"Estábamos trabajando en secreto para los militares. Nuestro experimento en sonido estaba casi listo para comenzar (...). Nos dijeron que querían un sonido que pudiera matar a alguien desde lejos".
Parte de la letra de "Experimento IV" de la cantante Kate Bush. La premisa de la canción es que le piden a una banda que cree un sonido que pueda matar.
¿Será posible?, le preguntó a la BBC el radioescucha Paul Goodfield, de Gales.
Los científicos Hannah Fry y Adam Rutherford fueron a investigar y el primer experto que consultaron fue al ingeniero acústico de la Universidad de Salford Trevor Cox.
"Tenemos la sensación de que el sonido es increíblemente poderoso porque las respuestas que nos provoca son tan fuertes: nos puede conmover hasta el llanto o hacer que te bajen escalofríos por la espalda, pero estos son efectos psicológicos", explica.
"En realidad el sonido son pequeñas vibraciones de moléculas de aire, de manera que es muy débil, así que es realmente difícil causar daño físico", aclara Cox.
Pero... ¿qué tal si el volumen es muy, muy alto?
"Puedes llegar al umbral del dolor, que es de unos 140 decibeles, un poco más -160- te rompería el tímpano, y si lo subes aún más puedes incluso hacer que colapse tu pulmón, pero nada de eso te ha matado todavía".
Bueno, pero lo de los pulmones ya es grave... ¿entonces sí se puede usar como un arma?
"Recuerda el tamaño de los equipos que tienen que utilizar en los grandes conciertos a los que has ido; ahora piensa que un ejército tendría que llevar todo ese equipo y mucho más: ¡un arma acústica no es un aparato muy práctico!", concluye nuestro primer experto.
Y tiene razón: no sólo sería muy fácil de detectar sino que a los primeros que mataría sería a los que están más cerca... los dueños del arma. Quizás no es tan buena idea.
En fin. ¿Caso resuelto?
Mmmm... no. Porque sólo hemos hablado del sonido que podemos oír. ¿Qué tal si lo hacemos con frecuencias que están por fuera de nuestro espectro auditivo, el infrasonido?
Accidental
Durante la Guerra Fría, había una carrera para inventar nuevas armas mortales.
El científico francés, Vladimir Gavreau estaba ocupado desarrollando robots para los campos de batalla cuando su equipo se empezó a enfermar. Les daba nausea que duraba por días.
Accidentalmente habían descubierto el infrasonido -ondas de unos 19 hercios, debajo del rango auditivo humano- y esa era la causa de la enfermedad.
Diseñaron entonces unos enormes tubos de órganos, de alrededor del doble del tamaño de un bus de dos pisos, para producir un ruido que, según calculaban, estaría en "el rango de la muerte".
Tras ponerlo a prueba, reportaron que todo el edificio tembló y que sus corazones, pulmones y estómagos sufrieron dolorosos espasmos que los hicieron llorar.
Sin embargo, nunca nadie pudo replicar el experimento de Gavreau. Gracias a ello, no hay robots armados con infrasonido letal.
Otro misterioso fenómeno
Una noche de esa misteriosas era conocida como la década de 1980, un experto informático, conjurador aficionado y maestro en esgrima llamado Vic Tandy tuvo una experiencia muy extraña.
"Él estaba trabajando muy tarde una noche en una fábrica que tenía la reputación de estar embrujada, cuando de repente sintió que lo invadía el pavor", cuenta el parapsicólogo Chris French de la Universidad Goldsmiths.
"Con el rabillo del ojo vio una aparición. Se aterró, pensó que estaba trabajando demasiado y se fue a casa".
"Cuando regresó al día siguiente, llevaba su florete de esgrima porque tenía que arreglarle algo. Lo puso en su tornillo de banco y para su sorpresa el florete empezó a vibrar. Pensó: '¡Oh, no, otra vez!'".
Pero como por suerte contaba con conocimientos científicos, Tandy dedujo que había una energía que venía de algún sitio y estaba causando esas cosas extrañas.
"Moviendo el florete por la habitación, notó que se movía en unas áreas pero no en otras y tras hacer unos cálculos se dio cuenta de que debía haber una onda de energía infrasónica y que la fuente posiblemente era un extractor que había en el lugar".
Interesante. Pero, ¿y el fantasma de la noche anterior?
"Cuando escribió el reporte señaló que la causa posible era que la onda de alguna manera estaba haciendo vibrar su globo ocular", concluye la historia Chris French.
Pero no su investigación del caso: French quiso poner esa teoría a prueba y construyó su propia habitación embrujada, la llenó de infrasonido y otras ondas electromagnéticas asociadas con sensaciones espeluznantes y participantes en el experimento.
Cuando salieron, muchos reportaron haber tenido sensaciones raras, "y cuando analizamos los cuestionarios nos dimos cuenta de que las habían experimentado tanto cuando había ondas como cuando no".
"Revisando un poco más los resultados comprobamos una vez más que si le dices a un grupo de gente que si entran en un lugar pueden tener sensaciones inexplicables, los más sugestionables las van a sentir".
Así que descartamos el infrasonido para las armas mortales de Kate Bush.
Lo que no podemos descartar del todo son las armas sónicas.
No matan pero...
Algunas armas sónicas no letales han sido desarrolladas en el pasado, como la Squawk Box y Curdler. Ambas emitían sonidos desagradables para dispersar multitudes.
Y en 2012 se filtró un informe de Estados Unidos que contenía una gama de nuevos dispositivos, como la "Granada mejorada Flash Bang", que temporalmente te ciega y te deja sordo con 140 decibeles.
Además, hay sonidos para dispersar adolescentes. Uno de ellos, que usan tiendas que no desean su presencia es la música clásica.
"No tiene nada que ver con el umbral de dolor, pero es muy efectiva", señala Trevor Cox.
"Hay otros métodos más controvertidos -agrega- en los que se usan sonidos que sólo pueden oír personas de 20 y pocos años, pues las células de pelo en sus oídos no se han insensibilizado aún y no han perdido las frecuencias más altas".
Se trata de transmitir ese tipo de sonidos en un volumen muy alto, "es muy desagradable".
Mucho más allá de lo desagradable es la idea de que la música se ha usado como una forma de tortura.
"Hay muchos usos militares en este sentido", señala Cox. "Yo recuerdo cuando el político, militar e informante de la CIA panameño Manuel Antonio Noriega estaba refugiado en una embajada en Panamá y el ejército estadounidense tocaba Bruce Springfield por unos enormes parlantes... eso es una batalla psicológica".
Barry Manilow, Barney el dinosaurio, REM, Rage Against the Machine... todos han sido usados para torturar psicológicamente.
De hecho, son tantas las canciones que se han usado que un grupo de músicos le escribió al gobierno de EE.UU. en 2002 exigiendo que su música no fuera usada como una forma de tortura en Guantánamo.
En resumen
- El ruido puede romperte el tímpano a 160 decibeles, que es un poco más ruidoso que pararse al lado del motor de un jet
- O puede colapsar tus pulmones a 200 decibeles
- Pero el tamaño del equipo necesario para hacer daño hace que no sea práctico tener un arma sónica
- El infrasonido ha sido vinculado a sensaciones espeluznantes, pero sólo si eres sugestionable
- Al parecer el efecto más poderoso del sonido sigue siendo psicológico, para bien y para mal