Glutatión, el peligroso antioxidante que se inyecta para tener una piel más clara
Mientras algunos se tumban en la playa durante horas para presumir de bronceado, otros huyen de los rayos del sol y hacen todo lo posible por tener una piel más clara.
Incluso, recurrir a métodos dudosos que, según advierten algunos expertos, pueden dejar graves secuelas.
La última moda para conseguir un tono de piel más claro consiste en inyectarse glutatión, el llamado "antioxidante maestro".
Centros de belleza en Sudamérica, América del Norte, Europa, Asia, Medio Oriente y África ofrecen este tipo de tratamientos con la promesa de "blanquear" la piel.
Lo venden como un "método seguro" para aclarar el tono de todo el cuerpo.
Las inyecciones se ponen una o dos veces por semana y su precio puede variar mucho.
En Estados Unidos se pueden conseguir por US$35 cada una mientras que en Reino Unido pueden alcanzar los US$320 la unidad.
En países como este último, se trata de una novedad por lo que su agencia responsable de la salud aún no ha realizado pronunciamientos firmes respecto a estos tratamientos.
Sin embargo la agencia de regulación sanitaria de Estados Unidos, publicó una advertencia sobre este componente.
"Estos productos son potencialmente inseguros e inefectivos y pueden contener ingredientes desconocidos o contaminantes", afirmó In Kim, uno de sus farmacéuticos en la página web de la entidad.
Esta autoridad no ha dado su visto bueno a ninguna inyección de glutatión.
Y en Filipinas, donde el uso del glutatión inyectable está más extendido, las autoridades llevan años advirtiendo de sus riesgos.
Retrasar la vejez
El glutatión es un tripéptido que se encuentra en las células y cuya función es protegerlas de la oxidación.
A medida que envejecemos, nuestro cuerpo lo produce cada vez menos.
Por eso, en los últimos años, ha crecido su fama como agente que ayuda a retrasar los signos de la edad y la industria cosmética lo ha abrazado como ingrediente de suplementos como cápsulas, sueros y cremas antiarrugas.
Pero el glutatión tiene otro efecto que también ha despertado interés: inhibe la producción de melanina, el pigmento que determina nuestro color de piel.
Así es como han surgido pastillas, jabones y aerosoles con este antioxidante como base que prometen aclarar nuestro tono.
Poca absorción
Pero como señaló el organismo filipino encargado de la aprobación de alimentos y medicinas (que se llama FDA por sus siglas en inglés, al igual que el estadounidense), nuestro cuerpo tiene dificultades para absorber el glutatión cuando este se administra de forma oral.
El motivo es que los jugos gástricos lo degradan y lo poco que consigue salvarse pasa luego a ser víctima de las enzimas que produce el hígado.
En cambio, las inyecciones sí consiguen aumentar el nivel de glutatión en nuestro sistema circulatorio. Aunque, según la FDA filipina, esto puede sobrecargar el sistema que irriga sangre a los riñones.
Ante el "alarmante incremento del uso no aprobado de glutatión intravenoso como agente blanqueador", la agencia decidió en 2011 prohibirlo, según explicó entonces en una nota de prensa.
El país asiático sólo permite que este antioxidante se inyecte cuando forma parte de un tratamiento contra el cáncer.
"En dosis muy altas no es seguro y puede ocasionar serias consecuencias a la salud de los usuarios", aseguró.
Según la agencia, hay una "falta de documentación adecuada" que garantice la inocuidad del glutatión en vena.
Posibles riesgos
La autoridad filipina advirtió que estos tratamientos cosméticos pueden ocasionar desequilibrios en la tiroides, disfunción en el hígado y dolor abdominal severo.
Además, aseguró que había recibido informes de reacciones adversas que iban desde sarpullidos hasta condiciones más graves como el síndrome de Steven Johnson o la necrólisis epidérmica tóxica.
Costo "muy alto"
Los estudios sobre la eficacia del glutatión para aclarar la piel son limitados y se centran en la administración oral de este antioxidante.
Al no haberse estudiado el efecto de los inyectables, no existen guías adecuadas sobre cuáles son las dosis correctas, como insistió el año pasado la dermatóloga de Hillingdon Hospitals NHS Foundation Trust (Fundación de Hospitales de Hillingdon de la Seguridad Social del Reino Unido), Ophelia E. Dadzie.
Dadzie pidió a su gobierno en un artículo publicado en la revista médica BMJ más información y advertencias al público sobre este método ante el "aumento de su uso" en Reino Unido.
"Este servicio está siendo ofrecido por clínicas de belleza y estética y, en algunos casos, por no profesionales. El costo de este 'tratamiento' puede ser muy alto", afirmó.