Imagina no poder comer durante dos años.
Eso fue lo que le pasó a Hannah, una joven de 26 años de Liverpool, en Reino Unido, diagnosticada con gastroparesia, que significa que el estómago se ha paralizado.
"Cuando intentaba comer o beber algo, vomitaba, a los 10 minutos o a los 10 días, pero siempre vomitaba", relató Hannah a la BBC.
"Eso era en los buenos días. En los malos no podía probar absolutamente nada porque me pasaba el día delante del inodoro".
Así que Hannah tenía que alimentarse a través de una sonda conectada a su intestino.
Los vómitos, la pérdida de apetito y de peso o sentirse lleno muy rápido al comer son algunos de los síntomas de esta enfermedad, según el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, el NHS.
Esta enfermedad es resultado de un problema con los nervios y los músculos que controlan el vaciado del estómago.
Si esos nervios están dañados, el estómago no puede funcionar adecuadamente y el movimiento de la comida se desacelera.
No siempre es fácil dar con el origen de la gastroparesia, pero algunas de las causas, según el NHS, incluyen un mal control de la diabetes tipo 1 o 2 y complicaciones surgidas de algunas cirugías como la gastrectomía (reducción de estómago) o la bariátrica (cirugía para la pérdida de peso).
"Tengo un marcapasos en mi estómago"
La gastroparesia normalmente no puede ser curada, pero algunos cambios en la dieta o un tratamiento puede ayudar a controlar la enfermedad.
El NHS recomienda, por ejemplo, comer frecuentemente en pequeñas dosis en lugar de hacer tres comidas al día, así como probar con comidas suaves o líquidas, más fáciles de digerir.
Pero si la dieta o los medicamentos prescritos por un doctor no funcionan, se puede intentar con un nuevo método llamado estimulación gastroeléctrica, que involucra una cirugía mediante la que se implanta un marcapasos gástrico bajo la piel.
Esa fue precisamente la operación a la que sometieron a Hannah y que, según ella, le cambió la vida.
El marcapasos tiene dos cables conectados a los músculos en la parte inferior del estómago. Los cables emiten impulsos eléctricos que ayudan a estimular los músculos que se encargan del paso de la comida a través del estómago.
"Puedo sentir el marcapasos en mi estómago", dice Hannah. "Puedo sentir como sacude mi estómago cuando como y es bastante raro".
Pero el marcapasos supuso que Hannah pudiera comer sólidos de nuevo después de dos años.
"La primera cosa que comí fue gelatina en el hospital, pero eso no fue maravilloso. Cuando llegué a casa, mi madre me hizo uno de esos platos que estuve deseando durante dos años, un pollo asado".
Poder disfrutar de nuevo de la comida
Según el NHS, la efectividad de este tratamiento puede variar considerablemente, ya que no todo el mundo responde al mismo.
Pero para Hannah está funcionando.
"El hecho de no vomitar fue extraño, porque estaba acostumbrada a estar enferma".
"Ahora puedo disfrutar de absolutamente todo otra vez y hacer una vida normal, como cualquier persona de 26 años.
Semanas después de la cirugía, Hannah se casó con su pareja, Stacey, y pudo comer su pastel de bodas.
"Es como tener una segunda oportunidad de disfrutar todo esto de nuevo".