Por Beatriz Díez, corresponsal de BBC Mundo en Los Angeles
Son días de mucha actividad para Daniela Vega.
La actriz y cantante lírica chilena llegó a Los Ángeles la víspera de la gala de los Globos de Oro, en la que "Una mujer fantástica" optaba al premio a mejor película de habla no inglesa.
El galardón no llegó, pero unos días después la cara de Daniela Vega no muestra señal alguna de decepción, más bien al contrario.
"California nos trata muy bien", dice al recibir a BBC Mundo en el hotel en el que se aloja en la ciudad estadounidense.
Ser la primera
La actriz, nacida en Santiago de Chile hace 28 años, viste un traje de rayas de una pieza, con los hombros al descubierto, aprovechando el buen tiempo que le regala Los Ángeles.
No está sola en la ciudad de las estrellas.
Con ella se encuentra el cineasta Sebastián Lelio, director de "Una mujer fantástica" y compañero de viajes en esta aventura de estrenos, promociones, galas y festivales en la que está inmersa la película desde hace un año.
En plena recta final de dicha aventura se habla sobre las opciones de la película en los Oscar que se entregan el 4 de marzo, y se dice que, además, Vega podría ser nominada como mejor actriz protagonista.
De ser así, se convertiría en la primera mujer transgénero en optar a este premio, una etiqueta que los medios no dejamos de repetir.
"No me molesta y lo entiendo", dice.
"Fíjate, yo fui la única chica trans en mi colegio, la única chica trans en mi barrio, la única chica trans en mi edificio, la primera chica trans para muchos novios. Así que no es algo que me asombre tanto", añade con una sonrisa.
"Ahora es interesante, porque hay muchas. La pregunta es dónde están y qué están haciendo. Y esa es una tarea no mía, porque aquí estoy yo visible. La tarea es para los demás de abrirse a esa posibilidad de conectar".
Sólida trayectoria
Daniela Vega comenzó su carrera en el teatro, donde demostró su talento en obras como "Migrantes" y "La mujer mariposa".
En 2014 apareció en el videoclip de la canción "María" del cantautor y guitarrista chileno Manuel García y ese mismo año debutó en el cine con "La visita", una película dirigida por Mauricio López Fernández.
Pero su gran salto internacional se ha producido de la mano de Lelio y de Marina Vidal, esa "mujer fantástica" que ya resulta inseparable de Daniela Vega.
Oyendo hablar a la actriz y a su director, no cabe duda de que Marina tenía que ser interpretada por Daniela.
"Sucedió muy orgánicamente", cuenta la actriz.
"Él me pidió que fuera su consultora cultural, que le contara cómo veía el mundo, cómo me tomaba las cosas, qué hacía el fin de semana, qué libros leía. Y después de un rato largo, como un año y algo, él me dice 'va a llegar algo a tu casa, léelo y cuéntame qué te parece'. ¿Qué será eso? Efectivamente era un guion", recuerda con cariño.
Después de leerlo, Vega llamó a Lelio y el cineasta le dijo que quería que fuera su protagonista.
"Yo no lo pensé mucho, la verdad".
El desafío de interpretar a Marina
Lelio admite que, antes de realizar la película, su cabeza estaba llena de clichés respecto a las personas transgénero.
"Lo veo con muchísimo cariño y respeto", apunta Vega ante la confesión del cineasta.
La química entre los dos es evidente.
"Logramos conectar nosotros como equipo primero y esa conexión se tradujo en un trabajo que permite la conexión con el resto del mundo".
"Es un trabajo que te pone en una arista, en un ángulo, en un lugar, en una esquina y te pregunta desde qué punto de vista estás mirando, observando, haciendo un juicio de lo que estás experimentando cuando ves la película".
"Hay un juego moral muy interesante en el que el espectador puede tomar palco en un lugar y defenderlo o no".
Golpeada por el dolor de la muerte de su pareja, Marina debe hacer frente a la hostilidad y el rechazo de la familia de su amante, que le prohíbe incluso que asista a su funeral.
La sobria, estoica y elegante reacción de Marina ante las distintas afrentas que sufre es algo que sobresale durante toda la película.
Para la actriz, no podía ser de otra manera, dado el carácter empático de Marina.
"Es también una bonita forma de conectarse con algo que nos pasa y que es el duelo, algo que todos viviremos en algún momento, pero que es tan desconocido hasta que llega".
"Es como todo en la vida, uno no sabe cómo reaccionar ante las cosas hasta que le pasan".
"Marina tiene esa reacción con toda esa gente porque también ella está perdida en sí misma y también está buscando su propio lugar, porque se lo han quitado", explica.
Experiencia personal
"Marina evoca un personaje muy resistente, muy digno, muy resiliente y muy humano", señala con admiración la actriz chilena.
Por momentos resulta difícil distinguir el personaje de la persona, teniendo en cuenta la historia de fortaleza y resiliencia que tiene la propia Vega.
Atrás quedaron los años de colegio en los que fue víctima de acoso escolar por ser un niño "muy femenino".
Cuando tenía 15 años sus padres le preguntaron cómo se sentía, si era homosexual, y Daniela les dijo: "Me siento una niña".
Sus padres se tomaron dos días para pensar en la playa. Al regresar, le regalaron una cajita de maquillaje.
Un gesto que le sigue emocionando ahora y que no le impide ver que, en líneas generales, queda mucho por hacer en cuanto a los derechos de las personas transgénero.
Pese a no definirse como activista, la actriz no ha cambiado su nombre ni su sexo en el carnet de identidad. Dice que no lo hará hasta que todos puedan hacerlo, hasta que haya ley de identidad de género en Chile.
Apuesta arriesgada
Realizar una película como "Una mujer fantástica", en la que el personaje central es una mujer transgénero que aparece prácticamente en todas las escenas, fue una apuesta arriesgada.
Pero la acogida ha sido muy positiva, no sólo por los premios o el reconocimiento de la crítica sino por las expresiones de apoyo y admiración que les hacen llegar personas anónimas.
Eso sí, tampoco han faltado las agresiones verbales.
Daniela Vega no pierde el sueño ante estos ataques; de hecho, les quita importancia.
"Mira, llevo 14 años en mi cuerpo conquistado femenino, he vivido cosas como tantísimas mujeres en el resto del mundo y te puedo decir: 'perro que ladra no muerde'.
"Al final, el oído escucha todos los sonidos y entre los sonidos hay notas bellas que uno puede agruparlas y armar melodías, pero el resto son sonidos".
La música y la poesía se sienten en las palabras de Vega, que se aficionó al canto lírico inspirada por su abuela ciega y que transpira arte por todos sus poros.
El arte, ha dicho en muchas ocasiones, le salvó la vida.
Y, según expresa en tono de esperanza antes de despedirnos, puede aliviar el momento tormentoso que atraviesa actualmente el mundo:
"No hay que desesperarse porque finalmente hay mecanismos como el arte que pueden tal vez no ser la brújula pero sí un bálsamo o una llave para nuevas conquistas y refundamentos".