A sus 30 años, Caroline Henaghan era una mujer muy ocupada.
Trabajaba para el Ministerio del Interior de Reino Unido a la vez que estudiaba abogacía, y se preguntaba si el estrés y la ansiedad que experimentaba con frecuencia se debían a que trabajaba demasiado y a que se estaba haciendo mayor.
"Me sentía como un hámster en la rueda que no se podía bajar", recuerda.
Eventualmente, el trabajo se volvió demasiado y decidió ?algo muy raro para ella? tomarse una baja por un breve período.
Sin embargo, su estado de ánimo no mejoró. Cada mañana se levantaba con una gran ansiedad, y eso la hacía retraerse socialmente.
"Desaparecía para no tener que estar con gente", dice, y enfatiza que nunca sintió impulsos suicidas, pero sí el deseo de abandonarlo todo.
"Era como que quería dormir y no levantarme más. Así de dramático fue era para mí".
Si bien los síntomas psiquiátricos eran los más fuertes, también había algunos físicos.
Henaghan se sentía hinchada y cansada, dormía mucho, y ?como era una jardinera entusiasta? compraba cosas de forma errática, como por ejemplo plantas fuera de estación.
Comportamiento errático
Su familia comenzó a notar cada vez más su extraño comportamiento.
Henaghan pensó que podría ser a causa de un desorden bipolar, dada la naturaleza cíclica de su humor.
Pero, después de lo que ella llama una "pequeña crisis nerviosa", se dio cuenta de que la recurrencia de todos estos síntomas estaba ligada a su ciclo menstrual.
Sus médicos desestimaron sus preocupaciones. Consultó con cinco, todos hombres, después de que el primero comentara: "Es solo síndrome premenstrual (SPM). A mi mujer también le da".
Pero no era "solo" SPM. Henaghan tuvo que hacer lo que muchas mujeres hacen cuando los médicos no les prestan atención: comenzar a investigar ella misma.
Cirugía
A partir de su investigaciones por internet, descubrió una condición llamada trastorno disfórico premenstrual (TDPM).
El TDPM es mucho más intenso que su pariente más conocido, el SPM, cuyos síntomas físicos incluyen fatiga y migraña, mientras que los psicológicos pueden incluir cambios severos en el estado de ánimo y ansiedad.
El desorden puede ser tan debilitante que el 15% de mujeres con TDPM han intentado suicidarse, y algunas jóvenes afectadas optan por la histerectomía.
Henaghan es una de ellas. Cuando finalmente un especialista le diagnosticó TDPM, las experiencias inusuales que venía teniendo desde su pubertad cobraron sentido.
Henaghan probó terapia con estrógenos (que no la ayudó) y altas dosis de progesterona (que la ayudaron) un poco.
Después de haber sido hospitalizada por su conducta errática, consultó con su médico sobre la posibilidad de hacerse una histerectomía total y extirparse los ovarios y las trompas de Falopio.
"Él fue muy abierto y estaba dispuesto a escuchar mis propias experiencias", dice. Así que, en 2015, a los 36 años, se sometió a una cirugía y esto le produjo una menopausia temprana.
Síntomas negativos y positivos
El ciclo menstrual puede afectar el cerebro tanto de forma positiva como negativa debido a que las hormonas de la mujer fluctúan.
Puede hacer que se sientan más ansiosas e irritables en ciertos momentos, pero también mejora su conciencia espacial y sus capacidades de comunicación.
Varios estudios indican que el SPM ?los síntomas que algunas mujeres tienen una semana o dos antes de la regla? está influido al menos parcialmente por la genética, y puede pasar de madres a hijas.
Una investigación publicada en 2017 también halló expresiones de genes inusuales en mujeres con TDPM, que las hacen particularmente sensibles al estrógeno y la progesterona.
"TDPM es, en última instancia, un mal funcionamiento genético celular en respuesta a los cambios hormonales, y debe tratarse como la condición médica grave que es", dice Tory Eisenlohr-Mould, quien estudia la salud mental de las mujeres en la Universidad de Illinois, Chicago, en EE.UU.
Pero la falta de consenso y conocimiento sobre los síntomas, ya sean biológicos, psicológicos o de origen cultural, hace que el TDPM sea diagnosticado erróneamente.
Millones de mujeres con TDPM
El desorden fue incluido en el "Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales" (DSM, por sus siglas en inglés) en 2013, después de un intenso debate.
El TDPM es tan turbio en parte porque la salud de las mujeres está poco estudiada. A algunos escépticos no les gusta la idea de atribuir otra etiqueta a las mujeres que las presente como irracionales.
También se ha criticado la relación entre los miembros del subcomité del DSM y las compañías farmacéuticas, porque existe el temor de que el SPM/TDPM se medique en exceso con fines de lucro.
Todo esto ha hecho que el TDPM se haya pasado en gran medida por alto, a pesar del efecto severo que puede tener sobre las mujeres que lo sufren.
Y hay una cantidad sorprendente de mujeres afectadas. Si bien las estimaciones varían, se cree que el TDPM afecta a entre el 3% y el 8% de mujeres en edad reproductiva. Es decir, a millones de mujeres en todo el mundo.
Pero ahora hay un creciente reconocimiento del TDPM en la cultura popular, junto con una variedad de actitudes frente a este problema
En los tribunales
"Give Me Your Hand" (Dame tu mano), la última novela de Megan Abbott se centra en un grupo de investigadores convencidos no solo de que el TDPM existe, sino de que revelar sus mecanismos los hará famosos.
"En su peor estadío, ha empujado a mujeres a llevar a cabo actos de autodestrucción, o destrucción. En el laboratorio todos hemos escuchado historias de terror: mujeres pegándole a sus novios en la cabeza con sartenes (?). Ataques de furia cuando conducen, mujeres sacudiendo a sus bebes?".
La descripción de TDPM en el libro refleja algunos casos de la vida real, donde los problemas extremos premenstruales han sido utilizados por la defensa en tribunales criminales.
Los problemas menstruales han hecho que se perdone a mujeres en casos de hurtos en tiendas, desde el siglo XIX. También este argumento se ha presentado en casos de incendios intencionales, falsificaciones, abuso infantil e incluso en asesinatos.
Eisenlohr-Moul enfatiza que, "la mayoría de las mujeres no sufre cambios cíclicos en sus emociones, pensamiento o comportamiento".
Pero para una pequeña minoría de mujeres que padecen síntomas extremos de TDPM, que pueden incluir impulsividad, agresión y actitudes antisociales, es posible que esto las lleve a comportarse de forma inusual.
El caso más conocido es el de Sandie Craddock, una camarera de un bar de Londres que, en 1981, apuñaló a un compañero de trabajo.
Este último asesinato fue el último incidente en la larga historia de delitos de Craddock que incluyen incendios deliberados, asalto y robo, y que ella dice no recordar con claridad.
Su defensa pidió responsabilidad disminuida, mostrando diarios y registros que mostraban que esta violencia había sido cíclica, y afirmaba que sus cambios hormonales premenstruales eran tan severos que la llenaron de ira. Esto condujo a un cargo de homicidio involuntario.
Etiqueta demasiado amplia
Es difícil saber hoy día con qué frecuencia el tema del TDPM surge en casos legales. Deborah Denno, profesora de abogacía en la Universidad Fordham en Nueva York, EE.UU., dice que en su país "no hay un registro de estos casos porque la mayoría se solucionan con un acuerdo".
Tras su propia experiencia con TDPM, Caroline Henaghan se dedicó a estudiar cómo los problemas premenstruales aparecen en el sistema de justicia criminal.
Ella dice que es poco probable que una mujer que presenta con éxito un caso de responsabilidad disminuida por un problema premenstrual escape por completo de su responsabilidad criminal.
Pero más allá de las dificultades legales de establecer que se trata de un caso de TDPM, para muchas mujeres que lo sufren también es difícil.
"El índice de falsos positivos es muy alto", dice Eisenlohr-Moul, ya que la gente usa la categoría SPM/TDPM para describir síntomas misteriosos.
Esto refleja en parte una tendencia general a trivializar la salud de la mujer, por eso los problemas premenstruales se han convertido en una forma conveniente aunque imprecisa de agrupar muchas condiciones de salud.
"He vuelto a ser la Caroline de antes"
Pase lo que pase en el futuro, Eisenlohr-Moul cree debería ser posible reconocer la severidad (y la rareza) del TDPM, y desmantelar las bromas sexistas y las confusiones alrededor del SPM.
Lo que se necesita, dice, es más claridad sobre cómo la menstruación afecta a cada cuerpo y cerebro.
Eisenlohr-Moul está contribuyendo en este sentido, trabajando en una aplicación que pueda hacer más fácil diagnosticar síntomas del TDPM.
Pocos meses después de su operación, los síntomas de Henaghan se fueron desvaneciendo.
"He vuelto a ser la Caroline que era antes de empezar a sufrir los síntomas de TDPM", dice feliz.
Henaghan acaba de terminar su doctorado en la Universidad de Manchester, algo que no hubiera e sido posible si hubiese continuado con los síntomas del desorden, dice.
Henaghan espera que, cada vez más médicos se familiaricen lo suficiente con esta condición, para que otras mujeres no tengan que pasar por su misma experiencia de temer que la tachen de histérica, o de que la llenen de panfletos sobre SPM.
"Es muy difícil explicar el TDPM", dice. "Incluso cuando estás en la peor parte, hay días en que te cuesta identificarlo por ti misma. Es una situación my rara".