.
El "Spanish Fantasy past" describe la tendencia a fines del siglo XIX y principios del XX durante la cual "la población angloparlante de California romantizó los períodos coloniales y mexicano-españoles del estado", describe un ensayo publicado por el San Diego History Center.
"Muchos de los nombres en el área de Los Ángeles no existían cuando los primeros españoles llegaron. Fueron elegidos por estos angloparlantes que apostaron por el 'Spanish Fantasy Past'", cuenta Lozano.
"Es un reclamo de ese idioma y del espacio y una especie de reivindicación de ese tipo de cosas en español", señala la especialista.
En conclusión, la lengua española dejó su marca y su sonido en Estados Unidos desde mucho antes de sus inicios como país.